Una ventana inmensa: Andrea Bustamante
Poemas de la editora y fundadora del blog literario “Perseguimos Nubes” y que ahora se publican en la sección que coordina Manuel Parra Aguilar.
Poemas de la editora y fundadora del blog literario “Perseguimos Nubes” y que ahora se publican en la sección que coordina Manuel Parra Aguilar.
Por Andrea Bustamante
Hermosillo, Sonora, 11 de mayo de 2023 [00:10 GMT-7] (Neotraba)
¿qué más somos, si no, que cuerpos andantes creados por recuerdos?
y si me preguntas de que estoy hecha
flores silvestres color violeta
abierta a la luz del sol, cerrada a la luz de
la luna de otoño.
fotos reveladas
fotos impresas
la risa y los bailes de mi madre
el ingenio y el trabajo de mi padre
nubes que me pisan los tobillos
el color azul de mi piel que se transforma a un dorado como escamas que me van saliendo y resplandezco
ojitos cafecitos que me miran que miro
una ciudad que se vuelve gris, que quería, que quiero, pero prefiero verla de lejos
un edificio de ochenta años, bugambilias y pasto
un reflejo que se reconoce cada vez más
un cuerpo andante creado por recuerdos proyectados en la mente como películas de las que son negras con un café jiruli
a las ocho de la mañana
no hay nada que te ate a esta ciudad, después de dejarla en ruinas te decides exiliar, parece que solo te querías escapar.
un dolor tan peculiar y conocido invade todo mi pecho y arde.
siento que nunca me iré, ¿me encontraste o yo te encontré?
entumecida y atascada, justo donde me dejaste;
a la deriva.
no hay nada que me ate a esta ciudad si me has dejado en ruinas, no queda más por reparar, anochece y me voy a liberar.
mi piel comienza a resplandecer, brilla con cachitos dorados que se me van pegando del sol
tan radiante, tan cegador
ahora sólo somos la luna y yo, testigo de condenas y buenos presagios
me recuerda de qué estoy hecha y me borra lo que creen que soy
si miro en el cielo no hay nada más importante que ese resplandor que, en retrospectiva, bastó un suspiro para su transformación
como una mariposa
tan radiante, tan cegador
érase una vez, en la tierra de los robados
crecieron los hijos de héroes
aquellos que creyeron ser más fuertes
con la rabia de no tener lo que les pertenece
creen que nos dieron todo lo que necesitamos
para responder de frente
lo que no saben es que nos tomó el primer golpe
para saber que no habría más palos construidos de la misma astilla
esta es la generación de los cuervos
la que crece y te saca los ojos
quema y pinta tus monumentos, los que construiste a base de engaños
¿crees que no estamos cansados?
nuncamás
has cuidado de mi fragilidad como nadie, incluso yo no he sabido
después de farsantes, pacifistas autotitulados, y jueces vestidos de aduladores; ¿quién iba a pensar que existiría alguien como tú?
no tengo que perseguir nubes grises.
ahora sólo conozco destellos dorados
el terso enganche de tus manos en las mías
dulzura de tu pecho junto al mío compartiendo un mismo latido
la mansedumbre de esta pluma al nombrar la fragilidad que he cuidado como nadie, como no había sabido.
por haber salido de casa sin consentimiento de mis padres, llegué al casino buscado un hombre con quien bailar
aquél con su barba de color azul
me invitó a la pista
acepté
miré hacia el suelo, no tenía pies
miré su rostro, ya no era él
en medio del baile mi vestido se pintó carmesí
y pronto supe, mi destino, no sería escrito por mí
en retrospectiva, me hubiera gustado haber bailado sola todavía
el fantasma de esta historia me seguirá persiguiendo
me encantaría ser la última, pero seguirá sucediendo
aún creo que no todas las princesas esperarán por un beso
quizás un fuerte respiro las despertará de este cuento
es cuestión de tiempo
quisiera quemar tu casa hasta los cimientos, morder las venas de tu muñeca y saciarme hasta quedarme con toda mi infancia; así como tú te saciaste hasta levantar tu cabeza mirando al cielo con una sonrisa de satisfacción.
quisiera encajarte una daga en la espalda, patear tu armadura a un lado y remover el filo dentro de tu cuerpo, porque sé que así acabaría tu regocijo, y seré yo la que ría al final.
quisiera cantar algunos versos antiguos, aullar por mis huesos hasta que estén reconstruidos, salir corriendo hasta los bosques a los que pertenezco.
ahí, alrededor del fuego, con mi cuerpo desnudo y mis palmas conectadas con las de otras, danzaré todas las noches y volveré.
Andrea Bustamante (Hermosillo, Sonora, 1998). Licenciada en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Sonora, editora y fundadora del blog literario “Perseguimos Nubes”. Además, es cantautora independiente publicada en plataformas digitales. Escribe cuentos, poesía y novela corta, como Este es mi adiós (2011).