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Por Berenice Aguilar

Puebla, México, 26 de noviembre de 2021 [00:10 GMT-5] (Neotraba)

Dos señoras enamoradas al otro lado de la pantalla dejan entrever un espacio íntimo, privado y cotidiano. Su voz relata la posibilidad de espacios nuevos –más allá de convencionalismos morales y religiosos.

Odette y Paulina, a través de su risa y dialogo, nos llevan a reflexionar sobre el amor entre mujeres, el deseo y autonomía a través de su muestra Versas y Diversas, motivo de la siguiente entrevista.

Odette Alonso (1964) es poeta y narradora cubanomexicana. Autora de diversos libros, entre ellos Últimos días de un país (2019), Hotel Pánico (2013), Espejo de tres cuerpos (2009). Paulina Rojas (1987) es profesional de museos, Coordinadora de la colección Bulevar Arcoíris. Ambas coordinan Versas y diversas. Muestra de poesía lésbica mexicana contemporánea.

Portada de Versas y Diversas.
Portada de Versas y Diversas.

Berenice Aguilar. ¿Cómo surge la idea de crear una muestra como Versas y Diversas?

Paulina Rojas. La literatura de mujeres nos une como pareja, la representación lésbica en la literatura.

Un día, mientras desayunábamos, conversamos sobre la importancia de tener lugares a los cuales recurrir y en donde las mujeres –lesbianas– podamos encontrarnos. Sentir apoyo y respaldo, pues la diversidad sexual es minoría en comparación con lo heterosexual o heteronormativo.

En una ocasión, despertamos con fuerzas y ganas para realizar una muestra o antología. Fuimos a nuestros trabajos –los que nos dan de comer– y les robamos algunas horas para empezar esta labor. En marzo de 2018, lanzamos una convocatoria y así se realizó Versas y Diversas. El proyecto nació del amor y nos sigue generando ilusión.

Odette Alonso. Pedimos que se reflejaran aspectos de la vida lesboerótica, lesboafectiva o lesboamorosa. Ese fue el principio fundamental para la recepción de los poemas.

Algunas los mandaron voluntariamente. A otras les escribimos de forma individual, tal es el caso de Rosamaría Roffiel y Reyna Barrera –las clásicas. Reyna envió algunos y Rosamaría autorizó tomar de sus libros lo que nos interesaran.

Hicimos una selección de uno a tres poemas. Tuvimos como premisa la visibilidad lésbica, es decir, exponer el diálogo entre mujeres, cómo le habla una mujer a otra. Para integrarlos, hicimos lecturas individuales y después nos confrontamos. Platicamos de nuestras coincidencias y desacuerdos, de ahí vino una negociación en la selección general del libro.

Berenice Aguilar. ¿Por qué la poesía visibiliza el amor entre mujeres?

Odette Alonso. Crecimos con una educación sentimental ligada a la literatura heterosexual –porque era lo único que se publicaba. Nos identificábamos con los amores clásicos de las señoras con los señores –y los señores con las señoras– y extrajimos algunas claves para reconocernos.

Lo lésbico se movía en grupos clandestinos de amigas. Las mujeres que se relacionan con mujeres estamos bajo esa categoría desde hace tiempo. Debías manejarte con discreción entre familia y amigos.

Nuestra amiga Justine nos contó que en Baja California –aunque esto pasaba en Ciudad de México, Cuba o cualquier otro lado– un grupo de mujeres se reunía a leer los libros lésbicos de Rosamaría Roffiel o míos porque eran a los únicos que tenían acceso.

Paulina Rojas. Cuando descubres que te gusta una persona, el proceso común es buscar canciones o películas de amor para identificarte. En cambio, para las lesbianas, gays o cualquier disidencia, el proceso inicia antes. Hay dificultades inexistentes en lo heterosexual.

Es decir, te enfrentas a un choque psicológico, miedo, familia, al qué dirán, incluso a cómo te comportarás. Es un fenómeno exclusivo de las disidencias.

Al leer una novela de Jane Austen puedes reflejarte en los sentimientos de las personas, pero falta un proceso. No existe. Entonces buscas en lo underground,en lo prohibido. Investigas, gran parte del tiempo, a escondidas, pues no todo va bien la mayoría de las veces. Hay personas que no saltan esa barrera.

Uno de nuestros motores principales es poner a disposición de todas esas mujeres –y personas de las disidencias– estos poemas. Quizá se identifiquen con ellos y se asemejen a su vivencia. Todas salimos del clóset a través de este libro. También es una muestra para disfrutar. No todo es tragedia ni está mal, hay algo más después de todo ese camino turbio.

BA. ¿Cuál es la importancia de visibilizar y dar referencia a la escritura lésbica en un país con un contexto como el nuestro?

OA. El libro es la primera muestra de poesía lésbica mexicana que reúne 53 autoras. Tenemos antecedentes en la Revista Lesvoz –la cual convocaba en los noventa a concursos de poesía y narrativa de ese tono para publicarse.

Hay antologías LGBT con poesía de mujeres. Sin embargo, no había una muestra en donde se reunieran a cincuenta y tres autoras de dieciséis estados de la república, de tres generaciones para hablar de lo lésbico desde distintos puntos: no sólo lo erótico, amoroso y romántico. Se incluye la cotidianidad, las distintas luchas por la visibilización, la discriminación, etc. Todo esto desde un tono poético.

Estos temas se abordan generalmente desde la mirada heterosexual y lo disidente cae en categorías como “raras”, “desconocidas” o “pornográficas”. Se observa desde el morbo y desde ahí se evalúan estos temas. Todos quieren ver a dos mujeres amándose. Este libro va más allá de eso. Hablamos de la vida cotidiana de las lesbianas. Ir al súper. Ligar con una chica mientras bailas. Amanecer en casa de una desconocida. Versamos sobre el amor, la atracción y la cotidianidad de las relaciones de una mujer a lo largo de su vida.

PR. Los temas cliché que describe la mirada heterosexual son distintos a la mirada de una mujer. Por ejemplo, el porno lésbico es distinto, la intimidad entre dos mujeres cambia. En la muestra deseábamos rescatar esa visión de las personas que comparten realidad y camas porque la metaforización es distinta, existen otras implicaciones.

Los puntos de atención desde los cuales se habla. Por ejemplo, la humedad, el deseo, piel, manos, cabello. La mirada de una mujer viendo hacia otra. Cambia la sexualización de lo tradicionalmente concebido como erótico.

Paulina Rojas y Odette Alonso. Foto cortesía de las autoras.
Paulina Rojas y Odette Alonso. Foto cortesía de las autoras.

OA. Unos meses atrás un amigo nos entrevistó sobre la muestra. Le sorprendió la recurrencia a la humedad en los poemas. Para él, como hombre gay, ese aspecto no es importante o reconocido en sus relaciones. Por eso son importante estos trabajos. La poesía ayuda a visibilizar el amor de una mujer por otra desde aspectos distintos. Existe una tradición artística, literaria y política que ha visibilizado la mirada de esos creadores –generalmente son hombres– y permeó la óptica de las mujeres mismas.

El otro día hablaba acerca de Gabriela Mistral. Ella vivó en una época en la cual no era fácil reconocerse como lesbiana. Al leer su poesía encontrabas pistas en el modo de hablar con gran sutileza de alguien.Ahora sabemos que se refería a otra mujer.

Actualmente, podemos ser más visibles todas, todos y todes.

PR. Es necesario estar abierta a encontrar nuevas realidades. Lo sorprendente es lo desconocido.

Para mí el amor entre dos hombres es sorprendente porque mi mente no lo puede imaginar y tampoco podré experimentarlo. En este desconocimiento de experiencias y el entender a la otredad puede ayudar a acercarnos. Grandes problemas de la actualidad se deben a nuestro desconocimiento por lo otro. Por todo eso existente y diferente a ti. Hay cosas desconocidas a las cuales nos podemos acercar.

OA. Todas las personas que estamos dentro de la diversidad podemos imaginar cómo son las relaciones heterosexuales, sin embargo, los heterosexuales no pueden imaginarse nada. Quizá es un problema de falta de imaginación –o malicia (guiño, guiño).

BA. ¿Cómo han experimentado su lesbiandad dentro del mundo literario?

OA. Hay una gran cantidad de autoras y autores que desarrollaron una serie de subterfugios en la literatura para ocultar las relaciones lésbicas u homosexuales.

En mi caso lo viví por muchos años, hasta que un día, con cierta consciencia, empecé a usar la a para designar a la persona referida. Fue un proceso de aceptación, una misión de vida. Es decir, mi literatura hablaría de esos temas para hacerlos visibles porque me gustaría que esas relaciones lo fueran. Mi novela Espejo de tres cuerpos, publicada en 2009 –y a punto de reimprimirse–, habla de una relación lésbica entre dos profesoras universitarias.

Tengo la fortuna de moverme en ambientes en los cuales puedo hacer gala de esa decisión. Exhibirla. Al crear y entregar esos libros a otras personas, reconozco que ellas pueden identificarse a través de mis libros con esos sentimientos. Se reflejan a sí mismas. Si una persona se acerca a mi obra, sabe a lo que se atiene.

PR. Yo lo viví del lado lector cuando me asumí como lesbiana.Me dediqué a buscar textos de referencia –porque no los encontrabas tan fácil y era importante para mí hacerlo. Busqué más allá de la literatura, traté de encontrar material filmográfico –no sé cuántos virus le descargué a mi computadora buscando en diferentes páginas web. Aún en la actualidad sigo buscando referencias. Por supuesto veo otras cosas, pero esto apela a otro sentido.

Dentro de la visibilidad de mujeres, en el museo en el cual trabajo trato de incluir a las niñas todo el tiempo, leí un artículo sobre el masculino genérico y cómo las mujeres debemos aprender cuando éste nos incluye y cuándo no. Entonces, insisto en ese tema con las niñas, me gusta hacerlas sentir respetadas y representadas.

BA. ¿Qué consejos les darían a las jóvenes escritoras?

OA. No pidan permiso y no dejen de escribir.

Pueden empezar con anotaciones, diarios, etc. Si tienen alguna anécdota para recordar, pueden registrarla y así no olvidarla. En ese proceso se irá decantando si su escritura puede pasar a lo literario o se quedará en anotación personal. Si pasa a la literatura, busquen aquello que les acomode, así otras personas podrán acercarse a sus textos.

BA. ¿Por qué escriben?

OA. Es una necesidad de mi alma. El modo para expresarme.

A veces no hablo tanto como lo que escribo –a veces hablo como cubana que le dan un micrófono y no se calla. En mi escritura se canaliza todo lo que me inquieta, alegra y entristece. Además, tengo claro este oficio literario.

Es una vía de salida. Limpiarse. Yo digo que he matado a tanta gente en la escritura que ya estaría en el reclusorio. Pero, como no puedo matarla, pues escribo. Así la gente se muere en los cuentos.

PR. Puedo sacar ese odio que tengo –y no muestro– a través de la escritura.

BA. ¿Pueden hablarnos sobre sus futuros proyectos literarios?

OA. Estaremos en FIL Guadalajara –en las actividades aledañas– presentado Versas y Diversas. Si se logra hacer la FIL Minería –virtual o presencial–, también solicitamos un espacio para promocionar la muestra.

Por otro lado, estamos haciendo la curaduría de una colección dedicada a temas LGBT+. Próximamente saldrá en una editorial independiente.

Paulina Rojas y Odette Alonso. Foto cortesía de las autoras.
Paulina Rojas y Odette Alonso. Foto cortesía de las autoras.

Los ejemplares físicos de Versas y Diversas se están agotando. Sin embargo, la muestra seguirá vigente en el firmamento de la literatura lésbica y en descarga gratuita a través de la página de la Universidad Autónoma de Aguascalientes: https://editorial.uaa.mx/catalogo/cac_versas_diversas_9786078714650.html


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