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Por David V. Estrada

Ciudad de México, 2 de septiembre de 2023 (Neotraba)

Fotos y diseño del cartel de Héctor Ortega

Muchos de nosotros hemos experimentado un momento de colapso en la vida, un instante de suspensión en el que al vernos desde afuera nos sentimos repelidos por estar viviendo como un hámster dentro de una rueda que gira sin destino o propósito alguno. Algo parecido le sucede a Esther, una chica desempleada que un buen día, después de caer en cuenta que su trabajo no era de lo mejor, bajó el ritmo de compromiso y acabó por perderlo para pasar a las filas del desempleo. Así fue como comenzó a tener más tiempo para realizar ese tipo de exámenes de interiorización que se le da mucho a la gente que tiene mucho tiempo para pensar, pero no demasiado como para no morirse de hambre o de miedo ante el vacío de no tener de dónde sostenerse en el tren de vida de una sociedad capitalista.

Basada en un texto de la joven dramaturga irlandesa Margaret Perry, “Plegable” es una obra dirigida y producida por Hugo Arrevillaga y estelarizada por Grecia Ricart, quien también fungió como coproductora.

El texto es una traducción de Humberto Pérez Mortera con un nivel de sencillez y profundidad capaz de tocar a cualquier tipo de públicos ante la universalidad de su temática. Es un tratado escénico con un fondo que indaga en el no fondo de la vida moderna utilitaria y desechable como el de una silla plegable que puede ser sustituida por otra y después por otra. Pero también en los restos humanos que somos en nuestra vida diaria viviendo a medias perdiendo nuestra humanidad por un fin que no tiene que ver con nuestra humanidad propia.

La obra gira entre la comedia y el drama de una forma ágil y punzante con un fabuloso trabajo escénico de Grecia Ricart, quien con un gran rango expresivo y labor corporal logra representar el periplo de una chica que se prepara para dar la mejor versión de sí con los diversos entrevistadores de trabajo. mientras se va destartalando por fuera en sus diversas relaciones interpersonales. Mientras más avanza parece que menos se encuentra, pero habrá de llegar a un momento catártico y sencillo, representado en alguien que parece repudiar, que le habrá de cambiar el paradigma de su vida que es una suma de colapsos emocionales.

Con motivo de su reciente temporada, de la que resta una función este sábado 2 de septiembre a las 19:00 hrs. el Círculo Teatral de la CDMX y otra más el 7 de septiembre en el Foro 790 de Guadalajara a las 20:00 hrs., platicamos con el director Hugo Arrevillaga en exclusiva para Neotraba.

Plegable, cartel de Héctor Ortega
Plegable, cartel de Héctor Ortega

Neotraba: ¿Cómo fue que “Plegable” llegó a usted?

Hugo Arrevillaga: Un poquito antes de la pandemia me topé con el texto de Margaret Perry, una dramaturga joven de Irlanda que es una chica muy talentosa. “Plegable” o “Collapsible”, como se llama en inglés, es su primera obra y me parece extraordinaria, ya que no toda la gente tenemos la facultad de poder escribir de una manera tan puntual, tan sensible y con arcos dramáticos tan bien delineados como ella.

Entonces, cuando supe de ella, fue por una nota que hablaba de la presencia de esta obra en el Festival de Edimburgo donde había ganado premios en el rubro de mejor actriz, lo cual habla muy bien de la obra. Busqué si estaba en ebook y de inmediato la bajé y la leí.

Después vino la pandemia y le pedí la traducción a Humberto Pérez Mortera quien es un amigo y colaborador con quien he trabajado mucho. Emprendí el proceso de buscar con quién podía contar y evidentemente en la pandemia era imposible. Conforme ese periodo caótico iba dejando sus estragos, el texto cobraba más relevancia. Entonces, al verme reducido en posibilidades de producción por la vía privada, le comenté a Grecia Ricart, una gran amiga de hace 7 u 8 años que conocí en el proyecto de “Hotel Victoria” donde pude confirmar su potencia actoral, compromiso, disciplina, sensibilidad, además de esa facultad que tiene para poner todo al servicio de la función y potenciar las historias que cuentan.

Plegable. Fotografía de Héctor Ortega
Plegable. Fotografía de Héctor Ortega

Entonces le presenté el proyecto a Grecia y le dije que yo podía poner mis honorarios como director si ella pagaba la licencia de derecho. Ella inmediatamente aceptó. A la distancia podemos decir que llevamos 15 funciones presentadas y que estamos muy contentos de haber puesto nuestro voto de confianza en algo que no tenía nada, sólo un texto traducido del que yo pagué la traducción y ella la licencia. Y con la voluntad, las ganas y el ánimo de hacer un proyecto juntos quedó “Plegable”.

Desde un inicio mi objetivo era tener un proyecto que me permitiera girar. No necesita absolutamente nada. Una pista y una alfombra a lo mucho. Luego surgió la posibilidad de la mesa que se puede conseguir en cualquier lugar donde fuera. Esas fueron las consignas de producción, las hemos respetado y nos ha permitido mucho salir y poder compartir la obra con más personas y tener la gratificación de haber podido recuperar lo de aquella primera inversión.

Plegable. Fotografía de Héctor Ortega
Plegable. Fotografía de Héctor Ortega

N: Últimamente he visto que ha hecho muchos unipersonales. Cuénteme, ¿a qué se debe esto y qué tan distinto es de cuando dirige elencos grandes a los que nos tenía acostumbrados en la década pasada?

HA: Esta pregunta sí me dolió si le soy sincero. Sí, pues qué le digo… Precariedad, esa es la única razón. Por la precariedad total ya es imposible emprender una producción de una obra, como por ejemplo “Bosques”, que requería de un elenco numeroso y potente. Para mí fue un enorme placer poder trabajar con elencos tan grandes. No recuerdo cuántos fueron, pero eran como 13 actores y actrices.

En el CUT por ejemplo, aunque es una universidad y no tenía que pagar una nómina, tenía 14 actores. Me gustan los repartos numerosos. Evidentemente entre más actores y actrices tengamos en escena, mediante un proceso creativo, es más enriquecedor ese proceso y más enriquecedora puede ser la posibilidad emotiva y actoral que está en escena. Es genial tener tanta gente arriba, es un milagro en México poder hacer una obra con un reparto numeroso. Entonces, he emprendido el camino de la autogestión y de la producción personal, privada y eso me ha orillado a depender durante estos últimos tres años de la beca del Sistema Nacional de Creadores de Arte que me ha permitido solventar producciones con un solo actor o actriz y aun así debo decirle que ha sido un ejercicio bien complicado, ya que los fondos llegan de forma irregular.

En fin, supongo que habrá sus razones, evidentemente bajo ese esquema uno en la producción no puede hacer una ruta crítica en forma que se pueda respetar, porque sencillamente uno no sabe cuándo es que va contar con el recurso.

Y yo, además, tomé la decisión de hacer estos monólogos en Aguascalientes como “Kyra”, la primera versión de “Zombi” fue en Guadalajara donde conseguimos afortunadamente un apoyo a partir de la gestión que hizo mi amiga y productora Katy Jiménez y Alejandro Rodríguez que fue el actor que hizo el primer “Zombi”.

Eso nos permitió en gran medida poder estrenar porque era imposible. Yo sé que parece extraño decir “Cuento con una beca, pero me ha sido difícil montar la obra”, pero sí lo ha sido. Tan sólo lo que implica tener un grupo de diseñadoras y diseñadores, la producción misma, y en mi caso, que tomé esta decisión de la cual me siento muy satisfecho y gustoso de poder de salir de la CDMX, pero que también implicó un montón de sacrificios porque la beca no fue suficiente para solventar esos procesos. Entonces tuve que trabajar en otras cosas para poder retribuir todos esos gastos que fueron muchísimos.

La razón de los monólogos es esa, para poder seguir haciendo teatro no tuve otra que montar obras de un actor o actriz, ya que no es viable cubrir una nómina a partir de las taquillas que a veces nos puede ir muy bien y otras muy mal. Pero si le soy sincero, extraño mucho los grandes elencos, mucho. No sé, el elenco más grande que he tenido para trabajar ha sido “El Hotel Victoria” que eran aproximadamente un elenco entre 75 o 80 magos, actores, bailarines y acróbatas más la gente que estaba ahí operando que eran 25 o 30 más.

Para mí esa fue una experiencia de alto rendimiento muy satisfactoria porque la adrenalina está al tope y la energía tiene que estar al tope todo el tiempo y fue muy emocionante. Pero la verdad es que ya no veo cuándo pueda suceder eso. Tal vez ahora en el cine eso pueda suceder, pero ahora que sé de la oportunidad de hacer cine, yo en realidad quiero conservar esos crews pequeños, con equipos muy reducidos y asertivos.

Plegable. Fotografía de Héctor Ortega
Plegable. Fotografía de Héctor Ortega

N: Como ya es costumbre en sus puestas en escena, veo que sus actrices hacen un gran trabajo actoral para poder todo de sí en sus historias. Como en esta que Grecia Ricart realiza un despliegue entrañable y muy divertido en múltiples personajes, además del de Esther. Cuénteme, ¿cómo fue la experiencia de trabajar con Grecia Ricart?

HA: Grecia, como todos y todas las jóvenes actrices y actores con los que he trabajado, ha sido una bocanada de aire. Han sido mi colágeno artístico porque son personas con una voracidad y una necesidad tan grande por devorarse la ficción, crear, indagar por irse a un abismo y no tienen problemas, y se llenan de rabia, tristeza y de nostalgia. Han sido seres increíbles que me han dejado las manos, el oído y el corazón llenos. Les tengo tanto agradecimiento. Hablo de todos y todas porque de una manera el llegar en este momento a “Plegable” con Grecia es un placer tan grande. Hasta en las funciones que llegan a ser muy accidentadas, me parece que Grecia sale a dar el todo por el todo y eso es algo que me parece muy admirable de ella.

Es una mujer muy íntegra en su preparación, canta increíble, tiene un conocimiento musical, un gran conocimiento del trabajo físico, se la pasa leyendo y estudiando, me parece que tuvo mención honorífica al salir de la ENAT; es una persona con una belleza muy poderosa, con una expresividad en los ojos muy poderosa. Ahora está haciendo varios proyectos audiovisuales, entre ellos una serie llamada “Señorita 89” que está por estrenarse. Yo siempre le he dicho que en el momento en que haga una película va a irse a las nubes porque fotografía muy cabrón. Y es una chica que además tiene un sentido muy profundo de humildad, yo nunca le he visto un solo desplante. No la he visto decir “No puedo”, no la he visto claudicar en una búsqueda. Yo de pronto en los ensayos que fueron tan extenuantes, al final ya le decía cuando terminaban que le mandaba las notas por mensajes de voz. Y a pesar de que ya era muy noche, ella se ponía a trabajar en ello. Tiene un instinto salvaje de creación desmedido, desbordado y descarnado.

Uno como director siempre está pidiendo colaborar con personas de esa naturaleza que puedan unirse a una pasión desmedida a tu pasión ya desmedida. Es fuego con fuego finalmente. Para mí ha sido muy gratificante el trabajo con Grecia. Yo me siento muy agradecido por el voto de confianza, porque ella tuvo la posibilidad económica de decir en ese momento “Yo pago los derechos y vámonos”. Algo que yo ya había intentado hacer, pero nada más no pasaba. O sea, estoy realmente muy satisfecho y muy contento de estar haciendo esta obra con ella, porque ha sido una cómplice fundamental para que “Plegable” toque el escenario hoy en México.

Plegable. Fotografía de Héctor Ortega
Plegable. Fotografía de Héctor Ortega

N: ¿Qué viene en los próximos en sus proyectos en escena o cine?

HA: Ahora tengo la oportunidad de dirigir la entrega del Ariel que por primera vez saldrá de la Ciudad de México para realizarse en Guadalajara, lo cual es muy emocionante. Para mí ser parte de esa ceremonia desde el año pasado ha sido muy gratificante y un honor poder colaborar con Leticia Huijara, presidente de la Academia, junto a la vicepresidenta, Inna Payán; son mujeres que no sólo admiro profundamente, sino que les tengo un amor, un cariño y admiración profunda por su trabajo en el cine de hace muchos años.

Estar ahí en la ceremonia siendo director de escena para mí es un regalo tal cual, es sufridor como todo lo que implica una producción muy grande con un montón de cosas y gente. Es algo que se transmite en cadena nacional y en vivo y no puede haber errores pues no importa, es para mí un gran placer y regalo. Eso ya está para el 9 de septiembre.

Después viene un proyecto al que le tengo mucho aprecio que es la adaptación escénica de la novela “Carcoma” de una extraordinaria escritora española muy joven, Layla Martínez. Se trata de su primera novela que ha tenido un éxito inusitado en toda Europa. La leí en la pandemia y bueno, si bien ese tiempo feroz me quitó a mis dos abuelas, también me dio otras muchas como la posibilidad de haber visto un montón de cine y leído un par de novelas que me impactaron.

Después de leer “Carcoma” le pedí inmediatamente a Layla la posibilidad de realizar una versión escénica y ya se va a dar. La adaptación la hizo la maestra Itzel Lara a quien también le tengo mucho cariño. Tengo la fortuna de colaborar con ella desde “Fruto en la sequía” y considero que Itzel es una escritora extraordinaria. Entonces unirla con el mundo extraordinario, mágico, misterioso, oscuro y tan amoroso de toda su obra con la de Layla ha sido muy afortunado, pues también eso ya está en desarrollo para estrenarse en octubre en El Hormiguero con muy pocas funciones.

De ahí tengo un proyecto que me tiene muy emocionado que es de uno de mis autores preferidos: Pascal Rambert, autor francés de quien hice “Clausura del Amor” y “Hermanas”. En escena estarán Arcelia Ramírez y Tamara Vallarta que me parece una de las grandes actrices de su generación y que nunca habíamos colaborado a pesar de conocernos desde hace mucho y tenernos aprecio y admiración mutua. Se llama “La entrevista” y es un madrazo a la boca del estómago y al corazón mismo. Es una cosa tan entrañable que yo de verdad creo que mucha gente va a encontrar algo ahí que ha estado pendiente después de tanta perdida en la pandemia. Y también vamos a hacer una reposición de “Zombi” en El Hormiguero.

Plegable. Fotografía de Héctor Ortega
Plegable. Fotografía de Héctor Ortega

N: ¿Cómo ve la situación actual del teatro en México, se ha podido recuperar después del trancazo mortal que le pegó la pandemia?

HA: Te puedo decir algo que he compartido con muchos compañeros y compañeras: el teatro ha retomado su vuelo, lo cual me conmueve profundamente. Pensé que no lo íbamos a lograr y que no podríamos volver de la manera en la que estábamos haciendo teatro. Pero sé que los espectadores volvieron y pagan sus boletos que sostienen al teatro. Y los artistas estamos generando mucha confianza. Con mucha esperanza eso para mí es lo más satisfactorio por el momento. Es todo lo que necesito saber, ya si hay buen teatro o mal teatro, eso queda en la conciencia de cada quien.


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