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Por Lenin Guerrero

Escuinapa, Sinaloa, 20 de diciembre de 2022 [00:01 GMT-7] (Neotraba)

En Sinaloa hay talento que vuela fuera del radar porque eligió las armas del arte invisible, el cómic, arte que nació en esa frontera entre lo visual y lo literario. Como una mitocondria en las células de la industria cinematográfica, la narrativa gráfica se mantiene siendo un ojo de agua o emanadero de historias siempre renovadas.

Evaristo Lugo (Culiacán, 1981) es filósofo por la Universidad Autónoma de Sinaloa y un talentoso artista visual, autor de dos novelas gráficas e incontables trabajos como freelance. De su producción, toda hecha desde la independencia, le hemos echado mano a sus novelas. La primera, Viaje, de paso por el sur (autoedición, 2014), es una crónica a mano limpia, recogida durante su periplo por Sudamérica; la segunda es Narcocyborg, la tierra entre tres ríos (Editorial SamSara, 2012) una reflexión estilizada que aborda el fenómeno de la violencia audiovisual y regional en clave cyberpunk (prótesis robóticas, virus informáticos). Su comodín es un gran trazo y una solvente honestidad para retratar al Culiacán de los años del sexenio de Calderón.

Desde 2014, en Culiacán circula el Fanzine Parasitosis, una de las pocas publicaciones activas en el noroeste de México que aborda los géneros del manga y el cómic, con espacio también para la narrativa literaria. Los últimos 9 de sus 54 números se han publicado en este 2022 de manera física y digital. Evaristo Lugo es uno de sus co-creadores. Sobre sus trabajos y proyectos versa la siguiente conversación.

Lenin Guerrero. Qué tal, Evaristo. ¿Qué fue lo que te movió al mundo del dibujo y la ilustración?

Evaristo Lugo. No sé qué fue lo que me movió, desde niño he dibujado, desde el kínder y la primaria, simplemente nunca lo dejé de hacer. Me pareció que era lo único en lo que podía hacer algo significativo.

Interior de Parasitosis
Interior de Parasitosis

LG. ¿Estudiaste dibujo?

EL. Sí, al mismo tiempo que hacía filosofía en la UAS, tomé un curso de diseño gráfico. Luego me metí a la escuela de artes pero me salí para hacer el servicio social de la carrera, después de varios años pude estudiar artes plásticas en la CDMX. Ya que terminé de estudiar hice un viaje al sur del continente, llevaba una bitácora de dibujos que luego se convertiría en mi novela gráfica Viaje. A partir de ahí he estado haciendo relatos cortos, ya llevo varios, y la idea es meterles color y hacer otra autopublicación.

LG. ¿Cómo nace el Fanzine Parasitosis?

EL. En mi viaje por Sudamérica conocí muchas personas que hacían cómic y vi que el fanzine era la mejor opción para plasmar lo que teníamos. Parasitosis lo hacemos entre varias personas de Culiacán: Julio, Vilchis, Pauly, Luis y muchas otras que se han ido sumando. Ya tenemos casi diez años con el proyecto. La verdad es que no excluimos a nadie, quien quiera publicar sus trabajos lo publicamos. La publicación ha crecido lentamente, la distribuimos localmente, además de tener presencia donde tenemos amigos, como en Puebla y la CDMX. También hemos logrado llegar a Argentina gracias a los compas de un colectivo de fanzines de la escena punk en el oeste de Buenos Aires. Por cierto, quien sugirió la red de fanzines, esto es, imprimir los fanzines en cada país, fue Emi Barrilete, el editor de La Posta Under.

Interior del fanzine Parasitosis
Interior del fanzine Parasitosis

LG. Los fanzines llevan años moviendo ideas y palabras, digamos desde la contracultura, ¿es esta tu apuesta como promotor, algo punk?

EL. Sí, en mi caso desde que estaba en la prepa tuve contacto con el punk, más concretamente con el ska punk, pero en ese entonces no desarrollé ningún fanzine. Hasta el 2012 que hice mi primer fanzine, X torbo. El “hazlo tú mismo” del punk y la necesidad de expresar y mostrar lo que hacía fue lo que me llevó a decidirme a hacer fanzines o autopublicaciones.

LG. ¿De qué trata tu novela gráfica Narcocyborg?

EL. Esa me tomó dos años hacerla, la hice entre el 2010 y el 2012 cuando toda la violencia se recrudeció.

La idea era hablar de Culiacán y el gusto de la gente por el rollo narco. Tiene su dosis de crítica pero también de humor, cosas sacadas de la realidad pero mezcladas con la estética cyberpunk.

Interiores de Parasitosis
Interiores de Parasitosis

LG. En este trabajo tuyo, hay dos pausas para pensar en el artista; la primera es cuando vemos al autor de un cómic que se muestra aturdido por lo que circula en las redes y luego vemos a un performancero que tomó una decisión de ir al extremo de usar partes de cuerpos de víctimas para su instalación. Sé que es un cliché que le pregunten a un habitante de Culiacán sobre la narcoviolencia, pero ¿consideras que has volcado sobre las narrativas que hablan de violencia, una perspectiva que no estaba?

EL. Creo que no. Ya se ha escrito mucho sobre la violencia en Culiacán. Tal vez en la parte de la crítica al uso que se ha hecho de la temática del narco en el arte sea donde pueda haber algún aporte, ya que, al menos localmente, no encontré escritos ni ensayos ni relatos sobre el tema.

Al menos aquí en esos años no había información. Apenas en la revista Proceso empezaban a analizar esa parte del arte. Eso fue en el 2010 al 2012, que fue cuando la dibujé, en la actualidad ya hay escritos sobre el tema.

En el 2012, me compró Narcocyborg uno de mis maestros que tuve en la carrera de filosofía. Y al poco tiempo empezó a escribir en el diario, no recuerdo si el Debate o Noroeste, columnas sobre la influencia del narco en el arte.


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