¿Te gustó? ¡Comparte!

Por Diana Garza Islas

Nuevo León, 2 de marzo de 2023 [00:05 GMT-6] (Neotraba)

Luukku

Alguien entra los primeros cinco minutos y toma el lugar de los faraones. El cuerpo estará hecho de fruta o de sandía. Ya todos se van para que aparezcan las damas en bullón. De Egipto a Rusia, qué no unes. Alguien vistiéndome. Al mismo tiempo, una mujer se alza en la silla del dentista. Su cuerpo es la campana del narrador.


Se toca con un martillo. Cuantas veces sea necesario.
Hay que aplicar barniz en la máscara.
Hay que aplicar tinta.


Ya estamos dentro del cráneo, dorso entero. Somos el salvador, tenemos el perfil. Para esto, alzar la mano. Si volteas, ves que la cara del cadáver me contiene.


Quitar la fotografía y debe aparecer: la efigie de Nabucodonosor (abuelo, nacido en el siglo XIX) y la cara del ingeniero Ménstrud.


Es presumible que sigan pasando cosas en tanto algo no deje de gotear.


Todo debe dar vueltas, para mantener el perfil. Este episodio: cuidar de no interpretarlo.


Un modelo sin cara para dibujo anatómico.
Un lirio o más precisamente flor.


Que todo se transforme en una línea simple y curva. Con pies, con salamandra que se vea mucho y aspersores.


Pausa en el minuto 14.
Todo el minuto 14.


Mujer con garita y cadáver de res, que no me mira a mí.


Zoom in: esposo o hijo, eso no se sabe. Tiene dos caras, una debe estar unida a su casco, para mayor efecto. Su perfil psicológico depende del gesto de sostener con la siniestra lo entero de sus pulmones. Mientras que un búho le emerge –es presumible– de la yugular.


Todo esto para hacernos recordar el desfile en que participamos, el momento en que vimos unas escaleras de tierra apretada –que no estaban ahí, según pudimos comprobar después.


En lo concerniente al escarabajo, analogar al cerebro con lo que tiene a la mitad. Y para no confundirnos, evitar ver la soga y pasar a la siguiente escena.


º


Trata sobre un niño que se levanta a dibujar en las madrugadas. Copia minuciosamente de un álbum que le regaló su madre, jóvenes lechuzas que borra al despertar. 


º


Trata sobre nosotras y lo que ocurría en una alfombra con limón. Es más probable que trate de árabes, viajes en tokonoma. Todo con piecitos picudos y sensibles cielos lilí.


Se escucha: No es ciega la perra, es que trae sueño. Y cuando la cámara se eleve, que quede claro que la escena tratará de cada cápsula allá arriba.


Hay una historia intermedia, trata de una mujer que tiende la ropa y al ver hacia adentro de su habitación, se ve a sí misma tendiendo la ropa.


Al final: la historia de Alí. Y al final-final, te dabas cuenta que en realidad trataba de algo bípedo no humano.


Después de los créditos, el adelanto de una historia sobre cómo recordamos el color quienes ya no podemos verlo.


Titulada: Pedigree.
1.–


No pisaba la lluvia ni hacía calor. La transformación de mí en colores y un sextil áspero que nimba a quien me ve caminar hacia el castillo. Yo, Princesa. Ni cuando era niña y vivía lo recordé tan bien. 


Mordía. Olía. Me lamía.


Ahora viene la institutriz, la atrocidad de traducir todo esto. Fonjóm, su dedito apuntando: yo en coletas, nunca reina aún, yo en las campiñas de Aménabar y el pueblito donde cotejaban unas versiones con otras sobre lo que en aquel castillo acontecía.


Existen fotos, mapas, dibujos, alguien los tiene. 


A mí me basta con estar aquí. Con echarme a ver desde el sofá, películas que no traten de esto. Nunca más llamé. Nunca más frutas forzosas. Me dediqué a construir fuertes con almohadas, cuevas suaves en donde jamás pudiera entrar su diente peludo.


A besar mi cuerpo dormido, en una casa en obra gris.
2.–

Bajando las escaleras, un tiempo de pinos. Mil quinientos pasajeros dejados atrás, hombres de paja, mujeres, pájaros y niños; todas mis familias. Todo un pueblo que habité cuando el sol existió en mí, cuando me senté sobre el mundo a llorar, con corona y banderita de peces fríos. Cuando viajé al pasado para hacerle una trenza a mi abuela, para ver si con eso cambiaban sus genes. Se enteró, y la enterré. Zapatos transparentes para hacer del crimen algo más tangible. Un ejemplo para las masas: cortar todos los hilos que habrían de augurar mi aparición. La nueva amiga con disfraz de abuela muerta. Hola, hola, dobles espirales. Luego, no entender los bosques de quién, el descenso hacia el solar. Los repliegues sepia, su savia fluorescente, las miguitas y los efectos especiales que me fui dejando en el camino para darme cuenta que yo actuaba de mí misma: la real, la rubia, la que en verdad diseñó las máquinas corta-cabezas, mucho tiempo antes que las ciudades y los franceses aparecieran en el mundo.
º

Algo melancólico y veloz, que los haga cerrar los párpados de súbito. Como cuando fuimos a buscar caracoles en agosto, pero sólo hallamos una abeja ahogándose en la costra del lago.

O como los triángulos verdes que dibujo con una rodilla anclada en el piso, desde 1989. 
º

Esa mañana, Escocia vino a visitarme. Cenizas presentes y alimentan a sus hijos con pezuñas de caballo. Los castillos no habían sido de arena sino alemanes. ¿O medievales? No distingo bien. En las noticias amanecí de lava y radiaciones. Desde otra parte del planeta, las plantas giraban hacia mí, me enviaban postales para recordarme el día más importante de mi vida. Niños al fondo. Escena principal: un abrazo para siempre. Aunque eso significara, otra vez, sólo un par de siglos. Como esa mano que vierte una jarra al mar.

¡Ha muerto la princesa! ¡Abrid las escotillas!
MÁS DETALLES AL INTERIOR

Doodoo-Single-Tone. Y más callado aún, más que el silencio, cada color arriba en mis personas. 

A sus órdenes, viraba, la coronación. 





º

Pues un bosque cabe perfectamente adentro de un barco, pero nada más. Puedes decir que se trataba de eso, de un énfasis en sus árboles de olor.

Una mancha de humo abril. Un círculo en medio, y sin quemar no hay agua.

Mientras tanto–

COMEN AJONJOLÍ NEGRO.

Diana Garza Islas. Foto por cortesía de Manuel Parra

Diana Garza Islas (Nuevo León, 1985) es autora de algunos libros de poesía y diversos artefactos. Actualmente es coordinadora del diplomado en investigación interdisciplinaria y prácticas artísticas LIMINAL. Su más reciente publicación es Primer infolio de las Vidas Reunidas de Almería Smarck (2021).


¿Te gustó? ¡Comparte!