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George Henson e Isaí Moreno al fondo foto de Óscar Alarcón
George Henson e Isaí Moreno al fondo foto de Óscar Alarcón

Por Óscar Alarcón (@metaoscar)

Puebla, México, 29 de febrero de 2020 (Neotraba)

George Henson estudió en el Center for Translation Studies en la Universidad de Texas. Es especialista en traducción de literatura latinoamericana. Entre los escritores a los que ha traducido se encuentran Miguel de Cervantes, Elena Poniatowska y Sergio Pitol. Esta charla se llevó a cabo el 27 de febrero de 2020 en la librería Profética después de la presentación de katakana editores, editorial en la que Henson ha colaborado con la traducción al inglés de The Most Fragile Objects de Alberto Chimal. Ahí también se dieron algunos títulos como Miami blue y otras historias de Xalbador García, y No son tantas las estrellas/There Are Not So Many Stars de Isaí Moreno.

Óscar Alarcón. ¿Qué opina de los escritores bilingües que se traducen a sí mismos?

George Henson. Eso se hace bastante pero no con mucho éxito. A veces ese autor está demasiado cerca de su trabajo. No creo en el bilingüismo perfecto. Un idioma siempre es más fuerte que el otro. Y curiosamente los que intentan traducir su propia obra son las personas que en realidad no conocen muy bien el segundo idioma pero parece que lo conocen muy bien.

Por ejemplo, Nabokov empezó a traducirse a sí mismo porque él pensaba que las traducciones de sus obras eran malas. Y a partir de ahí empezó a escribir en inglés. Creo que Kundera también hizo lo mismo.

Nabokov creía en la traducción literal y cuando vio que alguien traducía una de sus obras y que no era literal fue que comenzó a traducir sus propias obras.

Kundera era al revés, a él no le gustaban sus traducciones, entonces curiosamente se traducía a sí mismo en francés y muchas de las traducciones que se hacían a otras lenguas eran de su traducción al francés y no de la versión original.

ÓA. Natalia Toledo ha dicho que algunos poetas bilingües del zapoteco-español tienen que traducirse a sí mismos.

GH. En ese caso es muy necesario, muy necesario. ¿Cuántos traductores hay que puedan traducir del zapoteco al español? Y esa traducción al español será la que se utilice al inglés.

Antes trabajaba –aunque ahora sigo publicando– para una revista que se llama Latin American Literature Today, que también publica muchos textos o traducciones de textos de lenguas indígenas. Y normalmente esas traducciones vienen del español.

Si un escritor que habla una lengua indígena puede traducir de esa lengua indígena al español –que normalmente es el caso– entonces creo que es necesario porque esas obras indígenas en las lenguas indígenas son importantes y merecen ser traducidas pero no solo al español.

Lo curioso ahí es el colonialismo, traducir a la lengua del conquistador, eso para mí es muy curioso pero creo que es una labor muy necesaria. Creo que esos son casos muy distintos a los que yo me refería.

Sergio Pitol foto de Pascual Borzelli Iglesias
Sergio Pitol foto de Pascual Borzelli Iglesias

ÓA. ¿Cuál fue la mayor dificultad de traducir a Sergio Pitol?

GH. Lo más difícil fueron todas esas referencias literarias porque él ponía en sus obras referencias, intertextualidad o referencias a textos y las escondía. No decía que fulano decía eso sino que ponía dentro de una oración muchas veces, por ejemplo, títulos de obras. Y como él era un gran lector que sabía de todas las literaturas universales, tuve que hacer mucha, mucha investigación.

Por ejemplo, había un caso: cuando estaba viviendo en Barcelona en los años 60 conoció a un joven marroquí o algo por el estilo, lo describió de una manera muy confusa y yo me preguntaba, “¿pero qué está diciendo aquí Pitol? ¡Para mí no tiene nada de sentido!”, entonces empecé a investigar y resulta que la descripción era el título de una novela alemana del Siglo XIX, que había sido traducida al español y era una especie de epíteto que le puso a ese personaje.

Para la gran mayoría de los lectores, me imagino, que no hubieran entendido nada. Para mí fue muy importante mantener eso y curiosamente, al mismo tiempo que esa novela –del Siglo XIX– había sido traducida del alemán al español, también fue traducida al inglés. Como yo había traducido el título al español –sin saber que era el título de una novela– resulta que era casi igual. En todas sus obras hay esas referencias literarias, que para él y para un grupo muy selecto de lectores eran muy importantes.

No voy a decir que ningún otro traductor hubiera encontrado eso pero es muy improbable. Para mí mantener esas referencias escondidas dentro de su texto fue muy muy importante. Entonces no te puedo decir cuántas horas pasé buscando dentro de libros… porque muchas veces él ponía una cita y decía de qué autor era pero no decía de qué libro y muchas veces él hizo su propia traducción. Él era un traductor muy libre.

En un caso, yo estaba buscando dentro de un libro… porque cuando traduces una cita y la original estaba en inglés, la tienes que poner en inglés. No puedes traducir del español al inglés. O si es una obra que ya ha sido traducida al inglés, yo pongo lo que llamo “la traducción oficial”.

Estaba buscando en este libro la cita usando una sola palabra y no la encontraba. Y resulta que Pitol había cambiado la palabra porque él necesitaba esa cita para lo que estaba diciendo dentro de ese párrafo, y para que la cita encajara tuvo que cambiar una de las palabras. Entonces empecé a buscar otra de las palabras y luego la encontré.

Alguna vez yo sabía que él había citado a Borges pero no encontraba ese libro de Borges. Encontré en internet que estaba en una biblioteca de una ciudad donde vivía un amigo y le llamé y le dije: “Mira, ve a la biblioteca, busca en la página tal y léeme esa cita”.

ÓA. ¿La traducción es una creación?

GH. Claro, claro.

ÓA. ¿Alcanza para un género literario?

GH. Es una pregunta muy actual porque muchos traductores se están llamando autores: “yo soy el autor de esta traducción”. Creo que la tarea del traductor es ser fiel. Para mí el autor y el texto “original” son lo más importante.

¿Quién soy yo para decir que soy el autor?, sí, he hecho una traducción. ¿Soy creativo? Sí. ¿Soy autor de esa traducción? Tal vez sí, tal vez no. No busco fama. Desafortunadamente lo que muchos traductores están buscando hoy en día es fama, la misma fama que tiene el autor. La verdad es que a mí eso no me interesa.

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