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Te regalo mi luna de cartón foto de Adonai Castañeda
Te regalo mi luna de cartón foto de Adonai Castañeda

Por Adonai Castañeda

Puebla, México, 8 de diciembre de 2019 (Neotraba)

«Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.»

Reyes 2:9

«Lo peor de un vengador apresurado es su desparpajo en cobrar la deuda. Mi obra ha de ser alquímica, en ese sentido; perfecta.»

Te regalo mi luna de cartón, Gerardo Horacio Porcayo. Pág. 166.

La opus magnum duplicada

Adalberto Cobain, un joven harto, enfermo de la remembranza y del amor, decide terminar con su vida. No sin hacerlo de manera artística: cometer suicidio saltando desde la torre de la Catedral de Puebla, junto con Diana, su real doll, y con una soga al cuello para no darle lugar al error. Antes de concluir con su opus magnum en la muerte, Adalberto escribe su autobiografía en forma de novela. Un obsequio para los que siguen en pie. Esta historia se cuenta en Te regalo mi luna de cartón (IMACP, 2019) del escritor morelense Gerardo Horacio Porcayo, considerado el precursor de la corriente literaria Cyberpunk en Iberoamérica.

Te regalo mi luna de cartón se narra en tres líneas temporales que se intercalan: la infancia, la juventud y el presente, momento de la escritura. A través de un desembrague de la voz del narrador y del protagonista, se dan a conocer las dos caras de una misma moneda: la idea del doppelgänger,el sí mismo que se desdobla para perseguirse. Adalberto cuenta su historia; Adalberto cuenta la historia de Adalberto contando su historia. El primero lo hace con la prosa, el segundo lo hace a partir de tuits. Este caos, representado por las voces, compagina con una trama demoledora: vivir con la misma muerte y el fracaso a cuestas en una ciudad de Puebla decadente, gobernada por la tecnología y el simulacro.

En este futuro distópico, Adalberto recobra sus últimas fuerzas tras enterarse de que padece VIH: acude a sus recuerdos, los vierte en su escritura y reflexiona. Porcayo hace patente una ruptura genérica en este enfoque: Te regalo mi luna de cartón se vuelve un ensayo, una carta, un manifiesto o un cuento amoral para no dormir. En todos los casos, los pensamientos son la guía para comprenderlo. El doppelgänger para aclarar. El doppelgänger que habla con sí mismo y que se responde a través de la meditación teológica y confesionaria. Adalberto busca a Dios y le teme, sabe que no podrá salvarse de su silencio, por mucho que clame. Por ello, la primera parte de su novela es inmóvil -de modo espacial- aunque desastrosa en la psique del protagonista -en cuanto a pensamiento.

Diana: un mapa para llegar a Hortensia

El uruguayo Felisberto Hernández planteó en su cuento, “Las Hortensias”, un tópico singular: la animación de un objeto. Horacio, el industrial protagonista de esta historia, decide quedarse con una muñeca a escala y nombrarla igual que su esposa, María Hortensia. Esta última acepta unirse a un triángulo amoroso que incluye a la otra Hortensia, a un combate doble. O al revés. El escritor mexicano Guillermo Samperio, en su Ventriloquía inalámbrica, lo explicaría, a propósito de esta y otras historias como La mujer de Gogol, de Tomasso Landolfi, o El Golem, de Gustav Meirink, de esta forma:

“Dichas historias me confirman que las creaciones simbólicas de los hombres se vuelven contra ellos. Tal vez en esto radique la enfermedad común de todas.” Quizá en ello radique la razón de ser de Diana, la real doll de Adalberto. Una pieza clave en la historia.

La respuesta ante estas aseveraciones del tópico en la prosa de Porcayo, tanto la de Fernández como la de Samperio, dota de un sentido mayor a la génesis de Te regalo mi luna de cartón. El inicio y el fin en una creación simbólica, que acompaña casi todo el tiempo. La creación encarnada por el plástico. Adalberto lo confirma en la siguiente cita:

“[…] si he de ser sincero, todo, en mi vida, empieza con una muñeca. Y por ello mismo, es con Diana, con mi Hortensia hipermodificada, con mi muñeca, que todo ha de acabar.” Este homenaje directo a Hernández resulta en un juego intertextual: Diana como el doppelgänger de Hortensia. Por supuesto, nos guía para llegar a otras lecturas y le brinda un carácter polivalente. O quizá es un sentido que le da cara al sinsentido. Un sinsentido que llega al sentido.”

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En conclusión, Te regalo mi luna de cartón es una historia cruda, magnífica, que nos devuelve un reflejo de nuestras debilidades y de nuestros actos más atroces, también de nuestros anhelos.En ese sentido, esta novela nos da a conocer situaciones teñidas de desesperanza existencial, debate teológico, tecnología que se vuelca en objetivar al ser humano y la idea de las creaciones de este como sus némesis, sin abandonar la idea de crear una opus magnum, escrita y actuada, de Puebla para el mundo.

¿Todavía hay humanidad dentro de nosotros frente a tanta violencia?, es lo que constantemente nos hace preguntar la lectura de esta. Sin embargo, también es una despedida, una doble. O una sucesión de puesto, para nosotros. ¿Hasta cuándo seremos humanos?, nos hace preguntar. Tal vez ni siquiera nos dé tiempo para despedirnos.

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Gerardo Horacio Porcayo. Te regalo mi luna de cartón. México: Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla. 2019. 248pp. ISBN: 978-607-8123-58-2.

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