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Por Jorge Tadeo Vargas

Desde el exilio de Ankh-Morpork, 1 de mayo de 2023 [00:05 GMT-6] (Neotraba)

“Que saben ellos de todo el dolor que puede acumularse con los años”

Zerocalcare

¿Cómo se vive una pérdida? ¿Cómo se repone de la muerte de un ser querido? ¿Cómo se toman los recuerdos para convertirlos en una tabla de salvación ante un dolor tan grande? Estas son las preguntas que Michelle Rech mejor conocido como Zerocalcare y que se intenta responder en su novela gráfica Olvida mi nombre (Reservoir Books, 2019).

Al igual que en sus novelas anteriores, Calcare nos invita a una especie de viaje voyerista, desde donde nos narra sus miedos, frustraciones, fracasos, alegrías, pero sobre todo nos invita a reconocernos en esa parte de ser adultos sin la más mínima idea de lo que eso significa, con los resultados obvios de estar perdidos en un mundo donde todo esta en contra, donde es muy difícil sentirnos parte de el y para lo que al igual que Calcare inventamos estrategias que nos ayuden a sobrevivir.

En Olvida mi nombre, usando de pretexto el fallecimiento de su abuela materna y la relación tan estrecha que tenía-tiene con ella nos cuenta una historia fantástica, llena de viajes, aventuras, estafas, animales que hablan, fantasmas y de relaciones familiares con todo lo que las rodean, esos secretos que se van descubriendo de a poco conforme vas creciendo, pero sobre todo nos cuenta sobre ese sentimiento de protección de y a quienes amamos y nos aman.

Calcare va más allá y nos muestra cómo esas zonas de confort se nos voltean en contra en momentos que debemos de enfrentar una pérdida. Dice en un momento clave de la historia que se tiene que enfrentar a lo más oscuro de la perdida, no de él, sino de su madre: “das un trocito de algo tuyo a cambio de seguridad, de comodidad”.

Zerocalcare es un punk, un friki que ha estado toda su vida de lado de los más débiles, soportando las agresiones que eso conlleva y ha encontrado en la gráfica, los comics su forma de desahogo. Paso por el activismo en los últimos años del altermundismo, que fueron los más violentos y represores, eso también marca sus historias, desde ahí es que narra y desde ahí es que se pregunta qué es la identidad, si esta viene junto con el nombre que recibimos al nacer, igual que los apellidos, se pregunta si esta identidad viene junto con los secretos que vienen desde nuestros ancestros, más los que nosotras mismas vamos guardando y que explotan en la cara de nuestros seres queridos cuando morimos.

Olvida mi nombre de Zerocalcare
Olvida mi nombre de Zerocalcare

Somos actores representando diversos personajes de acuerdo con el escenario en que nos toca estar, actuar. Algunas veces somos héroes, otras villanos, pero siempre somos actores de soporte de la historia de los demás. Es así como descubrimos que nuestras madres son algo más que esas personas a las que recurrimos cuando todo va mal, que tienen un pasado, al cual muchas veces es digno de una novela, identificándonos con ellas sin dejar de ser nosotras. También descubrimos que las abuelas tienen grandes historias en sus vidas, que son algo más que unas viejas que pasan el día en las cocinas, que tuvieron nombre, muchos nombres.

Olvida mi nombre es un recordatorio forjado en el pasado de nuestras familias que siempre pasa a recordarnos de dónde venimos y que se suma con nuestro presente, las decisiones que tomamos, tanto las malas como las buenas que son parte de nuestro camino. Este presente que su funde con nuestro pasado personal y no con el colectivo-familiar.

Calcare nos muestra que más allá de la historia oficial, esa que se cuenta en las reuniones familiares, también está esa historia llena de secretos, de misterios, de anécdotas que nos están prohibidas. Aun recuerdo esas noches que pase al lado de mi abuelo en el hospital mientras él me iba develando a una persona distinta a la que yo le decía madre, una persona llena de historias que de mis hermanos solo yo conozco y que me hacen quererla más, entenderla mejor.

La familia, las amigas, lo que vamos forjando en el camino en lo que nos da la identidad, lo que nos convierte en lo que somos, el nombre es lo de menos. Como dice la abuela Hugette, a los zorros no les gusta mucho eso de los nombres.


Jorge Tadeo. Imagen tomada sin permiso de su cuenta de FB

Jorge Tadeo Vargas, escritor, ensayista, anarquista, a veces activista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena. Está construyendo su caja de herramientas para la supervivencia.En sus ratos libres coordina el Observatorio de Emergencias Socio-Ecológicas.


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