Psicópata.

Por Juan Jesús Jiménez

Puebla, México, 4 de febrero de 2020 (Neotraba)

En lo que va de estos meses, he adquirido un gusto por la música que mis amigos recomiendan; entre rock, pop, electro y demás géneros dispersos, llegué a una banda llamada Muse. Una que me imagino, ha adquirido una popularidad mayor con el tiempo, pero la canción que hoy nos compete da nombre a esta columna. Psycho.

Siendo el track número tres del disco Drones (2015), tiene un mensaje dramático y por de menos fuerte sobre el adiestramiento que reciben los jóvenes en academias militares. Quebrándose mental y físicamente.

De ver un tipo de maltrato así en una escuela pública o privada, cualquiera haría evidente el abuso y no dudo que se llegaría hasta las últimas consecuencias para hallar un culpable. Algo que podemos comprobar al ver los varios programas o iniciativas escolares para acabar con el abuso escolar.

En un mundo ideal, estos programas no solo acabarían con el problema, sino que también evitarían que volviera a suceder. Algo que por desgracia, no pasa. Teniendo como consecuencias hechos tan lamentables como el reciente tiroteo en Torreón.

Yo no hablaré del hecho como tal, pienso que poner el dedo en la mera acción nos limita a comprender un panorama más amplio de lo que pasa en las escuelas.

Para comprender el hecho debemos de verlo desde nuestra propia perspectiva, como joven o adulto, da igual. Prenda usted la tele en las noticias de la noche, en el canal que usted prefiera y cuente las veces que una muerte o crimen violento sea reportado durante el programa, de hacerlo, se dará cuenta que en tan solo una hora (promedio de duración por emisión), se cuentan al menos unas diez, que se traduce en una nota violenta por cada seis minutos. Ahora, tenga en cuenta la audiencia que se tiene, siendo la gran parte de ellos transmitidos antes de las nueve; en su mayoría serían adultos pero de forma indirecta impacta a los niños.

Y claro, aquí se podría alegar que debido a que muchos, a esas horas están dormidos, ni se enteran de lo que pasa en el país pero ponga atención a las conversaciones habituales entre adultos, discutiendo las noticias como si de un partido de fútbol se tratase. Los niños no son sordos, y mucho menos ciegos ante el mundo que los rodea.

Las olas de violencia son algo normal para ellos, porque lo ven en televisión, en películas, entre las conversaciones que los adultos suelen tener y muchos de ellos son hasta acostumbrados a vivirla. Ya sea porque viven en una localidad violenta o porque es desatada desde casa. En ambos casos, una fatalidad para el desarrollo de una persona.

Los programas anti-abuso son diseñados únicamente para un ambiente escolar, y es por eso que fallan en su misión de lograr la sana convivencia entre alumnos; lo aprendido en clase, es deconstruido con la realidad que vive el niño.

Y ahora, la solución no está en la prohibición, porque hacerlo solo desencadenará más interés por parte de los niños. Más bien, la solución estaría mejor enfocada en hacer al infante más consciente de lo que es la violencia y porque está mal practicarla. Así, al verla reflejada en su entorno, sabrá que tal cosa está mal, que no debe hacerla y por lo contrario, evitarla.

Evitaremos un escenario como el que propone la canción mencionada al principio, donde se es adoctrinado para adoptar la violencia como algo normal, algo que se puede imitar y formaría parte de las noticias de la noche.

Paremos pues, de culpar a los medios que propagan la violencia y veamos nuestras propias manos para hallar nuestra responsabilidad en esto, dejando crecer la vista común de un problema social.