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Por Luis Dinorín

Todas las imágenes aparecen por cortesía de Aletya Serrano

Puebla, México, 29 de abril de 2022 [00:01 GMT-5] (Neotraba)

Lunes 11 de abril de 2022, la cantautora poblana Aletya Serrano me escribe por Facebook y me dice que, si tengo tiempo, concederá la entrevista de la que le había platicado meses atrás. Me dice que afortunadamente vivimos cerca y eso facilitará la entrevista.

Quince minutos después nos saludamos en un Oxxo, compramos botana, refresco, cigarros y unas chelas Corona.

Mi mente vuela 8 años atrás y recuerdo la primera vez que vi a esa chica de cabello rojo y pantalón de mezclilla negro alternar con Carlos Arellano para un programa de Radio BUAP. La sede era Profética Casa de Lectura, en Puebla.

Desde la azotea de su casa –como en el legendario concierto de The Beatles– Aletya recuerda que pasaron 6 largos años entre su primer disco homónimo hasta la producción de su primer EP: “Aldea Imaginaria”. Material con el que alcanzó el reconocimiento local desde entonces. Aunque ella ya había llamado la atención fuera de Puebla cuando fue llevada por MTV al festival Xtremo 2008 en Guadalajara.

De sus primeros pasos, influencias, amigos, lecturas, entorno familiar y hasta sus mascotas contó la autodenominada Embajadora de las Tortitas de Santa Clara.

Recordó cuando en primaria se hacía notar en los exámenes de comprensión de lectura.

“Siempre fui muy delgada y enfermiza ¿Me explico? Por esa razón pasaba largas temporadas en mi casa leyendo y me volví autodidacta.

Soy la más pequeña de tres hermanas. La mayor me lleva muchos años. Cuando enfermaba me quedaba en casa, me cocinaba y todo. Una de ellas es psicóloga, otra estudió Historia y yo Música”.

Con la confianza de dos viejos amigos, la artista recordó la relación entre sus padres.

“Imagínate, mi papá pasaba por mí a la escuela en un Cougar gris, asientos de piel, súper cómodo. Yo me subía adelante, el aire me daba en la cara, mientras sonaba The Doors a todo volumen. Yo me sentía toda una rockstar”.

Miguel, su padre, siempre fue un hombre muy culto, melómano, apasionado por el lenguaje y las ideas.

“Mis tías, por parte de mi papá, eran maestras de la BUAP. Escuchaban bossa nova francesa y trova cubana. Era lo serio, lo intelectual de entonces.

A nosotros nunca nos dijeron ‘tienes que ser’ doctora o algo. Había libertad, pero siempre tuvimos claro que debíamos ser universitarias”.

Ya decidida a ser música, la cantautora contó sobre su profesionalización y su decisión de radicar en Puebla:

“En una escuela de música todos tenemos grandes sueños y queremos tocar en grandes escenarios. Era de las cosas que tenía claro, que estaba ahí para aprender de la música en general, hacer música pop y para escribir mis propias rolas.

Miguel quiso pagarme algunos meses en una escuela de la Ciudad de México. Para mí era muy cansado levantarme desde Puebla, ir y venir. Perdí una clase enredando un cable y supe que no era el camino porque me interesaba expresar mis sentimientos, mis letras, pues”.

Durante la charla, la joven hace referencia a personajes del cine mundial y nacional entre los que reitera a Tintán y al clásico filme sobre la Mafia Italiana, El padrino.

Aletya creció viendo la barra infantil del canal 5 y escuchando principalmente rock en inglés. También en ese idioma aprendió a ser autodidacta en un viaje largo a Canadá, a finales de la década de los 90.

Luego de expresar su agradecimiento hacia su padre, Aletya refiere el día que su mamá le dijo: “Órale pues, si va a ser música, mientras yo viva, te echo la mano”.

“Había sido finalista en un concurso de una cadena de Televisión de Estados Unidos, ya como Aletya y, sin embargo, me dijo eso porque vio que estaba difícil vivir bien de la música”.

“Champán y chocolate”, “Me traes glissando”, “Lenu Codrala” y “El paralelo etíope”, están entre sus temas con mayor número de reproducciones en plataformas digitales.

Aletya Serrano
Aletya Serrano

Su proceso creativo

Al respecto, Serrano indicó que el mejor método para terminar una canción es elegir una progresión de acordes de la que te enamores y en seguida comenzar el tejido de una estructura hasta concluirla y finalmente la letra –aunque implique meses o años.

Su experiencia con las letras de canciones la llevó a impartir talleres en instituciones como la BUAP, UDLAP, IBERO y Casa de la Cultura en Puebla, entre otros.

“Nunca tengo prisa en mis proyectos, al menos eso tengo como músico independiente, pero trato de terminarlas siempre, ponerme un dead line. De otra forma no lograrías nada.

No me gusta la escuela, te repito que siempre fui autodidacta. Pero en las clases tengo toda la intención de que mis alumnos acorten el camino para logar una canción. Y salen cosas sorprendentes, muy interesantes”.

Entre las pausas de la larga y amena conversación, Aletya sigue haciendo referencias al tango y al rock argentino.

Mientras da una bocanada a su cigarro Pallmall, la cantautora puntualiza sobre una de sus mayores influencias:

“Era una persona incansable, llena de vida, un artista, siempre con una nueva propuesta, hasta su último día”, se refiere a Gustavo Cerati.

“Quiero pensar que al menos, tengo un poco de eso, soy un poco así same vibes”.

Aletya formaliza la charla, pero también se olvida de la música y habla de Ricky Ricón, Los Picapiedra y Pedro Infante.

Aletya Serrano
Aletya Serrano

Lamenta la pérdida de algunos amigos por la pandemia de COVID-19

“Mauro Castro estuvo aquí mismo, en esta azotea, hace poco”, dice mientras limpia la mesa con gel antibacterial. “Era mi laudero. Ya ves que arreglaba de todo. Reparaba mi guitarra, mis cables, me dio clases de cómo poner cuerdas”.

La atípica lluvia del 11 de abril nos hace concluir la charla casi de golpe.


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