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Por Javier Gutiérrez Ruvalcaba

Ciudad de México, 15 de marzo de 2023 [00:10 GMT-6] (Neotraba)

Recién comenzaba el 2023 cuando me enteré que el Instituto Nacional de Ciencias Biológicas de Beijing no únicamente está enfocado al estudio evolutivo del Covid 19, sino que también anda averiguando qué sucede en nuestro organismo cuando vomitamos.

Nadie está exento de sufrir arcadas y luego vaciar nuestro estómago de manera abrupta por nuestra boca.

Esto sucede cuando consumimos algún alimento en mal estado o repleto de bacterias o al percibir nuestro olfato algún olor en extremo desagradable.

Los científicos chinos decidieron estudiar este mecanismo fisiológico en los “Mus musculus”, o sea en unos comunes y corrientes ratones caseros, ya que su regurgitación es lo más similar a la nuestra.

Aquí cabe aclarar que debido a lo pequeño de su cuerpo y que su esófago es muy largo no expulsan el contenido estomacal tal cual, como el humano, pero si son afectados por náuseas, según publicó el diario español El Confidencial, basándose en el artículo “WhatsApp Happens in the Brain When We Vomit? We May Have Just Found Out”, aparecido en el diario científico Science Direct, que a su vez lo retomó de la revista Cell.

Peng Cao, autor principal de la investigación indicó que gracias a ese experimento se pudo estudiar la basca inducida de los roedores para “observar las respuestas de defensa del cerebro a los agentes tóxicos a nivel molecular y celular”, todo ello tras ingerir Staphylococcus aureus, misma bacteria que provoca reacciones idénticas en nosotros.

El conglomerado científico verificó que el hocico de los animales realizaba contracciones en diafragma y músculos para vomitar.

Creen que la bacteria en el intestino acelera la generación de serotonina, para dar paso a un proceso químico que alerta a los nervios que conectan el cerebro con el intestino, que activan a las neuronas Tac 1+ DVC, localizadas en el tronco encefálico para producir las arcadas y la regurgitación.

Cuando los científicos desactivaron artificialmente ese tipo de neuronas en los ratones, descubrieron que ese entramado nauseabundo bajó de manera considerable.

Lo mismo sucedió cuando indujeron esta reacción fisiológica con doxorrubicina, un fármaco utilizado en quimioterapia.

También, encontraron que a los parientes de Mickey Mouse se les desactivó las neuronas Tac + DVC no produjeron serotonina, y no tuvieron los mismos efectos en sus contracciones previas al vómito como en los que no fueron alterados neurológicamente.

Ya que los tejidos intestinales formados por las células enterocromafines son las responsables de la liberación de la serotonina intestinal, pudieron verificar cómo las toxinas interactúan a nivel celular para que tengamos que correr al baño y vaciar fragosamente el estómago por nuestro orificio superior.

Concluyeron que con este estudio “pudieron comprender mejor los mecanismos moleculares y celulares que desencadenan las náuseas y el vómito y eso ayudará en el desarrollo de mejores medicamentos”.


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