¿Te gustó? ¡Comparte!

Por Yorleni L. Rojas

Puebla, México, 26 de abril de 2023 [00:01 GMT-6] (Neotraba)

“No dejo de ver muertos”.

–Despierta, amor, despierta.

–Ya, ya pasó.

– ¿Estabas soñando?

–Sí.

Frecuentemente me encuentro soñando que muero. Estoy en una situación de riesgo que evoluciona hacia mi muerte.

Muero ahogada, en incendios, arrollada por un automóvil, a golpes… de muchas formas muero.

Despierto exaltada y Julio me abraza, no hace más preguntas… creo que sabe de lo que se trata.

Durante mi vigilia cada vez que ando en bicicleta estos pensamientos también llegan a mí… ¿y si un auto se vuela un semáforo en rojo? ¿Y si alguien va a exceso de velocidad y no alcanza a frenar y me impacta? ¿Y si el resultado de eso fueran heridas tan graves que me provocaran la muerte?… ¿y si muero y no logro despedirme de mamá? ¿De mi hermano? ¿De Julio?

Pienso en la muerte como algo que trascendió en mi adolescencia y marcó mi ser. La muerte de mi padre. La ausencia y definitiva culminación de posibilidades.

Posibilidad de charlar, de abrazar, de escuchar, de sentir… porque ya no hay más.

Nada de eso, ¿o sí?

Una vez vi esa luz que tanto mencionan, a la que te acercas cuando mueres y a veces me pregunto si en realidad fue eso, si en realidad mi papá fallecido me habló para pedirme que no fuera hacia allá, hacia él. O si sólo era la luz del quirófano sobre mí mientras estaba en esa plancha.

Intento no pensar en eso porque la verdad es que sí tengo miedo al universo de posibilidades para morir que se abren sólo por vivir.

Pero oye, todos vamos a morir.

Todos vamos a morir.

Hoy no quiero morir.

¿Cómo quiero morir?

¿Quiero morir?

Quiero dejar de presentir que hoy voy a morir.

Quiero abrazar a quienes amo otra vez y otra más porque no quiero la inconformidad de saber que ya no hay más.


¿Te gustó? ¡Comparte!