El Oxxo metido en un edificio antiguo en el centro de la ciudad de Puebla y la paradoja de Teseo llevan a preguntarnos hasta qué punto algo es ese algo.
La apertura desmesurada de contenido crea un caos para el usuario de redes sociales quien no puede hacer más que aceptar o negar. El problema está precisamente en la imposibilidad de cuestionar. Su alcance se vuelve viral y de pronto tienes una opinión pública basada en un discurso de odio.