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Por Carmen Nozal

Hermosillo, Sonora, 11 de agosto de 2022 [00:01 GMT-7] (Neotraba)

Calendario*

La lluvia sale del túnel para matar. Es tiempo de enterrar a la sequía. Los funerales del río fueron tan largos como la tumba del hambre. El agua volvió a llorar como una viuda. Sabe Dios que tantas penas se hundieron en el mar que hasta la fecha los fósiles contemplan su esqueleto.

Geografía*

Como una ladera me sorprende la voluntad de la luna. Camina por los montes del olvido y el polvo danza alrededor de mis piernas. Así comprendo la resurrección de los muertos. Quién podría soportar la quietud en su quietud. Cuánto tiempo el olvido para ser ausencia.
Como los fragmentos de un cristal mi piel se multiplica en pedazos de distancia. Tiempo y distancia unidos en qué nombre. En qué palabra resumo el bienestar. Cuántas vidas paralelas de mi vida podrían convencerme de mis otras mitades. Un yo rotundo me duele igual que columna fracturada.

Reforma*

Camino hacia la plaza con la lentitud de la retrospectiva y el sigilo se filtra en su silencio. La plaza está vacía de vergüenza.
Escucha los ecos de la piedra y me convierte en polvo. Como mi sombra. Algo amenaza con desordenarse: es un remolino que detienen las estatuas. Porque toqué la más inamovible, tengo ahora una mano de polvo.

Complementos*

Cómo se embosca la noche con este ramo de flores milenarias, diminutas palabras, fierecillas que agolpa mi ojo en la rendija de la duermevela. La puerta se entreabre como mis labios cuando la miran. Iba a decirte algo. Y solo pasó el viento.

*Del libro El espejo de Luzbel

Foto de Alexis Salinas
Foto de Alexis Salinas

Viernes santo**

La brevedad de esta sombra no le corresponde a nadie. Es una aparición en la bahía. Sale detrás del cerro como capa de rey en época de luto y avanza hasta los pies de la oración. Se repite la sombra en su trayecto sin luna ni sol que la ilumine. Todos los viernes santos alguien la ve pasar como la sombra de un curandero.

Puntos suspensivos**

Son perdonaderas vestidas de negro que cuando arrastran los pies se confunden con el polvo. La piel del tambor se ha llenado de arrugas. Golpes de pecho escuchan las campanas. Por mi culpa. Por tu culpa. Por su culpa. Viene la procesión cantando entre el humo de la tarde mientras el maíz se muere en manos de la desconfianza.

El último viaje**

El túnel, la piedra sudorosa, la fiebre de la ausencia, la oscuridad atrás, atrás, cada vez más lejana la tierra, el canto mineral, el movimiento, algo como una estaca de la sombra se desprende, sale la angustia del cuerpo y el gemido de la angustia, atrás, atrás, se desvanece, abre la boca la luz, la inmensidad de la luz lo dice todo, saltar, saltar, precipitarse al vacío donde existe el no-deseo, ahí, la paz, el fin de los fragmentos, la mano abierta que existe, el no-deseo, ahí, la paz, el fin de los fragmentos, la mano abierta de Dios y aquel susurro: “Aún no es tiempo. Regresa”.

Ciudad Juárez**

A sus muertas

Esperabas mi muerte como quien espera una cerveza helada. Aquella noche, llegué con la ropa hecha jirones y el cuerpo descarnado, lleno de sangre y tierra. Las uñas que me habían arañado seguían incrustadas en mis costillas. Ordenaste que me levantaran de la calle igual que se levanta un desperdicio. Recuerdo el sonido lejano de las campanas, una, dos, tres violaciones, cuatro hombres encapuchados; cinco, seis, siete, sí, debían ser las siete de la noche cuando todos se fueron a jugar brillar, y me abandonaron en la carretera, semienterrada; ahí entre la basura del pueblo. Recuerdo los ojos de mi padre, brillantes, dulcísimos, que me miraban llenos de amor: “Y llegará el día en el que un hombre bueno y trabajador te pedirá que seas su esposa y tú, muy enamorada, le dirás que sí, y harás una hermosa familia”. No tuve hijos. Sólo esta memoria que no alcanza a contar heridas ni madrugadas.

**Poesía reunida 1991-2021


Carmen Nozal. Foto por cortesía de Manuel Parra

Carmen Nozal (España, 1964) Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM y egresada de la Escuela de Escritores de la SOGEM. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, francés, italiano, portugués, alemán y bable e incluidos en medio centenar de antologías. Como Promotora Cultural se ha desempeñado en la Casa del Poeta “Ramón López Velarde”, en la Subsecretaría de Diversidad Cultural y Fomento a la Lectura y en el Museo Nacional de Arte (MUNAL). Fue finalista del Premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo 2020 en España. En ese mismo año recibió la presea del Pakal de Oro por su trayectoria literaria. En 2022 recibió el reconocimiento de Casas del Poeta AC en Nepantla, por su trayectoria como poeta, así como la Medalla Gloria Pino Ochoa por su labor altruista en México. Entre otros, ha obtenido el Premio de Poesía UNAM, el Premio Nacional de Poesía Elías Nandino, el Premio Nacional de Poesía Salvador Gallardo Dávalos, además del accésit del Ateneo Jovellanos, España. Libros: Visiones de piedra, Vagaluz, Hacia los flecos del frío, El espejo de Luzbel, En el reino de la luz y otros poemas, De la confesión nocturna, Poesía reunida 1991-2021, entre otros.


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