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Fotograma de Children of men
Fotograma de Children of men

Por Iván Gómez (@sanchessinz)

Morelia, Michoacán. 17 de noviembre de 2019 (Neotraba)

Al hablar de cada una de las artes es necesario remitirse a su largo proceso evolutivo para explicar conceptos u obras concretas que marcan el inicio de un nuevo estilo o corriente. Sin embargo, no ocurre así con el cine debido a que su inicio se encuentra a finales del siglo XIX con los hermanos Lumière y comienzos del XX con las innovaciones de Georges Méliès. Y aunque hay etapas y técnicas muy marcadas, una no reemplaza a la otra, sino que aparecen simultáneamente en diferentes películas. Por ello es necesario remitirse a obras muy viejas para analizar grandes obras que han revolucionado al cine y por el contrario se pueden juzgar a varias de este siglo que, si bien no inauguran ningún estilo narrativo, sí llevan varios a un punto culminante.

Eso es lo que ocurre en Children of Men (Dir. Alfonso Cuarón, 2006), que emplea técnicas iniciadas por Alfred Hitchcock (y desarrolladas ampliamente por Stanley Kubrick), como el uso de los planos secuencia y el manejo de historias complejas. En esta columna describiré tres proezas que, desde mi perspectiva, definen la película.

La trama se puede resumir en pocas palabras: no ha nacido un solo humano en 18 años, esto ha traído una crisis mundial que ha llevado al colapso y guerra a casi todo el planeta; en este mundo en crisis una mujer de raza negra e inmigrante se ha embarazado. El escenario es Inglaterra, que sirve como atisbo de lo que ocurre en el mundo, pues al ser uno de los pocos países relativamente estables recibe grandes olas migratorias a las que rechaza. Theo, el protagonista, termina ayudando a la chica embarazada, Kee, a salir del país para luego ayudarla a llegar a un lugar seguro, el grueso de la película se concentra en ese recorrido.

La narración del viaje (uno de los tópicos literarios por antonomasia) posee tres destrezas técnicas que definen los mejores momentos: los planos secuencia, la fotografía y la banda sonora.

Sobre los planos secuencia, destaca en particular el que ocurre en donde Theo y Kee escapan en un auto que con esfuerzo enciende, y durante toda la persecución no hay cortes de cámara, sino que la misma, con movimientos bruscos (que dan la sensación de persecución) sigue todo el tiempo al auto y por momentos da giros para mostrar a los perseguidores. La toma adquiere intensidad dramática al no tener ningún acompañamiento sonoro.

Fotograma de Children of men
Fotograma de Children of men

Para resaltar la fotografía puedo decir que la historia se para algunos segundos para mostrar una imagen desconsoladora: en plena zona de guerra una madre llora por la muerte de su hijo, a quien tiene en su regazo. La imagen pareciera aludir a La Piedad, escultura de Miguel Ángel en la que la virgen María tiene en sus brazos el cuerpo de Jesús luego de su crucifixión. Aunque el contexto es muy diferente, la muerte del hijo y la forma en la que lo carga y le llora parece aludir a dicha escultura. La referencia se puede reafirmar minutos después, cuando el bebé de Kee llora y con su llanto los disparos se detienen, en su lugar se escucha una voz soprano cuya melodía tiene aspectos renacentistas sin perder los elementos eclesiásticos.

El uso de la banda sonora referido en el párrafo anterior es el tercer punto a resaltar: la música que acompaña la película y los silencios que la contrastan marcan el ritmo emocional de la película, es decir: en los momentos de mayor dramatismo hay una pieza musical de fondo pero en la escena siguiente hay silencio, lo que marca una pausa en las emociones que despierta el film.

Children of men se sirve, como es propio del cine, de los diferentes elementos a su alcance para construir la narración. La mezcla de los tres elementos da como resultado una película llena de sensibilidad ante la historia que cuenta: el viaje de dos personas que, en medio de conflictos bélicos y migratorios, buscan un lugar seguro para el primer bebé nacido en 18 años.

Varios de estos elementos se repiten con mayor afinación en películas posteriores del director, tales como Gravity, en donde los planos secuencia cobran mayor fuerza, o Roma, donde la foto intriga por los elementos que la componen y al mismo tiempo causa diversas sensaciones. En ambas el sonido tiene peculiar importancia, en la primera por su ausencia y en la segunda por su exactitud. No obstante, es la mezcla de los tres elementos la que hace de Children of men una de las películas mejor logradas en lo que va este siglo.

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