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Por Marco Antonio Hetfield

Puebla, México, 22 de diciembre de 2020 [00:01 GMT-5] (Neotraba)

¿Aún recuerdas los viejos VHS?, alrededor de ellos gira la trama de esta película. En un videoclub, tras dejar inservible la mayoría de las cintas en renta, los encargados deciden volver a grabarlas, pero ahora actuadas por ellos mismos. Poco a poco, se suman también los clientes. Esa es la premisa de una de las películas más icónicas de Michel Gondry.

Director de cine, mayormente conocido por la emblemática Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004), donde muestra su destreza con el lenguaje audiovisual. En Be Kind…, decide experimentar de una manera distinta: toma un género poco conocido, sweded, que consiste en regrabar tráileres, o escenas de películas, con un presupuesto casi nulo, mientras se resuelven las complicaciones con imaginación o recursos al alcance la mano. La mayoría de los ejemplos de este género se encuentran en YouTube. En ellos se recrean avances de los blockbusters a estrenarse.

Portada de Be Kind Rewind en formato DVD.

Be Kind… (2008) es una carta de amor al cine. No lo digo por la técnica para recrear los filmes, sino por la fuerza que poseen estos ejercicios para que los protagonistas se vayan adentrando en la obra. Así, como en su momento Cinema Paradiso nos hablaba de la magia de pasar las películas y manejar las cintas, Be Kind… nos platica sobre cómo se veía y se trataba el cine hace doce años, cuando el DVD cada vez ganaba más terreno y el VHS comenzaba a extinguirse, cuando las cadenas de renta de películas se convertían en monopolios y dejaban de lado a los videoclubes independientes.

Esta mirada del cine nos permite darle una vida útil, más allá del tiempo en cartelera, para acceder a él desde casa. El tiempo lo ha llevado al entorno digital. Y, dentro de este gigantesco movimiento, Gondry busca que nos detengamos en un lugar único, fuera de visiones monopólicas, donde un par de trabajadores reinventan el acto de la renta, volviendo títulos mayúsculos en momentos más personales. En ellos, los clientes colaboran en el rodaje y el producto final.

Michel Gondry nos demuestra que el cine va más allá de fórmulas y de estrenos taquilleros. Nos hace parte de la creación con poca experiencia. Nos invita a sentir, desde nuestra trinchera, la magia a través de una lente. Finalmente, produce una obra que refleja el amor a la cinematografía.


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