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Por Óscar Alarcón (@metaoscar)

*Con la colaboración de Lizeth Tlatelpa de Roman

Puebla, México, 8 de julio de 2020 [01:29 GMT-5] (Neotraba)

Lo entrevisté la semana pasada, me dijo Zaira Eliette Espinosa mientras me acercaba el libro. La portada negra me pareció poco atractiva. Fue hasta que lo tuve en mis manos y pude observarlo de forma detenida: distinguí la boca de un arma de fuego que acaba de dispararse. Entonces todo cambió. Es un tipazo, platicamos para Canal A+ y la entrevista sale la próxima semana, insistió la poeta regiomontana. Metal de Samuel Segura obtuvo el Premio Novela Juvenil Universo de Letras, 2018. Creo que te va a gustar, es una novela con mucho rock y Samuel es a toda madre.

A veces quisiera tener el tiempo para leer lo que me recomiendan mis amigos. Era julio y el calor regiomontano apenas me permitió escribir el título de la novela en la libreta. ¿Cómo me dijiste que se llama el autor? Samuel Segura, búscalo en Facebook. Llegó diciembre y como regalo navideño me hice de un ejemplar. La novela tiene música, lo digo de manera literal, entras a la primera página y la batería ya retumba en tus ojos, en tus oídos; el bajo te recorre la piel, te la eriza; el humo de un arma recién disparada. La bala se percute. El volumen del trash aumenta. Comienza la charla.

Samuel Segura. Foto de René García.
Samuel Segura. Foto de René García.

Óscar Alarcón. Nos damos cuenta de entrada que el personaje protagonista es una chica y que además es una baterista. Es decir, la novela desde la escena inicial rompe esquemas, ¿qué virtudes tienen los bateristas en los grupos de rock, y en grupos de metal, que no tienen en otros géneros?

Samuel Segura. Yo creo que una intensidad abrumadora. Sin duda el metal, y más en el metal extremo —géneros como el dark metal— es muy indispensable un baterista que pueda dar una velocidad de una canción de tres cuatro minutos con toda la potencia disponible. Puedes creer que existe un baterista musculoso, con unos brazotes… y sí los hay. Hay por allí varias bandas en Estados Unidos con weyes que tiene unos pinches brazos así… Ya me estoy expresando… soy de Ecatepec. Discúlpenme. Tienen unos brazos muy potentes.

Pero hay otros bateristas que, como es el caso del padre de la protagonista de esta novela, los bateristas son gordos, con sobrepeso, así grandotes.

En el metal extremo hay unos muy buenos que desarrollan habilidad en las manos y en los dedos.

Entonces, como no mueven mucho los brazos, solo mueven los pies o las manos, son como unos pulpos, son impresionantes. Creo que lo que podría caracterizar a un baterista es la fuerza, la intensidad, eso que exige, ¿no?

¿Y ustedes son pareja? Le pregunto a Samuel y a María, una vez que nos subimos al auto. Se miran entre sí y se ríen. No, somos amigos. Desde hace mucho tiempo somos amigos, nos conocemos hace años. Todo mundo nos pregunta lo mismo, nos queremos mucho. Es el 30 de enero de 2020, las presentaciones de este año apenas comenzaban. No sabíamos que se suspenderían por la pandemia que se aproximaba.

Iván Gómez me acompañó a recogerlos a la Central de Autobuses. Nos perfilamos hacia la Biblioteca Central de la BUAP. Platicamos sobre el viaje, sobre la novela, el premio, el trabajo de modelo de María, todo lo que ha escrito Samuel. El sufrimiento de un hombre calvo, es el título de la novela que Samuel escribió y que está publicada en Vodevil Ediciones, de Aydeé Bravo. El día que vino Aydeé a presentar los títulos de Vodevil la trajo, el título me llamó la atención, le confieso a Samuel. Es una novela a la que le ha ido muy bien, me responde. El semáforo cambia a verde. Avanzamos por el Circuito Interior. Samuel Segura y María Hernández, dos personas muy sensibles, interesantes, esa es la primera impresión que me dan y conforme avance la tarde me daré cuenta de que no me equivoqué.

Óscar Alarcón y Samuel Segura. Foto del Centro Librero de Puebla.
Óscar Alarcón y Samuel Segura. Foto del Centro Librero de Puebla.

ÓA. Como bien acabas de mencionar, eres de Ecatepec. La protagonista de tu novela es una niña y es quien toca la bataca en la novela. Tiene diecisiete años más o menos y el contexto en el que ella se encuentra es Hecatepec. Platícanos, cuando empiezas a construir la novela ¿cómo es que se te ocurre decir el personaje tiene que ser una chica y tiene que ser la baterista?

SS. Hecatepec está basado en el Ecatepec real —que adrede lo escribo con H al principio. Después vi que era un juego de palabras, que yo pretendía que tuviera que ver con la Hécate. Para luego decir que sí tenía que ver con el Ecatepec de la vida real, por las situaciones que ustedes probablemente conocen.

Primero escribí la novela pensando mucho en un protagonista varón. Hice un borrador con un chico —que era el baterista— y cuando terminé la historia, honestamente, no sentí que tuviera mucha fuerza. Entonces me agarró la idea y dije: “¿y si cambio el género al protagonista?”, literalmente eso fue lo que me pregunté.

Yo crecí entre mujeres en Ecatepec. Tengo dos hermanas, viví con mi abuelita, con mi tía, con mi mamá, la mayoría de mis amigas son mujeres… hoy me acompaña una amiga.

La condición femenina es algo que también me atrae. Como que por ahí va la onda y, cuando fui cambiando de género —precisamente al terminar— me di cuenta de cómo las sensaciones adquirían muchísima más relevancia que cuando era un chavo.

Fue como una decisión dramática, sólo porque justo está una chava en un mundo de hombres. Y en un mundo donde hay violencia en contra de las mujeres, entonces era un personaje ideal.

María enciende la cámara para hacer una transmisión en vivo. Conforme pasan los minutos la transmisión se cae. La tecnología no tiene palabra. Y sin embargo, hay mucha gente en el lobby de la Biblioteca que se acercó a escuchar la plática. Así son las presentaciones: al inicio, vacío, conforme comenzamos a hablar, después de escuchar que el micrófono se enciende y, sobre todo, el tema del libro, la gente se acerca. Nos ocurre con Metal, literatura y música, es una fórmula que no es nada nueva, a pesar de ello sigue dando buenos libros. En este caso el ganador del Premio, lo que ayuda a que más jóvenes en nuestro país se sientan identificados con los temas y con las situaciones y se animen a leer.

René García y Samuel Segura. Foto de María Hernández.
René García y Samuel Segura. Foto de María Hernández.

ÓA. Lo primero que uno se encuentra en la novela es la ruptura que el personaje hace de los esquemas tradicionales. ¿Conoces alguna mujer baterista de metal?

SS. Sí, de hecho, le regalé la novela a la chica que más pensé cuando estaba escribiendo. Es una chava que no voy a describirla físicamente, pero toca metal.

Cuando escribía, pensaba en ella. Me acordaba de su imagen física. Se la regalé y le dije “oye, tú eres una gran inspiración”.

Al principio me inspiré un poco más en mi persona, aunque al cambiar la perspectiva hacia la mujer, me imaginé a la chica —cada quien se la puede imaginar como quiera. Pero sí, fue precisamente de una amiga.

La Biblioteca Central es un espacio idóneo para hacer presentaciones. Cuenta con una comicteca, el primer reservorio de cómics en una Universidad pública en todo el país. También tiene una sala de cine, un espacio para hacer yoga o para dormir, murales, una sala en la que los alumnos pueden jugar PSP. Le cuento a Samuel y María quienes quedan maravillados ante el espacio. Esta tarde, el lobby tiene varias sillas que se ocuparán para un evento de videojuegos organizado por la Biblioteca y la Alianza Francesa. Todas las presentaciones que se realizan ahí terminan con un café en la terraza. Desde ahí se puede ver buena parte de la ciudad. María le toma fotos a Samuel. Es una excelente presentación de Metal en Puebla.

Óscar Alarcón y Samuel Segura. Fotos son cortesía del Centro Librero de Puebla.
Óscar Alarcón y Samuel Segura.

ÓA. Más adelante descubrimos que uno de los motivos por los cuales se mueve la protagonista es que su banda llegue a tocar en algún lugar donde haya gente. Me imagino que ya te ha pasado en presentaciones de libro donde sólo hay dos personas, o vas a un toquín y no conocen a la banda. ¿Qué tan importante es la asistencia del público? ¿Sólo es la actividad performática?

SS. Tendré que ser muy honesto: es muy importante para cualquier banda que los vayan a ver. Aunque a veces, lamentablemente —a lo mejor ustedes lo han visto— parece más una actividad performática, como si fueras a ensayar.

Yo he bromeado con los integrantes de mi grupo, les digo “hay tres personas, vamos a ensayar”. De pronto se vuelve muy lamentable.

Se abren la ronda de las preguntas del público que llegó a escuchar la presentación de Samuel. La gente se muestra entusiasta, participativa. Es una novela muy vital a pesar de que tiene un inicio funesto, que poco a poco se nos revelará el motivo. Los personajes se vuelven entrañables. Asedio es el grupo en donde tocan los protagonistas de la novela. Es el mismo nombre de la banda en la que Samuel es el baterista. Segura también escribe poesía, asistió al taller de Eusebio Ruvalcaba y es aficionado a la fotografía. Parece que hay un paralelismo entre Metal y la vida de Samuel, hace falta tener muchas agallas para vivir en Ecatepec, lo mismo que en esa ficción geográfica: Hecatepec, que suena a hecatombe y que parece ser un lugar de caos donde lo mismo habitan rockeros que asaltantes, jóvenes a los que su madre los protege y jóvenes que llevan un arma bajo el brazo. Los libros habitan también al interior de la novela, es difícil no hacer click con la protagonista pues todo mundo ha tenido problemas existenciales.

René García y Samuel Segura. Foto de María Hernández.
René García y Samuel Segura. Foto de María Hernández.

ÓA. El inicio de la novela es muy cinematográfico, comienza con un asesinato e inmediatamente nos pone en un contexto de Ecatepec. Cuando alguien le dispara a otra persona para nosotros parece normal. ¿Cómo fue la construcción de la novela?

SS. Te voy contando un poco. Me pregunté en algún momento de mi vida —yo creo que después de escribir mi primera novela— ¿qué es lo que voy a escribir a continuación? Y tenía el tema en mente. Pero todavía más, me dije, ¿qué es lo que más me interesa en esta vida? Pues la música y mi carrera, debo aprovecharlo y escribir. Además, creo que no es muy común, aunque exista literatura sobre música.

Así fue como empecé a lanzar una especie de crónica, algo todavía extraño. La primera escena que metí es ligeramente basada en hechos reales. No porque yo haya estado en un asesinato, sino por las condiciones en que se da aquí.

Lo hice así porque uno de mis escritores predilectos decía —con respecto a su forma de escribir— que empezaba con una escena poderosa o fuerte para agarrar al lector y no permitir que se escapara. Para sembrarle una duda y decir ¿qué es esto que acabo de leer? ¿Por qué paso esto? Sin querer le copie la fórmula.

Empecé la escena así, tal cual, sin un plan. Dije, bueno, a ver ahora a dónde me dirige y me gustó. Digamos, la experiencia de ir hacia lo desconocido. No tenía idea de lo que iba a pasar ni nada, y dije esto parece que tiene algo y sí, cinematográfico, también. Tengo formación en guion de cine, supongo que eso también influye.

Samuel Segura. Foto de René García.
Samuel Segura. Foto de René García.

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