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Por Flor Venalonso Neri

Tierra Colorada, Guerrero, 29 de julio de 2021 [00:02 GMT-5] (Neotraba)

Mujer Yope

Del agua sagrada naces. Nada sabes del llanto, guerrera incansable. Vistes con hojas de almendro amarillas y flores silvestres. Tus manos son suficientes para calmar la tristeza después de la pérdida. Tu vientre ha dado tanta vida como el sol calor a diario. Desnuda te bañas en medio de la noche para calmar tus miedos. La luna te pinta de azul la cara. Tu sexo huele a hierbabuena, a canto de aves, a sangre guerrera derramada en la piedra. Algo en tu lengua es puro: la nobleza de tu gesto, palabras como gemidos, dolor aguardando la noche. Al amanecer cambias al sol tus duelos por la alegría de su voz, nombrándote. No almacenas plantas ni mucho menos mascotas. Llenas tus espacios con ausencias. Mujer Yope: dios marino en medio del monte.

Nuestras Nosotras

I

Yo tampoco pedí sentirme así.
Verde marino que no respira,
arboleda nocturna sin pájaros
que canten ya sobre mí.
La respiración entrecortada, miedosa de vivir. Como si el llanto fuese posible, como si respirar no sólo no basta. Siempre hay que esforzarse por callar. En esta cama de fierro, colchón mojado y lleno hongos, estoy pudriéndome a solas. Soñaba con correr por campos de flores amarillas y escuchar el canto de las aves. El amor es esa hermosa cerradura de la cual extravié la llave al nacer. Pero recuerda, amor: en el fondo de todo poema, esa niña soy yo. Yo tampoco pedí. Yo tampoco. Yo no.

II

He comenzado a escribirte mucho desde que terminamos. Quise decirte que lejos de extrañarte durante este verano he aprendido el oficio de la soledad. Sabes que no es fácil dejar de habitar metáforas y clichés a los que tan acostumbrados estábamos; ya sabes: café, libros de poesía, cine, música y alcohol. He dejado de asistir a lugares concurridos. Me aburre compartir mi soledad con parejas que día a día aprenden el apego. La soledad, amor mío, he aprendido a reconocerla y a disfrutarla, la he descubierto mientras compartía en voz alta un poema. Una vez que la obtuve y la disfruté me di cuenta de la paz inmerecida del orgasmo. Tu silencio me ayudó a obtenerla. Y así aprendí a estar conmigo. La soledad que me enseñaste a tu lado carecía siempre de algo. Por eso me fue necesario deshacerme de tus versos, y de tus poetas malditos, dejé de compartirte mi tiempo, cambié mis hábitos por simplezas. Tu amor me dio la consciencia para evadir el mundo. Pero el mundo, amor mío, me ha dado la fortaleza para evadir tu ausencia.

III

La noche más triste de tu vida me llamaste por teléfono para decirme algo importante, algo dolía, lo supe, pero no me decías qué. Yo escuché atenta cada palabra, a veces no necesitamos decir nada, me dijiste. Estar ahí en silencio y en él acompañarnos. Esto me habías enseñado hace tiempo. Me dijiste que todas las cosas del mundo tienen explicaciones. A veces, en el silbo de las motonetas te pienso, en la calidez de la piedra, o en el zumbido de las bocinas de los autos que se alejan. Me siento cada noche a recordar qué pasaba por tu corazón cuando me llamaste por teléfono y yo no pude responder ni una sola palabra de aliento a tu favor. Te escuchaba atenta, lo juro. Pero estaba tan cansada de mis propias desilusiones que por un instante cerré los ojos y dormí escuchando la anécdota de tu accidente con la plancha cuando eras niño. Y me explicabas la forma de tu raspadura de rodilla, de la cicatriz en tu brazo con forma de pez. Me llamaste por teléfono esa noche. Y yo tengo consciencia de que todas las cosas pasan por algo. Y tú te enamoraste de esa maestra del kínder, aunque el silencio con ella no tenga nada que darte.

Flor Venalonso Neri. Foto cortesía de la autora.

Flor Venalonso Neri (Tierra Colorada, Guerrero, 1994). Licenciada en Literatura Hispanoamericana y Maestra en Humanidades por la UAGro. Obtuvo el primer lugar en la categoría de Poesía en el IX Premio de Cuento, Poesía y Ensayo literario Joven 2020, con la obra Las curiosas variedades del desastre. Poemas suyos aparecen publicados en Periódico Poético, Revista cultural Palabra Infinita y en Flecha Roja.


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