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Ciudad de México, 23 de noviembre de 2023 (Neotraba)

¿Qué pasaría si la realidad se desarrollara en el tablero de un juego de la Oca cuyos movimientos están sujetos a normas rígidas, específicas y limitantes? En su última novela, Figuras (Salto Mortal, 2023), el escritor venezolano Edgar Borges plantea un escenario surrealista en donde Enrico, el personaje principal, es un insensato que atenta contra el orden establecido y reta a la gravedad por medio del arte del salto.

Bajo el disfraz de mensajero del “amor”, Enrico tiene la encomienda de entregar cartas a un solo destinatario: Federica de las “soluciones imaginarias”, quien es la única paciente femenina de un manicomio que está custodiado por el guardián de los espacios. El custodio de la “norma” es un sujeto reprimido, que está entrenado como un perro de guardia y protección, y detrás de su máscara oculta su irascibilidad.

“Figuras dibuja un escenario abierto, pero no libre. Un lugar sin paredes visibles, pero con paredes que todos los personajes asumen que existen. Las divisiones en ese territorio están marcadas por lo que suponen los individuos. Quizá sea esta la cultura del esclavo que ya no necesita cadenas para asumir la carencia de libertad”, compartió en entrevista Edgar Borges, quien estará el 26 de noviembre de 2023 en la FIL de Guadalajara, México.

La obra de Edgar Borges es una aporía en sí misma, es una violación a la norma del consenso, que bien o mal se ha vuelto una tradición. ¿Qué es lo real? ¿En qué momento nos vemos absorbidos por la ficción, ya sea de una pandemia, una guerra, una catástrofe o una pasión llevada al extremo?

En tiempos post pandémicos todos somos presuntos enfermos mentales, que alguna vez estuvimos recluidos en un espacio, sin poder librarnos de la cotidianidad doméstica. Bienaventurados aquellos necios que lograron escapar a través de mente, construyendo mundos imaginarios totalmente surrealistas. Figuras (Salto Mortal, 2023) es el producto de una mente que no conoce límites y que se aferra a la libertad, así como a la transgresión al orden establecido y a los espacios vacíos.

Figuras de Edgar Borges. Fotografía por cortesía del autor
Figuras de Edgar Borges. Fotografía por cortesía del autor

En este sentido, el escritor radicado en España señaló que escribió esta historia poco después de la pandemia, pues para él, cuando la realidad deja de ser justa y ya no ofrece posibilidades, se debe implosionar por medio de la ficción y otros tipos de movimientos sociales. “El mundo desde un único ángulo no ofrece alternativa, un punto de vista se retrae y la mirada pierde todos los otros puntos de vista”, se lee en esta novela.

Edgar Borges considera que el orden establecido está corrompido y debe transgredirse y aseguró: “No solo debemos transgredir el orden establecido, también ser capaces de crear otro, acorde a otra posibilidad de mundo, antes de pretender cualquier intento de implosión del existente”.

Asimismo, la pandemia, la guerra y otras calamidades, han dejado como residuo en la sociedad moderna diferentes trastornos mentales. Al respecto, el autor venezolano resaltó que el siglo XXI se ha caracterizado por una serie de impactos continuos que impiden el sosiego del individuo. Estos impactos, uno tras otro, mantienen aturdida la capacidad de discernimiento de la sociedad:

“Estamos en un tiempo de efectos, de ruido, de crisis surgidas desde diferentes ángulos. No hay reposo, es evidente que en medio de este panorama se trastoca la mente de cualquier persona. Luego entonces se lanzan campañas diciendo que ‘debemos hablar de salud mental’. Y hablar de este tema, con las soluciones dadas por los profesionales, es sano y necesario. Lo que no me parece sano es hablar de este tema con quienes han creado el daño. Servir de ruido jamás dará solución alguna”, comentó.

El trastorno de la percepción como fuga de la realidad

Edgar Borges juega con los significados, los convierte en patrones y es así como dibuja figuras, algunas aleatorias, otras sujetas a la norma: aquella que dicta la estructura de la novela; pero, también la que compone el universo del conjunto de su obra. De esta manera, Figuras (Salto Mortal, México, 2023) se interconecta con Enjambres (Altamarea Ediciones, España, 2020), La niña del salto (Ediciones Carena, España, 2018), El olvido de Bruno (Nitro/Press, México, 2017) y La ciclista de las soluciones imaginarias (Nitro/Press, México, 2014).

Portada de El olvido de Bruno de Edgar Borges publicada por Nitro Press
Portada de El olvido de Bruno de Edgar Borges publicada por Nitro Press

Por ejemplo, Borges retoma de la novela La Ciclista de las soluciones imaginarias (2014) aquello que denomina “trastorno o crisis de la percepción”, que es un estado crítico de entropía en el que los personajes dan saltos cuánticos en un espacio-tiempo establecido dentro de la narrativa de la obra. ¿Qué es esta crisis? En El olvido de Bruno (2017) refiere a la demencia propia del Alzheimer, que es como un estado de glitch de la mente, un error crónico en detrimento de la memoria y de la existencia misma.

“El trastorno de la percepción, o de la mirada trastocada, fue un término que comencé a usar en mi novela La ciclista de las soluciones imaginarias. Trata de un mal de la mirada que surge a partir de la saturación de las imágenes, de las formas establecidas como verdad única. El individuo que actúa sin usar la razón termina siendo un sujeto de la costumbre, una pieza de un macro engranaje. Este individuo padece, sin saberlo, el mal de la percepción”, explicó Edgar Borges.

No obstante, el trastorno de la percepción en Enrico es aquello que lo lleva a moverse de manera disruptiva dentro del universo de esta novela, creando así figuras acrobáticas que son una transgresión a la norma de la realidad-ficción dada. El arte del salto (cuántico) de Enrico podría obedecer a un trastorno mental en cuyos lapsus se intercepta lo vivido, lo soñado y lo deseado. Como cuando en tiempos de pandemia se añoraba la libertad de la “normalidad” y a través de la mente se conseguía, quizá a modo de ilusión onírica.

Portada de La ciclista de las soluciones imaginarias de Edgar Borges publicada por Nitro Press
Portada de La ciclista de las soluciones imaginarias de Edgar Borges publicada por Nitro Press

Enrico es un ser libre, a pesar de que su necesidad de movimiento lo limita a permanecer en un estado estático. Las acrobacias del arte del salto denotan apertura y son una alegoría de la levedad del ser. “El salto es el paso previo para aprender a volar”, se lee en la novela. Sin embargo, ¿qué pasa cuando se es demasiado ligero?

El movimiento es la constante en la obra de Edgar Borges y se encuentra representado con diferentes simbolismos, que bien pueden ser los saltos cuánticos propios de la crisis de la percepción de la mirada trastocada, o los movimientos acrobáticos de una mujer ciclista, que encuentra la libertad en saltos acrobáticos que rompen la gravedad y por un instante la hacen permanecer en vuelo.

Edgar Borges compartió que su interés por el movimiento y los espacios vacíos tiene su origen en una obsesión infantil: “los cercanos decían que yo aprendí a correr antes que caminar. Mientras corría me perdía en la observación del paisaje, de la calle, de los transeúntes, incluso del universo. Todo aquel conjunto de imágenes me produjo un gran interés en las formas, los espacios vacíos y el movimiento”.

Como obra transgresora en sí misma, en Figuras los límites se traspasan y en el giro de la narrativa, toda levedad tiende a la pesadez de la existencia en donde las pasiones y los deseos rompen el dinamismo del movimiento. Volar representa la libertad y la posibilidad de fundirse con la nada. En el proceso la “realidad” acontece en un despertar, ¿dónde está la libertad si las pasiones son la condena de la existencia?

“Es probable que Figuras contenga un desafío a la arquitectura de la mente, pues, como dice el personaje Enrico ‘Una pared solo son cuatro líneas sostenidas por una mirada’.”, concluyó Edgar Borges.

En la levedad, Enrico crea figuras por medio del honesto arte del salto; en la pesadez, simplemente olvida cómo saltar. “Las expectativas trituran la cabeza”, escribió el novelista. En este sentido, según Karl Jaspers en la “carencia del mundo nos perdemos a nosotros mismos”. Así como Enrico, en un instante todos podemos perdernos, ya sea, por una guerra, una pandemia o por alguna pasión paroxística. La pregunta es ¿volveremos a saltar?

Edgar Borges. Fotografía por cortesía del autor
Edgar Borges. Fotografía por cortesía del autor

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