Esta novela es ideal para aquellos lectores que gustan de seguir una historia sin prisas, donde todos los detalles y los elementos desplegados en el tablero cuentan; además del trato y la descripción humana que tienen los dos autores para la elaboración de cada uno de sus personajes y sus historias.
Por David V. Estrada
Ciudad de México, 20 de junio de 2023 [00:05 GMT-6] (Neotraba)
En la primera década de los dosmiles se suscitó un boom de la literatura policíaca en Suecia gracias al gran éxito internacional de Stieg Larson y su heroína Lisbeth Salander que sería llevada a la pantalla grande en diferentes ocasiones por directores como Niels Arden Oplev, Daniel Alfredson y David Fincher.
Gracias a dicho boom surgieron plumas como la de Camila Läckberg, una economista que probó suerte en una de sus otras pasiones que tenía desde pequeña, cuando escribió su primer libro a los cuatros años. El resultado de su éxito fue tal que después de publicar más de 10 novelas, además de otras 10 de su saga “Fjällbacka”, que gira en torno a un policía y una escritora, ha vendido millones de copias en todo el mundo. Posterior a esa carrera meteórica y tan prolífica, llegó a un nuevo reto, elaborar una serie de novelas en conjunto con el mentalista Henrik Fexeus.
Henrik, al igual que Camila, es un escritor con una gran trayectoria en el mundo editorial de su país. Ha elaborado libros sobre psicología práctica como The art of reading minds o When you do what I want; ha incursionado en el mundo de los juegos de mesa con Power Struggle; es presentador de televisión y un constante colaborador en la prensa de su país gracias a sus conocimientos en lenguaje corporal y lenguaje no verbal. Incursionó en el mundo de la narrativa con la novela The Lost: The Last Illusion Book One, posteriormente comenzó en el mundo de las novelas colaborativas con Catharina Edlund con el libro Reload y finalmente llegó a colaborar con Lackberg, iniciando con El mentalista, la historia que presenta el primer caso en conjunto de la policía Mina Dabiri y el mentalista Vincent Walder; en ella se encargan de resolver el espeluznante crimen de una chica que apareció muerta en una de esas cajas de mago donde cortan con sierras a los participantes del acto.
Para esta segunda entrega, La Secta, publicada por Editorial Planeta, Mina y Vincent vuelven a reunirse después de algunos años para resolver el misterio de un niño que fue secuestrado en un parque y que posteriormente apareció muerto sin notables signos de violencia.
Las pistas en esta historia comienzan a darse a cuentagotas, y la trama se vuelve más compleja debido a que la vida personal de Mina, que tiene una obsesión patológica por la limpieza, está pasando un mal momento personal donde su pasado como una madre que dejó la tutela de su hija a su padre comienza a cobrarle la factura, y no sólo eso, también otro fantasma vivo se le presenta: su madre, cuyo pasado en el alcoholismo y las malas decisiones de vida la mantuvieron alejada. A esto se suma una misteriosa organización de supuesta rehabilitación basada en principios filosóficos griegos, donde el dolor es una forma de encontrar un motivo para encauzar la vida hacia su verdadero sentido.
Debido a la conexión de otros crímenes en los que las víctimas fueron también menores de edad y comenzaron a surgir patrones similares en las escenas del crimen, es que Mina llama a su antiguo colaborador con quien tuvo un misterioso affair a pesar de ser un hombre casado. Vincent por su parte, es un mentalista que está pasando por momentos difíciles en su relación de pareja y en su mundo laboral, y por eso ha decidido participar en un reality show del estilo de “Survivor,” no sin antes colaborar con Mina y todo su equipo de trabajo, por quienes no es bien visto debido a que su metodología de investigación suele ser muy extraña.
El resultado de esta novela colaborativa es muy interesante por todos los escenarios y personajes que se suman en toda la trama. Ya que además de los otros peculiares policías que se encuentran investigando los crímenes, también podemos conocer a otros criminales o indiciados que estuvieron involucrados en los crímenes alternos que parecían haber tenido una resolución previa. Secuestradores, padres abusadores y fuera de sus facultades mentales comienzan a perfilar un mundo donde el infierno es posible dentro de una sociedad idílica con muy bajos índices de criminalidad como la sueca. Además, es muy interesante cómo la aportación del mentalista Henrik Fexeus nos ayuda a perfilar la vida humana y mundana que puede tener un hombre de su profesión a quien la gente común podría ver como un superdotado con poderes especiales.
En definitiva, esta novela es ideal para aquellos lectores que gustan de seguir una historia sin prisas, donde todos los detalles y los elementos desplegados en el tablero cuentan; además del trato y la descripción humana que tienen los dos autores para la elaboración de cada uno de sus personajes y sus historias: policías con problemas para llevar su paternidad de forma responsable con sus parejas; policías que tienen problemas de machismo y complejos de Don Juan; policías que también son muy responsables y están muy en contacto con la educación de sus hijos; y otros que simplemente están encontrando la forma de reencaminar su mundo antes de que sigan multiplicándose los crímenes en contra de menores en su comunidad.
