¿Te gustó? ¡Comparte!

Por Carlos Bortoni (@_bortoni)

Ciudad de México, 14 de octubre de 2022 [00:02 GMT-5] (Neotraba)

Dejé de poner atención en el video en cuanto reparé en su playera, qué –con enormes letras negras– decía: Así es la vida. A partir de ese momento, alrededor del segundo diecisiete, lo que, la mujer que contaba la historia de como sufrió un accidente por manejar en estado de ebriedad, decía, fue matizado por las palabras de su playera: Así es la vida. Los poco más de ocho minutos de duración del video, con el que el Gobierno de la Ciudad de México buscaba sensibilizarme para respetar el Reglamento de Tránsito, se convirtieron en un diálogo de sordos donde aquella mujer contaba como quedó aplastada y atrapada entre la lámina de un coche estrellado y la piedra volcánica contra la cual se estrelló, y yo que inútilmente respondía: Así es la vida. Un diálogo que no llevaba a ninguna parte, entre aquella mujer que explicaba como estuvo a punto de no volver a caminar y el largo proceso de recuperación por el cual atravesó, y yo que sin poner mucha atención respondía: Así es la vida. Un diálogo en el que lejos de sensibilizarme para respetar el Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México, la tragedia de aquella mujer que estuvo a nada de morir, me dejó más claro que antes que: Así es la vida.


¿Te gustó? ¡Comparte!