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Por Óscar Alarcón (@metaoscar)

Ciudad de México, 14 de noviembre de 2022, [00:01 GMT-5] (Neotraba)

Un hombre entra por un costado del escenario y toma por sorpresa a los asistentes al teatro de Bellas Artes. El que aparente ser un anciano, lleva en la mano un maletín, se sienta y lo abre: aparece un tocadiscos viejo, casi como si fuera un fonógrafo.

Entona, a capella, una vieja canción y se encienden sus recuerdos y el escenario.

El balcón del amor. Montaje de Itzik Galili con la Compañía Nacional de Danza. Foto de Nath Martin tomada de la cuenta de Twitter de la CND
El balcón del amor. Montaje de Itzik Galili con la Compañía Nacional de Danza. Foto de Nath Martin tomada de la cuenta de Twitter de la CND

Dámaso Pérez Prado, el cara de foca o rey del mambo, le da vida a una puesta en escena que Itzik Galili, nacido en Israel, montó en el palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México con la Compañía Nacional de Danza, y que se estrenó este 13 de noviembre de 2022, lleva por título El balcón del amor.

La buena ejecución de las coreografías se completa con una escenografía sencilla: fondo negro y un juego de luces que hacen que por momentos el espectador vea cuadros vivientes en escena.

El balcón del amor. Foto de Óscar Alarcón
El balcón del amor. Foto de Óscar Alarcón

La danza es de gran trabajo físico. Más de 20 bailarines en escena interpretan la ensoñación o los recuerdos de un hombre que busca el amor de una mujer. O la idealización de ese amor. O los restos de ese amor.

“Bésame mucho” y “Cerezo Rosa” son algunos de los mambos que acompañan a este personaje en la búsqueda de Julieta, un amor distante y cuya representación en sus recuerdos es una traviesa la luz cenital.

El balcón del amor. Montaje de Itzik Galili con la Compañía Nacional de Danza. Foto de Nath Martin tomada de la cuenta de Twitter de la CND
El balcón del amor. Montaje de Itzik Galili con la Compañía Nacional de Danza. Foto de Nath Martin tomada de la cuenta de Twitter de la CND

El vestuario también es sencillo: los y las bailarinas están ataviados con blusas blancas y pantalones negros.

La feminidad, la masculinidad y la homosexualidad se explotan en esta puesta en escena que muestra que en nuestro país tenemos grandes ejecutantes de danza contemporánea. Y por sobre estos temas aparece el erotismo y la ingenuidad, elementos que van de la mano y que hacen que los cuerpos de hombres y mujeres se fundan mientras vemos nalgadas, jalones de playeras, abrazos y besos.

Pérez Prado se revitaliza con el cuadro final: “Cerezo Rosa” cierra la obra en una versión extendida que nos permite ver que el amor está en lo físico y en la ensoñación, pero que los dos bailarines llevan a puntos paroxísticos para hacer vibrar al público que ovacionó de pie el final.

El balcón del amor se presenta el 13 y el 20 de noviembre, con 2 funciones de 5 y 7 pm en Bellas Artes.


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