Pelea de gallos de María Fernanda Ampuero es el territorio de la dureza, con cada cuento se nos va a fondo el ojo. Descubrimos que la violencia se puede decir también a revuelo de memoria. Escribe Zaira Eliette Espinosa en Libros que suenan.
#Librosquesuenan
Por Zaira Eliette Espinosa (@zairaee)
Nuevo León, México. 15 de noviembre de 2019 (Neotraba)
“Los gallos o las gallinas forman parte de muchas visiones que tengo, a veces compulsivas.
Es inexplicable, pero el gallo y la gallina son para mí seres de pesadilla.”
Luis Buñuel
Hace unos días entrevisté a un estratega de la comunicación e imagen. Entre los temas que surgieron apareció aquel de la construcción de un mensaje efectivo a través de la palabra, imágenes e ideas. Lo anterior no es nada diferente al quehacer de quienes escriben historias.
La más efectiva ficción se construye de elementos de la realidad, la literatura sostenida en el contexto real se cimenta en el recuerdo de cualquier lector. Todo esto viene a colación gracias a la lectura de Pelea de gallos, libro de cuentos de la escritora ecuatoriana María Fernanda Ampuero, quién en su experiencia como periodista también ha abordado el género de la crónica.
Ampuero es experta en construir una plataforma narrativa en el que se debaten los temas que la persiguen por ser mujer, hermana, inmigrante, hija, amiga; es decir, la condición de género sin reservas de lenguaje. Ella dice no lo que tiene que decir, sino lo que se necesita decir. Sin candados en la boca.
Pelea de gallos es el territorio de la dureza, con cada cuento se nos va a fondo el ojo. Descubrimos que la violencia se puede decir también a revuelo de memoria. Suceden las peleas en el coliseo de la infancia, de la adolescencia o primera juventud.
Pasa que los personajes miran su vida como se mira el desplumadero en una pelea de gallos, como se ve al pasado siendo sangre en la arena luego de las cañeras. Ampuero usa para el combate a las mujeres. Son toros con espolones para vencer pesadillas, monstruos, vampiros, a los humanos que aletean.
Las gladiadoras se enfrentan al terror que en automático las persigue por tener un cuerpo de mujer, por nacer en extrema pobreza, por vivir en el abandono o a merced de la intemperie.
La niñez se exhibe en el redondel como algo vencido, cegado, y en el contexto de la lucha, como una consciencia del ser combativo, resiliente, también vulnerable y frágil.
La figura de los lazos filiales es una constante, las hermanas gemelas son el juego de espejos, de alter egos. Los núcleos familiares se vuelven jaulas, comedero de experiencias, trabas de sombras que van a perseguir a los personajes de por vida.
Ampuero es la jueza de valla, su narrativa en el marco de la ficción es una de denuncia, ella es la estratega de las palabras, construye con sus historias el mensaje opuesto a esos violentos refranes del patriarcado como el de “Gallina que al gallo espanta, córtale la garganta”. Usted siga leyendo literatura, también la escrita por mujeres, y ponga a su gallo.
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Pelea de Gallos, María Fernanda Ampuero. Páginas de espuma, 2018.
