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Por Mónica Maristain

Ciudad de México, 30 de julio de 2021 [00:01 GMT-5] (Maremoto Maristain)

Tengo el ejemplar El viajero del tiempo, de Alberto Chimal, publicado por la Hormiga Iracunda, esa editorial que tanta acogida dio a los microrrelatos.

Ahora, todos esos microrrelatos aparecen en Libros UNAM, titulados La saga del viajero del tiempo. Se basa, por supuesto, en el protagonista de La máquina del tiempo, de H. G. Wells y estas pequeñas estampas, que representan un homenaje no solo a Wells sino a la ciencia ficción, nos transportan al pasado, presente y futuro, donde podemos observar el mundo desde un punto de vista privilegiado y presenciar tanto grandes acontecimientos de la historia falsos y verdaderos, así como sucesos cotidianos casi imperceptibles.

Los textos, a manera de instantáneas, ofrecen al lector retratos de todo tipo de personajes —históricos, literarios, reales o ficticios— a quienes el Viajero del Tiempo, y de paso también su gato, encuentran en su camino: escritores como Sor Juana Inés de la Cruz, William Blake, Edgar Allan Poe y Jane Austen, personajes literarios como Helena de Troya, Drácula, el Hombre Invisible, iconos reconocidos y también iconos por conocer.

Entrevistando a Alberto Chimal, le decimos que El viajero del tiempo finalmente es el lector, que hay como un círculo por medio del cual la lectura se hace grata y sorprendente.

“¡Qué buena idea! Este libro está en Hilos de Aracne, una nueva colección, dirigida a lectores jóvenes. Cuando me invitaron me dio mucho gusto por esa diversificación y esta es la versión completa, remasterizada y retrabajada de todo ese periodo. Tiene materiales inéditos y varios que fueron escritos para esta publicación”, dice Alberto Chimal.

“Creo que la imaginación fantástica siempre nos ha acompañado como una cultura humana. No hay ninguna razón por la que no esté con nosotros ahora. Un libro como este permite enfocar de una manera distinta a lo que se hacía en el siglo XX. No se trata de preguntarse a dónde llega lo real, sino en caminos distintos para que pensemos nuestra existencia cotidiana”, agrega.

Portada de La saga del viajero del tiempo, de Alberto Chimal
Portada de La saga del viajero del tiempo, de Alberto Chimal

“El viajero del tiempo contempla todos estos sucesos nos permiten observar muchos tiempo, lugares y personalidades”, expresa.

Alberto Chimal siempre ha estado con lo siniestro, siendo un poco mirado al costado desde la literatura. Ahora está un poco en el centro.

“Nos está sirviendo la literatura fantástica para enfrentarnos con una situación que vemos ahora en forma muy diferente. Hay una nueva forma de comunicación. Me parece muy interesante que el éxito de la narrativa de la violencia es un éxito que se complica, que no basta con representar las cosas como son, para lo testimonial hay grandes cronistas, pero la literatura necesita otras cosas. Hay que tratar de observar desde otros ángulos”, dice.

“Está surgiendo nueva gente lo cual me parece muy alentador. Ya ha entrado en las nuevas generaciones esta convicción de que en realidad la idea misma de los géneros nos venía de fuera. Tenía que haber una transformación, una demolición de ciertas premisas y esa conciencia no es el resultado de un proceso muy largo, sino el punto de partida”, afirma.

¿Qué le ha dado a Alberto Chimal el microrrelato a la hora de narrar?

“Por una parte me da una experiencia inmediata, más llena de multiplicidad, que lo que me da el cuento o la novela. Cuando se da la escritura en línea me da la oportunidad de comunicarme con otras personas, que no están disponibles en ningún otro tipo de escritura. Todavía es posible formar lazos en torno a la escritura”, expresa.

“Las ilustraciones no son relacionadas con el cuento, sino que son la propia idea de la ilustradora, de este mundo onírico y etéreo del viajero del tiempo”, concluye.


Esta entrevista se publicó originalmente en Maremoto Maristain:


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