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Estado de guerra. Foto de Estela Hernández.
Estado de guerra. Foto de Estela Hernández.

Por Juan Jesús Jiménez

Puebla, México, 04 de abril de 2020 (Neotraba)

Para los que no sepan la leyenda, Gordias era un campesino que tuvo la suerte de cumplir con las condiciones de un oráculo. Frigia en ese entonces no tenía rey y desde Delfos llegó la predicción de que: aquel que entrase por este con un cuervo posado en su carreta, sería coronado rey por gracia divina.

Después de que Gordias fuese nombrado soberano de Frigia, en agradecimiento, puso su carreta y su lanza atados al templo de Zeus, con un nudo imposible de desatar, tanto así que el mismo oráculo que predijo el ascenso de Gordias dijo: aquel que desate este nudo será capaz de gobernar desde el ascenso del sol hasta su ocaso.

Más tarde, Alejandro Magno, en su camino a dominar el imperio persa, en su paso por Frigia aceptó el desafío del nudo, partiéndole por la mitad.

¿Y esto cómo afecta mi cuarentena? –me preguntarás– es solo una leyenda más.

Y sí, puede que sea solo una leyenda más del montón pero yo creo que permite bastantes interpretaciones de su relato. Entre esas, la que trataré es respecto al su desenlace, donde Magno cortó el nudo. ¿El reto fue superado? ¿Es verdad el lema tanto monta[1]?

Atribuido a Maquiavelo , existe una frase que enuncia algo muy parecido y que muchas veces se emplea como una frase de autoridad y represión. “El fin justifica los medios”.

Ahora, ¿bajo qué preceptos se cumple esta frase? La respuesta simple es que en ninguno, incluso desde la forma más fría de ver a los hombres como datos sin valor en sí mismos (la guerra); no es lo mismo cien vidas por una victoria a una victoria a cambio de cien vidas. De ninguna forma el fin justifica un medio, por más noble que parezca la intención. Si no me creen, evaluemos uno de los procesos más significativos de la historia mexicana, la independencia.

Entre los primeros años de la rebelión, tras las recientes derrotas de Hidalgo y su posterior huida hacia Guanajuato, el general Calleja y José de La Cruz vieron en la gente que lideraba el movimiento un puñado de revoltosos, los cuales cederían la ciudad sin dar batalla ante la organización y complejidad de un ejército entrenado. En este caso la masacre del puente Calderón en 1811 representó para Calleja un medio para acabar con la rebelión. Pero, pese a todo pronóstico, el movimiento que había iniciado el cura Hidalgo se había extendido ahora por el sur a las voces de Francisco Javier Mina, Morelos y demás personajes que se mencionan en los libros de historia.

Por lo que acabar con la vida de cerca de 90,000 gentes no ayudó realmente a que se detuviera el movimiento armado, solo lo logró contener un tiempo. El medio no sirvió para más que llenar el puente de cuerpos y humo de fusiles.

Porque lo ideal sería que este proceso de independencia pacífico se llevase a cabo en un ambiente donde todos tienen los mismos privilegios, donde la independencia sólo debe ser meramente un paso más para que las naciones lleguen a desarrollar su potencial. En su lugar, teníamos una nación con una jerarquía piramidal donde era muy difícil salir del lugar asignado por la sociedad. “Una farsa cósmica”, lo llamaría Shakespeare. Así que en este caso, el nudo gordiano admite ser cortado para desatarlo.

Respuesta compleja: el fin en sí mismo debe atender a los medios que se usarán para conseguirlo. En otras palabras, los medios deben ser precisos y optimizados para causar el menor daño posible pero sí con un efecto grande.

Volviendo al ejemplo histórico: tal vez si Hidalgo hubiese optado por tomar la ciudad de México, la guerra no se hubiese extendido por los siguientes diez años. Pero la vida no es ideal y tenemos ante nosotros la desventaja de que quienes están encargados de desatar los múltiples nudos gordianos que rodean la historia, fueron y son humanos como usted o yo.

Nadie sabe realmente cómo es que funcionan las cosas y nos vemos rodeados de situaciones que muchas veces solucionamos por impulso e intuición (cortar el nudo). Hay una alternativa que obedece completamente a la razón humana (desatar el nudo). Ambos caminos se han hecho presentes en la existencia humana pero solemos concentrarnos en la forma más violenta.

Y mientras el colectivo no mire a otro lado, los nudos ya no solo atarán situaciones complejas del pensamiento, nos atarán a un pensamiento barbárico que acabará con nosotros.

Tal vez la culpa, desde el inicio, sea de Gordias porque con un nudo nos hace pensar cosas así.


[1] Este lema fue empleado por los reyes católicos de España. Hace referencia directa a la frase dicha por Alejandro Magno: Tanto monta cortar que desatar.

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