¿Te gustó? ¡Comparte!

Por Iván Camarena

Hermosillo, Sonora, 26 de noviembre de 2021 [00:01 GMT-5] (Neotraba)


SOY UN TERRITORIO APARTADO DE MI MEMORIA, el rezago esencial de lo propio, la irresolución en la que dormito y crezco disgregado sin desear lo que anhelo ni pertenecer del todo a lo que amo.

Por eso hallo como única constante de la respiración frente al ocaso de las cosas, y como única voluntad sin insignias ni desgracia, la ceguera que me empuja con sus emblemas cautivos al horizonte liberado de las disoluciones que me salvan del mundo, sin salvarme de mí.

FIRME ANTE EL RESPLANDOR que me convoca con la intención de ratificar la barbarie incandescente de un nuevo rapto, solo me queda sabotear mi propia fuga, y acaso, romperme en ese instante fuera del tiempo con el propósito de hallar en mi ausencia anticipada, los fundamentos que me atan en su categoría de última verdad, a todo lo que me confirma y me desmiente, a todo lo que me permite advertir que es solo hueso, la tibieza de lo humano.

LO DEMONIACO EN MI CABEZA JUEGA CON LOS ÁNGELES. Ambos me envenenan con sus cantos tan apacibles como atroces. Me obligan a sobrevivir a su pugna cuando puedo ser yo y no me alejo de mí, pero en sus enfrentamientos sin tregua, siempre muere el ser en el que apenas me despierto. No les interesa entender que no me rigen sus gritos inmortales. No les interesa entender que mi descreimiento de ellos me obliga a poner la vista sobre mi animalidad imperfecta, que ahora sé, forma parte de mi divinidad imaginaria. No de su lucha sin fin. No de su guerra que nadie comenzó.

CUANDO UN ÁNGEL MUERE, sus alas buscan pactar con otro ángel, pues son las alas, y no los ángeles, las inmortales.

A MENUDO ME PRENDO FUEGO, solo por el gusto de verme flotar en cenizas.

¿POR QUÉ NO DUERMO? ¿Acaso tengo algo que decirle a la noche? ¿Acaso detrás de mis ojos un sol negro ilumina, e impide, con la pesadez de su luz negativa, que mis sueños recobren su aérea desenvoltura?

¿Cuándo es que se alejará de mi onirismo la densa sombra que a lo terrenal mi cuerpo ata? ¿Cuándo, el insomnio que me lanza a la deriva de una conciencia infranqueable, recobrará con la misma fuerza que me despoja de lo soñado, el reposo perdido de su eterno anonimato, o el canto silencioso de mi profunda nada?

Iván Camarena. Foto cortesía del autor.

Iván Camarena. Estudió literatura, una maestría en historia y un doctorado en ciencias sociales. Actualmente forma parte del Colegio Sonorense de Académicos de la Lengua y la Literatura, del Seminario Permanente de Filosofía de la Universidad de Sonora, del espacio de reflexión científico social Doxa, y del proyecto de sanación y despertar humano Medicina Ancestral. Entre sus reconocimientos literarios se encuentran premios estatales, regionales y nacionales de poesía. Ha publicado cinco libros de poesía.


¿Te gustó? ¡Comparte!