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Portada de Sueños sin ventanas de Gerardo Horacio Porcayo
Portada de Sueños sin ventanas de Gerardo Horacio Porcayo

Por Óscar Alarcón (@metaoscar)

Puebla, México, 1 de agosto de 2019 (Neotraba)

El silencio que por mucho tiempo había guardado Gerardo Horacio Porcayo vino a demostrarnos que se encontraba en franca resistencia. Porcayo es un espíritu rebelde, que no niega su talento. Así lo demuestra en este nuevo libro, Sueños sin ventanas, en donde se confirma como un escritor capaz de reinventarse.

En un inicio me dejé guiar por la sugerencia que el texto de la contraportada nos dice: “veintiún relatos que se alejan del género que lo vio nacer como escritor”, sin embargo para aquellos que conocemos la trayectoria del ganador del Concurso Literario Nacional de Cuento y Ensayo Magdalena Mondragón en 2013, sabemos que siempre está en reconstrucción.

De la misma manera que nos engaña cuando le preguntamos por lo que está escribiendo en este momento y darnos una respuesta vaga, ese es el estilo del buen “Lobo” Porcayo, muy parecido al de un francotirador silencioso.

Por ello no es de extrañarse que para la Ciencia Ficción estos cuentos parezcan experimentales. Éste es un libro de cuentos en donde aparecen historias con ventanas cerradas, que simbolizan abandono y deserción, en donde las historias nos confrontan con malos augurios, con traiciones y decepciones amorosas.

Mientras terminaba de leer Sueños sin ventanas, me quedé dormido en el microbús. No soñé nada. Pero después de mi siesta me puse a pensar en el significado de soñar delante de una ventana que está tapiada, igual que la imagen de la portada del libro. Llegué a la conclusión de que la aparición de las ventanas en el cine, la pintura o la literatura son un leitmotiv para practicar el voyerismo, para echar una mirada adentro de lo que nos plazca.

Porcayo, nos hace la invitación no sólo mirar, sino a participar en las historias narradas, si esa inclusión no se desarrolla, el lector puede comenzar a actuar como si estuviera perturbado. Y de una u otra forma eso es lo que ocurre con los personajes del libro que se mueven entre la comida china, los antros de moda, la música de José José y de Vicente Fernández para concluir con un guiño a Bukowski: la perturbación como forma de vida.

En este libro, Porcayo parece jugar con una inmensidad íntima, llena de significados oníricos pues lo mismo entramos a una casa por la ventana, cuyo significado será la susceptibilidad que desarrolla un detective privado en una investigación. También podemos soñar que escapamos por una ventana, y entonces estaremos involucrados en un problema cuyo final será despiadado.

Para entrar a un sueño sin ventanas no nos quedará otra que dejarnos llevar por la guía de nuestra epidermis, dando palos de ciego en habitaciones sórdidas, en historias nocturnas que terminarán sobre un enorme colchón con olor a orines, en donde escucharemos la sensual voz de una mujer que nos dice: “Ámame, ámame en un motel”.

Sueños Sin Ventanas de Gerardo Horacio Porcayo. Puebla, México. BUAP, 2014.

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