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Por Gabriela Paredes

Hermosillo, Sonora, 14 de septiembre de 2023 (Neotraba)

Al final,

Floreces

No correspondido

Intenté arrancar la flor que estaba enamorada de sus raíces. Se aferró a ellas con fuerza

y sus espinas se encajaron en mi piel cubriendo el

amor de un profundo dolor.

Me había enamorado de la flor que sólo me podía ofrecer sus espinas.

Y dentro de las miles sensaciones de dolor,

algo se sentía bien.

Tempestad

Los pájaros han detenido su canto al hacer llorar a las nubes que ya gotean incesantes sobre mi flor de nube. La tempestad me pega fuerte y me hace trizas. Los vientos han arrancado de mis manos las semillas de las flores.

Tengo en la garganta el nudo y lágrimas me golpean los ojos. Tus ojos, dos ojos azules como un río tranquilo

que se han vuelto un huracán.

El resplandor que ilumina el cielo me avisa que te has ido y los millones de sueños que plantaste se han esfumado.

y las nubes cesaron su lluvia para no empapar la tierra

y de la tierra

sin vida

ya nadie renació.

Un jardín de despedidas

Los pájaros han vuelto a cantar, ha vuelto a llover y la tierra ha vuelto a nacer.

Yo sembré una flor,

por cada vez que partiste de aquí.

Ahora tengo un jardín

y cientos de flores por ahí.

El río de eterna melancolía

En la oscuridad de la madrugada, tus recuerdos fluyen en mi mente como el agua en un río. Te encuentro entre mis versos, entre los cientos de flores secas ocultas debajo de la cama, en las cartas que te he escrito y no he tirado al fuego, entre las fotos y recuerdos vacíos, entre todo lo que tiene tu nombre. Vacío. Ya no queda nada. Pero sigues existiendo en todo.

Quien inventó la noche

debió dejar anestesia

para los corazones rotos.

El tiempo

Ahora los días tardan una eternidad

supongo que el tiempo se ha detenido en apreciar la belleza de las flores. Esas flores que siguen ahí. Sé que no se van a ir. El aire con delicadeza las mueve y manos vacías arrancan sus raíces llevándose un poco de ti.

Deseo

que en otro universo,

el tiempo se detenga entre nosotros

porque las cicatrices hechas

por las espinas

no han sanado.

Renacer

Las flores se han marchitado,

ahora un montón de semillas cubren mis manos y a la tierra las he regalado. La tierra como refugio las arropa y con el río de mis lágrimas les quiero dar vida.

Te has ido.

Tus flores se han marchitado. El ciclo se ha cerrado.

Mis flores están renaciendo.

Y las cicatrices siguen ahí

no quiero que se vayan

nuevas flores van a acariciarlas.


Gabriela Paredes. Foto por cortesía de Manuel Parra Aguilar

Gabriela Janeth Paredes Coronado (Hermosillo, Sonora, 1999). Escritora y Licenciada en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Sonora. Su poema “Dos noches después de llorar” ha sido publicado en redes sociales por Letras y Voces. Forma parte del segundo número de la Revista digital Narrativa con su cuento “Acompañada”. Dos de sus minificciones forman parte de la antología Historias sin límite, de la Editorial Mini Libros de Sonora. Recientemente, fue seleccionada para ser parte del tercer número de la Revista Literaria Perlas del Desierto.


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