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Por Mónica Maristain

Ciudad de México, 03 de marzo de 2021 [00:01-GMT-5] (Maremoto Maristain)

Nada tan despiadadamente capitalista como los casos que denuncia esta “comedia negra”, esta parodia, Descuida, yo te cuido (Netflix), dirigida por J. Blakeson y protagonizada por esa rubia gélida, una gran actriz, Rosamund Pike.

Es claro que, a nosotros, los que gustamos de las comedias negras; nos gusta que las películas vayan a lo más hondo de lo que proponen, pero claro, con eso tendría muchos menos espectadores.

Fotograma de la película Descuida, yo te cuido
Fotograma de la película Descuida, yo te cuido

¿Qué es comedia negra aquí? Que la rubia gélida se salve de una muerte a cargo de la mafia rusa (vamos, que van a fallar, sólo en la película), que a la novia (interpretada maravillosamente por la mexicana Eiza González) no la maten, sólo le den tres o cuatro golpes para que reviva y que luego de todo, los mafiosos terminen siendo socios de la delincuente de guante blanco.

La película es nueva en Netflix, ha pasado por algunos festivales logrando buenas críticas y viene a entretenernos los viernes, que es como ha dispuesto la cadena.

“Me llamo Marla Grayson y no soy un cordero, ¡soy una leona!”, se escucha decir a una voz en el inicio de la película y luego la frase matadora: “Soy tu tutora, cualquier cosa que necesites tendrás que vértelas conmigo, yo te cuido en todo lo que te haga falta”.

Lo cierto es que con la ayuda de un juez imbécil (¿o recibía algo de la torta fuera de cámara?), de una médica (la doctora Karen Amos, interpretada por Alicia Witt) y de ella misma como una gran convencedora de que la realidad no existe, deja sin dinero y solos a un montón de viejos, de los cuales se apropia de sus bienes.

Pero todavía es poco, tiene que cazar a más ancianos, tiene que hacerse millonaria porque así estará resguardada. Descubre entonces a la muy desperdiciada Dianne Wiest, quien interpreta a Jennifer Peterson, que no tiene esposo ni hijos y luego de trabajar por muchos años en finanzas en Chicago, ahora disfruta de su jubilación en Boston.

Claro que en toda la trama para llevar a Jennifer a un asilo y adueñarse de su casa maravillosa, de los diamantes que tiene en una caja de seguridad, de sus cuentas en el banco, no pensaba Marla que iba a aparecer un delincuente llamado Roman (Peter Dinklage), un jefe de la mafia rusa, interpretado por el gran Tyrion, de Game of Thrones.

Ella, lejos de asustarse le presenta lucha con él y se va librando de los obstáculos que Roman le pone. Aquí la película se convierte en un poco irreal, ¿cómo esta mafia tan experimentada y tan temida falla en cada uno de los atentados que plantea?

Obvio, el Estado es mucho más poderoso, como lo demuestra la actuación de Chris Messina, quien hace del abogado Dean Ericson y que como tal no puede ni siquiera lograr algo en el juicio contra Marla. Lo mismo había pasado con otro damnificado: el juicio siempre está a favor de la mentira y desarticular los mecanismos tan arraigados no lo puede hacer ni la mafia rusa.

Claro, un hecho al final de la película vuelve a poner todo en el lugar que nosotros deseamos ver. Pero, claro, es spoiler si lo decimos.


Esta nota se publicó originalmente en Maremoto Maristain:


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