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Por Rocío Cerón

Selección de poemas del libro Apuntes para sobrevivir aire (2005)

Ciudad de México, 22 de abril de 2021 [00:02 GMT-5] (Neotraba)

Desatar los nudos. Me destazo para saber de las franjas fronterizas, de los abetos que han desprendido de sí el último canto y graznido de los cielos. Ya las partes serán testigos del idilio vesperal de los sueños y la tierra. Desatar las flores, las lilas, las astromelias y ocultar en la vertiente de los deseos una semilla de padecimiento.
      No juzgo los elementos caídos, son los restos de un atardecer que no trae noticias ya de tierra. Pretendo desatar las vocales de su alegría, devolverles su sentido de bolo alimenticio, de granujada estomacal. Desato los nudos de la locura e invoco, en nombre de todos los nudos ciegos, un recuerdo que ancle a tierra a los suicidas.
      Depredación: permanencia en la fugacidad.

No me distraigo sobre el tiempo. Hay un suceso desenvuelto minuto a minuto. Hay una muerte acechando, valerosamente. No me distraigo. Acontezco como lo sucedido, como algo que no termina de ser consumido verticalmente. Como la lluvia que, en su perpetuarse, se diluye. Soy muerte que levita en su sentido.

Vacío: conjunto de silencios en elaboración de una palabra. Toda potencia verbal ansía volver a su origen: el silencio primigenio antes de ser nombrada. En el roce de nombrar hay una brizna de idolatría. Palabras-ídolos sepultadas bajo la finitud de la conciencia. En este trastabilleo silábico descansa en paz la historia de los hombres.

Entre el jardín de lilas sanguíneas se encuentra el pasaje de los lances afectivos. Para palpar a fondo hay que desprenderse de la inmediatez. Evitar en lo posible la vorágine y lo ocasional para asistir a lo profundo humano. Como cuando los abetos guardaban en sus hojas el latido de los sueños. Arriba, en las copas de los árboles imaginarios, la constelación de los afectos vuelve a tener nombre. La angustia, el miedo, la pesadez de las ideas obtusas toman allí su sentido de claridad y transparencia.

Resistencia. Albergo en cada acto cometido un residuo de rebelión. Escribo anotaciones y pausas diarias sobre la torpeza del mundo, con ellas me fabrico un caparazón de resguardo contra la finitud. Resisto e insisto. Pongo en el centro del mundo una mirada disidente. No es en la grieta sino en la hendidura donde reside el pulso de una casa.

Rocío Cerón (Ciudad de México, 1972). Poeta, ensayista y editora. Ha publicado Materia oscura (Parentalia, 2018), Borealis (FCE, 2016), La rebelión. O mirar el mundo hasta pulverizarse los ojos (UANL, 2016), Anatomía del nudo. Obra reunida (2002-2015) (Conaculta, 2015), Nudo vortex (Literal, 2015), Diorama (UANL, 2012; segunda edición, Amargord, España, 2013), Tiento (UANL, 2010), Imperio (Ediciones Monte Carmelo, 2009), entre otros. Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2000 por su primer libro, Basalto. Obra suya ha sido traducida a más de ocho idiomas. Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del FONCA. 


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