Sergio Cuateco escribe una reseña sobre Al sur del túnel de Eric Lara: una novela de corte policial donde el protagonista de súbito se encuentra en medio de una vorágine de presión por parte de sus jefes para resolver la muerte de varios indigentes de origen oaxaqueño.
Por Sergio Cuateco Bueno
San Pedro Cholula, México, 13 de enero de 2020
Bisancio Estrada Rubí, es un detective que ama los narcocorridos y que pretende hacer su trabajo como marcan los cánones para resolver un crimen, pero desgraciadamente la corrupción de sus superiores termina por contaminarlo.
Con una prosa ágil, el autor, Eric Lara (Monterrey, Nuevo León, 1974), nos muestra su oficio de narrador en Al sur del túnel, una novela de corte policial donde el protagonista de súbito se encuentra en medio de una vorágine de presión por parte de sus jefes para resolver la muerte de varios indigentes de origen oaxaqueño. Estos, comenzaron a llegar a la Sultana del Norte en busca de mejores oportunidades trabajando de sirvientas y jardineros en las casas ricas, gracias al acuerdo que realizó Porfirio Díaz en el ya lejano 1867 y que debido al idioma, principalmente, el cabildo sampetrino diera por finiquitado un 20 de noviembre de 2012.
Como era de esperar, muchos oaxaqueños comenzaron a vagar y a mendigar en una ciudad que poco a poco los fue minando, al grado de convertirse en blanco de los ataques de un ser desquiciado. Y es así como el autor nos muestra un lado oscuro, escabroso y deprimente de una ciudad industrializada donde todo parece indicar que el protagonista tendrá que enfrentarse a un asesino serial sumamente hábil.
Al mismo tiempo, el autor nos invita a cruzar los 53,195 metros de los túneles de la Loma Larga, los cuales conectan a los municipios de Monterrey y San Pedro Garza García en el estado de Nuevo León, y nos retrata con tanta nitidez la opulencia de una ciudad cosmopolita y sui géneris, donde en automático nos transporta a lo que se consideraría un país de primer nivel.
Ahí conoceremos a Mathías, un vegano que a la muerte de sus padres recibe una fuerte cantidad de dinero como compensación por su deceso, dinero que acrecienta su de por sí alto nivel económico, y que como en un cuento de hadas, conocerá a Susana, una chica sencilla pero sumamente guapa, originaria de Escobedo, que en su afán de ver realizados sus sueños de aparecer en TV, abandona estudios y la casa materna para cruzar el túnel donde espera triunfar.
Mención aparte merece Ignacio, niño rico criado por Mathilda, de raíces indígenas de Oaxaca y que en ausencia y la falta de atención de los padres, asume el papel de ellos, al grado de que el pequeño aprende a hablar en su idioma, factor determinante en su vida y que para su mala fortuna lo marcará para siempre y que afectará su desarrollo como profesional en veterinaria.
“Apenas arribaron a su hogar, el patrón le pidió a Mathilda que juntara todos los deshechos del perro y el gato que Mathías tenía como mascotas: Hércules el can, Sonrisas el minino. Se lo dijo con especial cuidado para que el sentenciado no se diera cuenta. Bajó al sótano y llamó al hijo” (Pag. 142).
Sin más, los invito a cruzar el túnel rumbo al sur, escuchar los narcocorridos favoritos de Bisancio Estrada Rubí y envolvernos en el ambiente hostil por el que transitan nuestros personajes.
Al sur del túnel de Eric Lara. Camelot América, México. 2018.
