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Por Uriel Carrillo

Tijuana, Baja California, 07 de octubre de 2020 [00: 03 GMT-5] (Erizo Media)

“La idea del documental era representar la migración, representar esta historia que vivimos en la frontera y que para nosotros es tan normal y tan cotidiano. Todos conocemos a alguien que haya sido de alguna manera víctima de estas circunstancias migratorias.”

Transitar, corto documental dirigido por Sandra Muñoz y Alejandro Aldán, ambos nacidos en la ciudad de Tijuana y estudiantes de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), aborda una realidad que se vive día a día no solo en Tijuana sino en toda la frontera norte de México: la migración.

En entrevista, los realizadores nos comparten cómo fue el proceso que llevaron para poder realizar este trabajo que surge con el fin de poder documentar estas historias para poder conservar un archivo audiovisual sobre lo que vivieron las protagonistas y quizás muchas otras personas.

¿Cómo surge la idea de hacer este documental?

Sandra: La idea empezó el año pasado, fue cuando vi el poster del rally de cortometrajes para la universidad y le dije a Alejandro “vamos a hacer algo, me gustaría hacer como un documental y que el tema sea la migración”. Yo la verdad le di una idea muy general y ya él me ayudó a aterrizar mejor la idea; resultó que las protagonistas del documental eran amigas de él y así pudimos entre los dos aterrizar la idea mejor. Después fue cuando se integraron Mariela y Saul.

Alejandro: Las protagonistas tienen esta historia específica que se cuenta en el documental acerca de la migración, y es una historia que me fueron contando en partes a lo largo de nuestras pláticas cotidianas, entonces yo conocía pedazos de la historia, pero no conocía la historia completa o con el panorama general; solo eran como estas pequeñas cosas que les sucedieron a ellas, relacionadas con la migración.

¿Qué es lo que buscaban representar con el documental?

Sandra: Pues ciertas cosas nos llevaron al producto final del corto, la idea original era que ellas aparecieran en el documental. Pero el día que yo iba camino a grabar y entrevistar a las protagonistas me dice Alejandro “oye, es que no quieren salir”, entonces como solo íbamos a grabar ese día, tuvimos que pensar en cómo resolver las cosas en el momento.

Y es lo que a veces llegué a comentar con ellos, necesitábamos meter todo el material que podamos para que a la hora de la edición tuviéramos opciones para usar, y creo que al momento de la edición o antes fue como “bueno, ya tenemos todo esto. Y ahora cómo vamos a representarlas a ellas (las protagonistas)”. Fue ahí cuando se nos ocurrió utilizar las ilustraciones en donde nos ayudó Natalia, y siento que no hubiera sido lo mismo si no hubiera estado esa representación ilustrada de ellas y de lo que ellas vivieron.

Foto tomada de Erizo Media

Además de esto ¿hubo otro reto u obstáculo para realizar este documental?

Alejandro: Yo creo que uno de los retos, no solo que nosotros hayamos vivido, siento que, al grabar un documental, aunque ya conozcas a las personas, aunque ya hayas tenido la cercanía con ellos, siempre hay como un nivel de dificultad para que se abran y expresen en la cámara y pues especialmente ellas que no están acostumbradas a las cámaras y tiene cierta edad y nunca habían hecho nada relacionado con ser grabadas.

Entonces fue como crear este entorno donde les dijéramos “no hay una manera correcta o incorrecta en que lo hagas como: no tienes que hacer esto, tu casa no tiene que verse de cierta manera”, porque era la preocupación de ellas, la de decir “ah tiene que estar limpio, debo decir cosas correctas”.

Tuvimos que, mediante la plática previa, hacer que se sintieran cómodas y decirles que se olvidaran de las cámaras, que olvidaran que las estábamos grabando. Entonces fue una conversación entre personas, más allá de un documental, y pues eso aparte de ser un reto pues estuvo padre porque al final hasta a nosotros mismos, que no estábamos grabando, se nos olvidaba que era parte del documental.

Y esto también de que fuera en sus casas en su espacio y que prácticamente una estaba en el sillón y la otra estaba en el comedor, entonces era un entorno común y normal en donde contarías esta historia. Ellas llegaron hasta donde querían llegar, yo conocía la historia previamente y sé que hay ciertas cosas podrían ser fuertes, pero que ellas decidieron no contar, en esto también ayudó no tener un guion estructurado porque era una de nuestras normas no hacer llegar a ellas en la conversación a donde nosotros queríamos, sino que tanto nos querían regalar ellas y que tanto querían abrir de su vida.

Foto tomada de Erizo Media

¿Consideran que lograron transmitir a partir del documental y de las historias su idea principal?

Sandra: Yo considero que sí, desde un principio ya habíamos dicho que no queríamos que esté muy cuidado en cuestión de la imagen. Por eso decidimos usar una handycam y algo que si intentamos cuidar mucho fue el audio y al final estábamos buscando que la imagen no fuera el punto central. Y creo te das cuenta de eso, que se ve muy fluido, si dio la vibra que queríamos.

Y también que con estas dos historias lo más importante era ser muy cuidadosos con lo que ellas querían decir, el cuidar que no saliera su rostro, estar buscando las maneras más cuidadosas para hacerlas sentir cómodas para que su historia llegará a muchos lugares y así otras personas pudieran identificarse, pero sin la necesidad de comprometerlas a ellas.

Entonces, creo que si se cumplió lo que queríamos transmitir y creo que hasta se cumplió mejor de lo que yo había esperado, porque ahora que lo veo creo que el documental te presenta una otra visión de ver la migración. Porque, existe esta idea de que el hombre es quien se va y deja a la familia, entonces el documental presenta el fenómeno de la migración sin centrarse en el hombre.

Alejandro: Yo considero que, sí se logra, porque la onda era que se viera como un registro audiovisual que uno mismo hace desde su casa, como una conversación casual y la imagen no tan cuidada que te transportará para que tu estuvieras ahí, como esos vídeos caseros familiares que se hacen, pero en este caso ellas contando la historia. Y la idea era también representar la migración, representar esta historia que vivimos en la frontera y que para nosotros es tan normal y tan cotidiano. Todos conocemos a alguien que haya sido de alguna manera víctima de estas circunstancias migratoria, entonces, creo sí se logró eso.

Tener ese registro, en este caso de las dos protagonistas, pero que en este caso se vuelve una realidad que se vive de este lado del país, también como lo dice Sandy, representar esta historia desde el lado femenino y desde dos mujeres que a mi parecer son muy grandes y pues eso también es un logro.

Guardar ese registro de la historia de ellas dos, no me hubiera gustado que se perdiera o que pasara el tiempo y llegará un momento donde ellas ya no estuvieran y no tener ese registro de lo que pasaron, pero de esta forma ya podemos tener el panorama completo en una historia. Y eso es lo chido ¿no?, saber que una persona con la que platicas cotidianamente puede tener esta historia digna que contar no esta historia interesante.


Esta nota se publicó originalmente en:

https://erizo.org/transitar-la-mirada-femenina-de-la-migracion/


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