Hola, soy Adri, experta en tacos de trompo, bistec, molleja y chorizo. Amante de las carnitas y chicharrones, las buenas salsas y las tortillas de maíz, los desayunos con su huevito estrellado, frijoles recién salidos y queso de rancho, todo esto con jugo de naranja y café de olla.
Por Adriana Barba
Monterrey, Nuevo León, 10 de abril de 2020 (Neotraba)
Benditas las flacas, sí, benditas esas personas que “así nacieron, está en su genética, comer el doble que uno y jamás preocuparse por su peso.”
Hola, soy Adri, experta en tacos de trompo, bistec, molleja y chorizo. Amante de las carnitas y chicharrones, las buenas salsas y las tortillas de maíz, los desayunos con su huevito estrellado, frijoles recién salidos y queso de rancho, todo esto con jugo de naranja y café de olla.
¿A poco no se le antojó?
Siempre he pensado que los que menos nos quejamos de la comida y deleitamos cada platillo somos los que más batallamos para que esas particulas de grasa no se queden en nuestro cuerpo.
Y es que entre una milanesita de res con papitas fritas y una ensalada César no hay punto de comparación.
En esta cuarentena, escuché en Facebook, “sacaremos lo mejor y también lo peor de nosotros.” Estamos en casa, no salimos a la calle. Eso que tenemos guardado de años se enfrentará con nosotros en el encierro y ahora sí, tendremos que arreglar asuntos pendientes.
El mío, sin duda, es el peso. Mi madre, que es una báscula viviente, con su rayo láser al sólo verme dice “a ojo de buen cubero, andas ya en los setenta y tantos ¿cuántas raciones de carbohidratos te estás comiendo al día?”
Como un deja vu me voy a saborear esas 3 quesadillas con jamón y queso manchego, aguacatito y pico de gallo. O las papitas con chile de árbol de la tarde, con la milanesa de res empanizada y el arroz blanco. O al club sándwich con chips jalapeño que cené.
No estoy comiendo carbohidratos –le contesto tajante–, estoy hinchada porque ayer comí con mucho sodio.
Benditas las flacas, esas que no cuentan carbohidratos como los debería de contar yo. Amo la comida, pero estoy segura de que saldré victoriosa en esta cuarentena. Tendré el tiempo suficiente para darme cuenta, aunque no quiera, cuáles son los alimentos que no son tan buenos para mi cuerpo.
Hice las paces con la báscula. Puse el video de “La carreta” de Los socios del ritmo, repetido para bailar 10 minutos más. Empecé a ver en internet ropa que jamás he usado, esa que por mi amor a los tacos de trompo me había negado a usar, esa que después de la cuarentena usaré, porque la báscula y yo ahora somos un equipo y en equipo todos estaremos bien.
