¿Te gustó? ¡Comparte!

Barranquilla, Colombia, 30 de enero de 2024 (Neotraba)

Calypso
Un día papá fue por cigarrillos y nunca más volvió
A nadie pareció importarle
Amá lucía serena.
Hasta se compró esa vez un nuevo vestido y desde entonces usó más colorete que de costumbre.

Todas las tardes, papá se sentaba en la terraza a ver pasar “hembras”
–“Mira ese culo y esas tetas”
Desde la otra acera las hembras le lanzaban miradas de odio tropical.
Él se agarraba las bolas y echaba una maldición al aire.

–Un día irás husmeando la noche detrás de una de ellas, hijo.
–¡Nunca! Yo quiero ser una de ellas.

De eso, hace muchos años ya.
Hoy camino por la vereda con zapatos de tacón.
Mientras los muchachos me gritan: “mami, de quién es todo eso?”.
Y “todo eso” lo muevo con más ganas, con alegría maraquera.
Y muy raras veces me pongo triste
Enciendo un pucho
Y recuerdo que mi padre fue un día por cigarrillos
Y nunca más volvió.
Les Mariques
Les mariques somos todes
Una y uno y otre sin excepción.
Las maricas se mueven por toda la city y pasean su mariconería desafiante.

¡Miren, unas maricas!
Gritan “los yerba” del Surisalcedo
Y ellas les pelan las tetas y el orto como un gesto romántico.
Los maricas marchan y gritan: ¡somes mariques y qué!
Hay otros que no marchan ni gritan, ni tienen voz ni voto, son solo la imagen de un culo o una verga en Grinder.

Yo soy un marica de vieja escuela:
De niño miraba los eclipses con la radiografía de la cadera rota de mi madre y el mundo me eclipsaba.
Yo solo quería ver la conjunción de los astros
No sabía que era un marica, pero no tardaron en hacérmelo saber.

–Mira amor, que cosa más linda: ¡un pequeño marique! ¡Un mariquita!
Y yo miraba a todos lados buscando algo alado en el cielo, pero un dedo me señalaba.
El Fantasma de Reinaldo Arenas sobrevuela La Habana
La isla arde en fiebre.

El cuerpo sidado ahora es territorio del Kaposi y la lástima.
Un vidrio vibra clavado a un costado de la cabeza del poeta agónico.
No estará presente cuando el dictador sucumba.
Pero lo recibirá a la entrada del infierno con una hoz encendida.
Desde el fondo de la tierra los muertos esperan con la boca abierta a que ocurra el milagro.
En el cañaduzal dos niños se masturban por primera vez.
Las playas han quedado a merced de los pájaros del verano más voraz.

Una pavorosa marejada trae con ella los peores años de la epidemia:
Un semen espumoso.
Una bandada de pelicanos enfermos.
Una balsa hecha de huesos.
Sobre la cresta de una ola de sangre un surfista fantasma arriba con buenas nuevas de una cura definitiva.
América en la distancia levanta su antorcha para iluminarnos.
En los callejones.
En los subterráneos atómicos.
Las nuevas generaciones hacen el amor.
En los laboratorios eclosiona el hongo de la vendimia.
El fin está cerca.
El deseo, atado.
La paga del pecado es sed.
La sed de un cuerpo que nos conduzca al precipicio.
E.Boy
Entre tú y yo:
Esquina/Billares/Peluquerías/Leves tráficos.
Es una distancia vulgar para hombres como nosotros.
La alegría de encontrarnos en medio de estas calles es una costumbre
Una incesante casualidad.

Verte aparecer impecable.
Tomar tu mano.
Y en ese “hola”, ver tu sonrisa colgando como un dije.
Luego, nada.
Un “hasta luego” que dura un siglo.

Y te alejas.
Así de simple es la nada.
Y yo me quedo en esta esquina de miseria.
Viendo tus bellos años.
Tu reflejo en los vidrios de las casas.
Tu caminar lento.
Como si el tiempo.
Como si el mundo.
Como si yo...
¿Te gustó? ¡Comparte!