Neon Genesis Memengelion

Por Juan Jesús Jiménez

Puebla, México, 22 de febrero de 2021 [00:01 GMT-5] (Neotraba)

Tranquilos, no terminaremos hechos jugo de naranja al final de la columna –no hoy, al menos. Tampoco voy a hablar del final de la serie, nadie entiende lo que pasa la primera vez– y quien diga lo contrario miente.

Sí, voy a hablar de este anime pero, más que nada, del contenido que se ha desprendido de él a lo largo de los años, para ser exactos: sus memes.

Para los que no lo conozcan, Neon Genesis Evangelion es un anime noventero que se hizo popular en la última década por el misterio que genera su final y el desarrollo de cada personaje implicado en el crecimiento del protagonista. Y más allá de eso, es uno de esos contenidos mainstream que se conocen más por el humor que se desprende de ellos.

En este tiempo donde cualquier cosa puede ser un meme como las series o incluso cosas que podrían ser consideradas serias, pueden ser modificadas y ser sacadas de contexto para formar parte de las galerías de tías y adolescentes –porque sí, los memes son lo mismo que una imagen de Piolín o de Chayanne deseando buenos días–, lo que da origen a cosas tan bizarras como las tortas de papaya –meme que es un quiebre abrupto de la realidad y que me daba mucha risa cuando lo vi por primera vez–, como las múltiples versiones de Cheems y su contraparte: el perro musculoso. O algo que se ha vuelto frecuente en las últimas semanas, el maquiavélico Osito Bimbo evadiendo la NOM-51.

Me surge una duda: ¿por qué reírnos? En este punto me podría salir por la tangente y decir que es porque son tan extraños que al reducir la realidad a un absurdo nos reímos de su simpleza, pero no, aquí no hacemos eso, hay mucho qué decir del tema y esta columna no es un meme –no intencionalmente. Gran base del humor contemporáneo es parecido al del humor trágico, y creo que a lo largo del tiempo nunca ha desaparecido desde que el ser humano se dio cuenta de lo mínimo que resulta su esfuerzo en el mundo.

Volviendo a Evangelion, la historia es realmente triste y muy invasiva para los espectadores, y sin embargo, nos reímos de un pingüino asombrado por un Bonice –no me detendré a explicar este meme, búsquelo si le puede el morbo– o por una visión del protagonista cuando al fin entiende algo. El humor, al menos el que muestra los memes, son derrumbes de seriedades y de realidades expedidas como lo haría un chiste mortal: nada, por más que argumentemos en contra, tiene sentido. Y tienen razón.

Hablar de la realidad que se vive en Latinoamérica es hablar de inseguridad, de pobreza, de ambientes hostiles para la educación y la desigualdad social en todos los aspectos. Y ni hablar del humor que se puede producir en países que atraviesan una situación similar o incluso peor. Los memes, de menos, alivianan un poco de peso en ello.

Pero entonces, ¿qué pasa con el humor negro?, ¿la risa justifica la crueldad? Creo que es fácil decir que sí, que precisamente al no buscar el reflejo de la realidad tal cual es permite que cierto tipo de humor toque temas sensibles de forma insensible, pero no, la crueldad es en cualquier tipo de contexto y no se justifica. Buscar un chiste por medio del insulto no es algo que resulte agradable, es incómodo de ver realmente, porque más que apartarnos de las cosas que podríamos estar pasando fuera del humor, nos acerca a eso y nos hace decir “chale”.

Creo que lograr una risa natural tiene más mérito que solo ofender y que ese sea el único chiste que se pueda notar.

Y mire, tampoco digo que ahora el humor deba ser súper inteligente hasta el punto en el que nadie le entienda realmente –como pasa con series como Rick & Morty– pero sí que pueda ser más adaptable. Porque de eso se trata el humor a final de cuentas: un medio del lenguaje adaptable a muchos mensajes y receptores que causan en nosotros una reacción de gracia. Si evaluamos los mejores memes de internet, coincidiríamos en lo que acabo de decir, son imágenes adaptables a muchas situaciones y en todas pueden coincidir muchas personas para contarlo y compartirlo.

Los memes son dialécticos, de cierto modo.

El humor es algo que a primera vista no parece complicado, pero le diré algo que me dijo un médico brujo: Juan favor de; UH-UH-I-AH-AH-BANG-BANG-WUALABANG-BING-BANG^[1].

^[1] No se preocupe si no ubica de primeras la referencia, es una canción del Loco Valdez y lleva por nombre “El médico brujo”. Si no había escuchado ese estuche de monerías y distorsiones, hágalo para reírse un rato de lo absurdo.