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Por Ignacio Mondaca Romero

Hermosillo, Sonora, 13 de agosto de 2021 [00:02 GMT-5] (Neotraba)

Obituarios

Rencor de estaciones, animadversión de animales de granja. A menudo se factura el olor a estiércol en el formato de la cadena alimentaria. Se domestican los orígenes en el tragaluz de las comunidades.
      Salmo de un futuro inminente, regocijo de plenitudes naturales. Un túnel se adormece en el febril insomnio de las hadas henchidas de deseo. Los ratones agujerean frenéticos los sacos de maíz en la miopía de la supervivencia.
      Amanece el día entre sueños húmedos, hatillo de renuncias contrapuestas en el transcurrir, bajo el vuelo de una lechuza rezagada.
      En el bosque los incendios se cuecen con la venia generosa de las nubes. Hay un final de resaca esta mañana, hay estupor de líquidos nocturnos; las auras se mecen en la altura en un colofón de muerte.
                        Extraños obituarios circundantes.

Trópico de Cáncer

Sientes a la joven como café tostado; sus carnes son reserva de estaciones; los senos, platillos de una fonda que presume el hábito de sus ingredientes.
      Ágiles, tus dedos deslizan pan de dulce sobre la tarde repujada de soslayos. Caminar es ánimo callejero. La plaza, sinodal de aburrimientos, atenta al eclipse lúdico incipiente.
      Casonas, altos techos, corredores de aire. Alucinaciones de otros tiempos. Manteles y cirios predispuestos entre charlas de funerales y embarazos.
      La noche es Saturno devorando a sus hijos en el calor del trópico.
                       Gemelos anulados del zodiaco.

Murmullos

El sol escarba en la humedad cardinal. La aldea se confunde con la aguda cacofonía de los monos, mientras dos ranas se perturban mutuamente sobre una corteza de caoba. Anhelos en la condensación.
      Cilicio de verano, desgrana sobre las caderas del río una cresta de genes y calores. En paralelo gravita un ritmo de abejas somnolientas. Predican su creencia sobre un sextante de hojas.
      En el impredecible de la selva enronquecen las voces vegetales. Los murmullos se acallan como polen de guayule que busca dónde pasar la noche y fermentar sus sueños.
                   Atisbos anidando inmemoriales.

Escorpiones

Depara la fortuna dos tenazas, porque la defensa personal es cosa seria. El territorio es parco en esta latitud descalza. Es un metro cuadrado, pero cuenta.
      Ponzoña lacerante, caparazón verde y transparente, pesadilla de labios agrietados.
      Cose el pentagrama de escorpiones sobre una brama repulsiva. Sesgo pálido, sentidos alterados abrevan el rocío de otros seres. Trajes de piedra sin destellos.

Silueta de brújula

Observo tu talle debajo de la sábana; tu cabellera es una red dormida y húmeda; tu espalda, un cardumen de lunares; tus caderas, dos dunas acalladas.
      Sobre tu gesto de corales la nariz es una vela en miniatura, y de la grieta fresca de tus labios escapa el aliento de una ninfa.
      Giras de pronto en el eje de una brújula sin rumbo y encaras una tempestad impronta. Te esfumas, plagiada por el viento. Tu vientre es un acuario pacífico que espera; tus senos, dos señales de emergencia, y en la juntura de tus piernas una estrella de mar duerme la siesta, soñando travesuras bajo el agua.

Ignacio Mondaca Romero_Foto de Alejandra Mondaca Fimbres.

Ignacio Mondaca Romero (San Luis Río Colorado, 1956 – Hermosillo, 2021) Escritor, editor, conferencista y promotor de la lectura. Fungió como Coordinador estatal de Literatura en el Instituto Sonorense de Cultura de 2009 a 2015, tiempo en el cual fundó el programa SONORA LEE, y apoyó numerosas actividades regionales y binacionales en torno a la literatura y su promoción. Fue presidente de Escritores de Sonora, A.C. en dos ocasiones, de 2006 a 2010 y de 2017 hasta su deceso. Autor de los libros de poemas: Órbita de los elementos y Sonata Americana, además de los libros de cuentos: Relatos de ocio, Relatos sin rastro, e Instrucciones para asesinar a Julio Cortázar.


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