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Lola Ancira por J. J. Allen Méndez
Lola Ancira por J. J. Allen Méndez

Por Juan Nicolás Becerra Hernández (@becerra_h)

Dedicada a Gabriela Flores, JuanJo Romero y La Garduña que me presentaron Tusitala de Óbitos

¿Caminamos por Mordor?, le pregunte a la escritora Lola Ancira después de presentar su más reciente libro de relatos El Vals de los Monstruos (FETA, 2018) en la Biblioteca que coordino en el Edomex. Ella muy segura asintió. Después de una sabrosa y sana comida corrida (donde nos faltó un arroz con huevo), regresamos a la Biblioteca y comentó en buen sentido del humor: “Sobreviví a Mordor”. Justo ahí le propuse formalizar esta entrevista donde Lola nos comparte la experiencia y desafíos de su reciente libro, un texto cautivador que nos conduce con ritmo y armonía por el hogar de los que no están, los peligros de la vida, la senilidad y el abandono. Sostuvimos un diálogo nada empalagoso y aquí el resultado que compartimos gustosamente.

Juan Nicolás Becerra. Nace en Querétaro, una sociedad conservadora, ¿nos puede compartir un recuerdo de su primer contacto con las letras y/o cultura?

Lola Ancira. En realidad sólo viví en Querétaro cuando estudié la licenciatura, y lo que puedo decir es que es una sociedad conservadora y muy doble moralista. Mi primer encuentro con las letras fue en la escuela, y después de aprender a leer, mi mamá solía comprarme cuentos y novelas infantiles, recuerdo en especial un libro de mitología griega ilustrado.

JNB. Estudió Letras Modernas, ¿su familia qué le dijo? ¿Hubo apoyo o le dijeron “estudia alguna otra opción”?

LA. Ésa fue mi tercera opción. Mis papás nunca tuvieron preferencia por alguna profesión, siempre respetaron mis decisiones y me apoyaron durante el tiempo que estuve estudiando.

JNB. ¿En qué momento ha dicho “Soy Escritora”, lo tiene ubicado?

LA. Cuando se publicó mi primer libro, la escritura se convirtió en algo mucho más serio para mí, ya no sólo se trataba de escribir para publicar en internet o para que me leyeran personas cercanas.

Lola Ancira por J. J. Allen Méndez
Lola Ancira por J. J. Allen Méndez

JNB. ¿Qué atormenta a los gemelos del primer relato de El vals de los monstruos?

LA. El conflicto principal del cuento radica en que ambos hermanos se enfrentan entre sí debido a sus personalidades tan contradictorias, y este problema inicia desde la gestación debido al síndrome de transfusión gemelo a gemelo, en donde uno de los dos empieza a “robarse” los nutrientes de la placenta y desarrollarse mucho más.

JNB. La senilidad resulta aterradora para muchos, ¿cómo llega a conformar un relato tan bien logrado que aborda ese tema?

LA. La pérdida de la memoria y el deterioro cognitivo son temas que me han atrapado desde hace tiempo, y traté de reflejarlo en este cuento para contagiar el propio terror en el que vive la persona afectada hasta que este tipo de demencia la consume por completo.

Lola Ancira por J. J. Allen Méndez
Lola Ancira por J. J. Allen Méndez

JNB. ¿Nos puede describir Messidor, qué tiene ese lugar de atractivo?

LA. El Messidor es una construcción estilo francesa que parece un castillo, y está instalada al noroeste de la Patagonia. Lo que me interesaba era relatar una historia que tuviera una esencia aristocrática pero que describiera, a la vez, sucesos terribles y atroces que tuvieran poco que ver con la supuesta distinción que envuelve a los personajes y el sitio en el que viven.

JNB. ¿Nos puede compartir su experiencia en el modelaje?

LA. Empecé a modelar a los 16 años, pues en el medio en el que me desenvolvía estaba rodeada de gente inmersa en lo artístico, en especial en la fotografía y en el diseño de moda alternativa, por lo que nos resultaba relativamente fácil organizar sesiones fotográficas, pasarelas o performance con las temáticas de nuestro interés, pero es algo de lo que ya estoy algo alejada.

JNB. ¿Cómo evitar los constantes abusos a menores de edad, en esta sociedad tan llena de ausencias?

LA. Protegiéndolos mediante cualquier medio posible, evitando el acceso libre a internet, creando confianza para que sean honestos sobre cualquier problema que surja, estando al pendiente de su contexto social y educándolos de manera responsable para que sean conscientes de su entorno y del peligro latente que acecha en todos lados y en todo momento.

JNB. “El don del engaño” lleva al lector a enfrentar sus propios infiernos, ¿a qué reflexión busca llegar con ese relato?

LA. Me interesaba reflejar la forma en la que nos configuran ciertas relaciones tóxicas, configuraciones que más bien son deformaciones en muchos aspectos psicológicos, y demostrar así que acciones que parecerían comunes o usuales son, en realidad, detonantes que no sólo pueden modificar nuestro futuro.

Lola Ancira por Juan Nicolás Becerra
Lola Ancira por Juan Nicolás Becerra

JNB. ¿Ante tanta adversidad, cómo bailar el Vals de la soberbia, el Vals de la mediocridad, el Vals de fracaso, del abismo, el Vals de la Altanería, el Vals de las adicciones, el Vals de los convencionalismos?

LA. Primero habría que examinar cada uno y tratar de comprender de dónde y cómo surgieron, para poder reflexionar al respecto y modificar las conductas que los generen.

JNB. ¿Qué palabra es la que más detesta?

LA. Ignorancia.

JNB. ¿Cuál es su sonido preferido?

LA. Las voces de mis seres queridos.

JNB. ¿Cuál de las citas que integra al inicio de cada relato le gusta más?

LA. “Ésa bien podría ser la maldición de la especie humana. No que seamos tan distintos unos de otros, sino que seamos tan parecidos.”, de Salman Rushdie, tomada de su novela La encantadora de Florencia.

JNB. ¿Qué película ha visto recientemente?

LA. Border (Gräns), una película sueca de 2018 del director Ali Abbasi, un drama envuelto en una temática fantástica que me encantó. La fotografía y el maquillaje son increíbles, y la historia está basada en un cuento con el mismo nombre del escritor sueco Ajvide Lindqvist, que se publicó en su libro Let the Old Dreams Die, y está muy bien adaptada.

JNB. Háblenos de la portada de El vals de los monstruos

LA. En la portada, el ilustrador (Christopher Peste) y yo buscamos reflejar a los protagonistas de varios de los once cuentos, por lo mismo representa una sola faz, pero está compuesta por fragmentos de diversos rostros entre los que destacan el de una dama de alcurnia, el de un monstruo, el de un caballero y algunos rasgos de la podredumbre.

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