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Arturo "Carcará" Muñoz y La Trola, foto de Óscar Alarcón
Arturo “Carcará” Muñoz y La Trola, foto de Óscar Alarcón

Por Eduardo Hernández (@Dondr_Tetris)

Al Carcará lo conocí cuando el Gil me pasó un disco de Los Cálculos Stones, en aquella ocasión solo escuché un par de canciones, no le detuve ni las escuché por completo, no fue sino hasta que en algún evento vi un nombre que salía a relucir “La Trola”. Se iban de gira del otro lado del charco, hacia algunos lugares de Europa, aquella banda y sus temas contenían algo que todos llaman barrio pero que muy pocos tenemos: aquella esencia ruda.

Ayudo para que Gil me dijera que los conocía, ya intercambiando opiniones salieron a flote los proyectos que Carcará tenía, desde Los Calculos Stones (acompañado de Arellano, El Nono Tarado e Iván García), el foro Karuzo, la reciente gira por Europa y un disco en compañía de Arellano (La calle y la alcoba).

Después de esa gira tuve la oportunidad de entrevistarlos cuando colaboraba en el informativo nocturno, al lado de Óscar, claro, todo fue fácil con la ayuda de Juan Pedro que me facilitó el número de Erick (Bajista de la Trola) y así ponerme en contacto.

En una tocada de improvisto y de cierta forma clandestina, nos tocó estar acompañados de Carcará e Itzel, estar ahí de esa manera nos hermanó, hablamos de lo que pasaba alrededor de La Trola y del Karuzo, bromeamos sobre su incursión en la lucha libre. En palabras de Carcará:

Estar en un ring luchando es algo que no puedes explicar, que tus compañeros te azoten contra la lona es un sensación que ni una línea de coca o un toque de mota te puede dar.

En esa reunión hubo temas de todos sus proyectos, claro, algunos de ellos, en lo personal, se convirtieron en un himno. Carcará retrata en sus canciones la cotidianidad de la ciudad, el traqueteo en las calles y como no puede faltar entre lo under, un grito hacia la mercadotecnia inflada.

En alguna entrevista que le hicieron a Carcará, me hizo entender algo, y era eso de que la fama siempre trae lo mejor, la fama te puede llegar de cualquier lado y no por eso dejarás de hacer lo que te gusta o dejarías de convivir con otras personas. Si algo me gusta de él, es que es directo, como en el barrio, un tiro cantado, sin más ni menos, sin tanto adorno.

Rock’n roll y diversión es como ellos lo dicen, como se definen, ya sea en la banda o solos, claro, algunas de sus canciones así lo definen, como el cotorreo de una fiesta, otras, como lo dije anteriormente reflejan la cotidianidad que ocurre en la ciudad, aquello que está presente pero que no nos damos cuenta que ocurre.

Temas como “El Botero”, “Billete de 100”, que abordan sobre la vida como el trovador callejero que deambula a diario por las calles para conseguir algunas monedas y que la vida no es tan de color rosa, también hay otros como “Degeneración”, “El grito del Alacrán”, “Trova-star”,  que son una crítica contundente, la primera es hacia una sociedad que se no se atreve a salir de su época y que solo vive en su mundo sin lo que pasa alrededor, la segunda y tercera es sobre la parte del público que tiene la idea de que ser un rockstar es ser lo mejor del mundo, no importando que solo seas algo esporádico y que en algún momento morirá sin trascender más allá de lo que te dicta un manager o un público pequeño.

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