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Por María Trinidad Murphy

Phoenix, Arizona, EUA, 04 de febrero de 2021 [00:03 GMT-5] (Neotraba)

En alta mar

Anhelada la  tarde  sobre  la colina, vuela la  mar con sus navegantes.
Vuela. En los navíos detenidos insisten en lanzar el hilo de pescar con
la carnada en el  anzuelo, regresar  el carrete para bobinar la cuerda,
sacar  el pez y volver para conseguir otro de  gran tamaño. Esto sucede
mientras  la  blanca ballena planta un  árbol de  agua al  expulsar  su
aliento.

Frontera

En la frontera,  en  medio  de autos y  varias  líneas de  acceso  a la
entrada  de  revisión, el  tiempo  pasa  lento.  Y todo es  un banquete
gastronómico: adultos, jóvenes y  niños  ofrecen la  torta de pollo, el
sándwich   de  jamón  y  queso,  la  pizza,  comida   china  y  bebidas
embotelladas;  al  frente va la  viejecita con su  canasta de empanadas
de calabaza  y  pan  recién  horneado,  detrás le sigue  el señor de los
jamoncillos  y  dulces de coco  y otros más  de distintos sabores.  Más
atrás  se  encuentra  el  viejo de  bastón en mano,  quien  saca  de su
morral algunos quesos y tortillas.
    También hay quienes ofrecen trabajos manuales: el joven de la silla
de ruedas  muestra  sus hamacas  chapinas de hilo, seda y nilón.  Niños
de todas las  edades se  acercan a  ofrecen  su  mercancía,  sonriendo.
Traen  sombreros  de  palma  pintados  a  mano,  pulseras  de artisela,
brazaletes  articulados  con  piedras  pequeñas;  todo  tejido  a mano,
colgantes de macramé, la  venta de la  Guadalupana  pintada y  dibujada
en bulto y en madera.
    Y eso es todo en el paso de la frontera. Este es su diario vivir.

Esto es lo que recuerdo

Sentada  en el patio  de  mi casa,  bebiendo  mi café  acompañado  con
pay de manzana, revisé  mi teléfono  celular y vi una llamada perdida.
Era mi amiga  de  Los Angeles.  Me  dijo,  entre  otras  cosas  en  su
mensaje,  que le  faltaban  solo un par de horas para  llegar  al lago
Havasu; mi amiga me invita a compartir con ella y su familia el fin de
semana. Sin olvidar el cuidado de las reglas de  higiene, me dispuse a
hacer mi maleta.
    Apenas  llegué  a  donde me  esperaban,  nos dimos un abrazo y nos
instalamos   en  el  mismo  hotel.   Reímos   hasta   el  cansancio  y
disfrutamos  de  un  paisaje  lleno  de  árboles  que rodeaban el lago
Havasu.  Nos  paseamos  en  lancha;  los  más jóvenes eran jalados por
inflables.  Pasamos un  inolvidable fin  de  semana;  aquellas  chicas
jóvenes e inquietas que algún día fuimos volvieron a revivir.
    Fueron  solo  dos  días  en  un  inmenso  lago, con un azul verde,
cerca del Rio Colorado.

Me inquieta el desconsuelo del frío

Me inquieta el  desconsuelo  del frío  al amanecer,  inmaduro y  sin
plegaria en un mínimo espacio vacío. Mas a pesar de ello, no pararía
de morir  a tu lado en el silencio absoluto, donde no haya praderas,
aguas, ni sol.

Fui la hija número 18

Y por la tarde me vestiré de verde azul. Para que la luz no me persiga,
caminaré  susurrándole  al  viento  alguna  trama  del  tiempo  pasado,
recordando  a aquel  buen hombre,  cuando fue a  entregar  a  su  amada
en su  última estancia;  desde el primer  paso ofreció  el poema, hasta
entregarla  en el altar.  Aquí te entrego  a mi amada esposa,  quien me
dio una  fantástica familia,  el perfume de su amor,  cariño, energía y
entereza. Por la vida agradezco a ella y a Dios por su valiosa entrega.
Sentí  cuando  la   sepultó  en   otro   estado.   Una  década  después
nosotros,  sus hijos, la exhumamos para  depositarla en  el lecho de su
esposo. Juntos, ellos vivieron felices casi seis décadas.

María Trinidad Murphy. Bacobampo, Etchojoa, Sonora, 1954. Mexicana y naturalizada estadounidense; actualmente radica en Phoenix, Arizona. Es miembro del Colectivo Internacional de Cautivos por las Letras y las Artes. Alumna de los Talleres: “Una ventana inmensa. El poema en prosa”, con el maestro Manuel Parra Aguilar; “Minificción y écfrasis”, por la poeta y maestra Julia Melissa Rivas; “Lengua de mariposa” y “Letras de cine”, impartidos por la maestra y poeta Clara Luz Montoya; “Miércoles de taller”, con el maestro dramaturgo y poeta Carlos Iván Córdova. Libro: Torre de Vigilia (Editorial Carlota de México, 2019).


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