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Por Mixar López

Des Moines, Los Angeles, Estados Unidos, 12 de septiembre de 2021 [00:01 GMT-5] (Neotraba)

La idea de una poesía absoluta ha sido para el hombre nostalgia de vida auténtica, sentimiento melancólico por el ser total de las cosas, inquietud mágica por restituir a la existencia el poder de la creación universal.

Ante esta arcaica idea de la “poesía absoluta” como pura privación o chaqueta mental del poeta, no nos queda otra alternativa que rendirnos en los confines eróticos de Cecilia Barón, para medir desde ahí los grados sobre los cuales la verdadera poesía realiza su intento de alcanzar lo eterno, al menos, en un orgasmo.

Hablamos de ello en acalorada entrevista.

Cecilia Barón. Foto cortesía de la autora.
Cecilia Barón. Foto cortesía de la autora.

Mixar López. “Necesitamos rebeldía al escribir”, dijiste alguna vez: “sin rebeldía aparece el caos”. Yo pensaría en todo lo contrario: se necesita anarquía en la poesía y malicia en la narrativa, no para ejercer el caos sino el estilo.

Cecilia Barón. En realidad dije: “¡Romper! Necesitamos algo de rebeldía porque si no, todo nos absorbe en este abismo”. Me gusta la “Autarquía“: sinónimo de autosuficiencia. La palabra, de origen griego (autárkeia), vendría a significar “calidad o estado de bastarse a sí mismo”. En la Antigua Grecia, el término tenía connotaciones filosóficas e indicaba un ideal de vida: la del que se basta a sí mismo para ser feliz y no necesita de otra cosa que el ejercicio de la virtud. Se trataba de un concepto positivo: vivir en total libertad, sin depender de otros, sin deber nada a nadie”. Más que hablar de malicia y estilo, me gusta fantasear con la astucia y curiosidad gozosas.

“Aceptar el absurdo implica aceptar todo lo que el mundo irrazonable tiene para ofrecer. Sin un significado de la vida, no hay escala de valores. “Lo que cuenta no es vivir lo mejor posible, sino vivir lo más posible.” Así, Camus llega a tres consecuencias del completo reconocimiento del absurdo: rebeldía, libertad, y pasión”.

ML. ¿Cómo un poemario puede hacer vibrar a los lectores y experimentar una serie de emociones, si el mismo poeta no las ha vivido antes?

CB. Ni idea. Las emociones son atávicas.

“la humanidad es atávica: un gen olvidado”.

La siguiente captura de pantalla puede ser una ventana a esta respuesta:

ML. ¿Vale más el erotismo que la poesía miasma?

CB. Me quedo con la poesía miasma:

Miasma

1. nombre ambiguo

Efluvio dañino que desprenden cuerpos enfermos, materias en descomposición o aguas estancadas.

“sintió que la rodeaba la impregnación tenebrosa de la marisma, con sus miasmas inyectadas en la tupida urdimbre de la humedad”.

ML. ¿Qué entendemos por formas de (auto) representación femenina en la poesía?, me parece que en tu obra se busca exorcizar un deseo; un deseo que en la escritura todavía no se sabe encauzar y disfrutar plenamente, uno que quizá aún te resulta incomprensible, misterioso, especialmente por lo que experimenta dentro de las barreras y los tabúes represivos que han regresado a nuestro tiempo.

CB. Yo no lo entiendo, ni lograré entenderlo, y eso es emocionante, ojalá sea tan cambiante y flexible que ya ni nos acordemos de qué estábamos hablando, voy a nivel caricatura de lo que quisiera poder escribir algún día como ser vivo que ríe; no tengo prisa, celebro el camino y como dijo el payaso Betín: “aprieta todos los dulces que puedas contra tu barriga, corre, y: lo que se cae, se queda”.

Cecilia Barón. Foto cortesía de la autora.
Cecilia Barón. Foto cortesía de la autora.

ML. En tu vocación literaria noto una objeción, tanto tu cuerpo como tus actos no deberían entrar en juego con lo que se espera de ti como poeta. Pero ¿qué pasa cuando esa mujer ya no opera pasivamente desde la imagen que recibe la mirada ajena sino que se dedica activamente a mirar y a perfilar una imagen propia?, ¿cómo se ofrecen/proyectan estos sujetos poéticos a la mirada del otro?

CB. Soy la botarga de mi pensamiento y de mis multitudes. No me planteo qué espera nadie, ni yo. “Todo retrato es pornográfico” es un ensayo que me gustó mucho de Yunuen Díaz.

Si supiera a cabalidad, qué rayos estoy haciendo en la poesía y en la vida, créeme; no ejercería ninguna.

ML. A veces se percibe la pluma de José Eugenio Sánchez en tus poemas.

CB. Su pluma no, ya ni se usan, Chepe es mi maestro, brutal inspiración, generosidad. Las carcajadas nos han unido, es un pinche privilegiazo que debería esparcirse por el mundo. Muchos poemas han sido escritos en su patio, mientras nos ponemos hasta el huevo y nos pasan por encima sus gatos rozando la cola en nuestros cachetes, sin tener idea de qué chingados escribimos. Y encima de todo, nos hace de cenar platillos exquisitos, porque sabe que nuestro verdadero pedo en la vida, era que ninguna teníamos tiempo para comer bien.

Cecilia Barón. Foto cortesía de la autora.
Cecilia Barón. Foto cortesía de la autora.

ML. ¿Cachondes y finura no es un oxímoron; qué tan fina eres en ese sentido?

CB. Como fina, soy cachondísima.

ML. ¿Qué privilegios literarios te otorga el escribir en tanga?

CB. El privilegio de Once mil views en la presentación de mi segundo libro, Soy fina pero no se me nota, transmitida por CONARTE el 8 de febrero 2021, logrando el segundo lugar con más views en su historia, apenas sobrepasado por un concierto de El Gran Silencio. Bueno, no, ningún privilegio, sólo quería decir a huevo lo anterior. Escribir en tanga, me otorga el privilegio de la soledad, sabrosura y silencio.

ML. ¿Has mencionado que tu cabeza está en los libros, los genitales y los memes; ¿podrías desarrollar un poco?

CB. Fui una loca, me dejé llevar.

Me permito la licencia poética de cambiar de opinión seguido.

ML. ¿Cómo se chupa bien la poesía?

CB. Ojalá supiera. Esta pregunta es más bien para ti, bombón, tú la has chupado tan bien que te ha dado hermosa y prolífica descendencia. SLURPOETRY. Con la puntita de la lengua abriendo los labios presionando el clítoris en círculos concéntricos succionándolo como pescadito que coletea y no se suelta. Es una forma de chupar bien la poesía.

ML. “Me cansa el canto monótono de los versos, siempre elevados; me adormecen el ritmo y la rima; me extraña dentro del vocabulario poético cierta “pobreza dentro de la nobleza” (rosas, amor, noche, lirios), y a veces sospecho que todo ese modo de expresión, y todo el grupo social que a él se dedica padecen de algún defecto básico”; escribiría Gombrowicz. ¿A qué crees que se deba esta enclenque fama de los poetas?

CB. Puede deberse al mix de trastornos mentales sin atender bioquímicamente de manera eficiente; depresión, ansiedad, somatización, los complejos de Edipo y de Elektra sin resolver, a las enormes ganas que nos lean nuestros papis, nalguitas, grupos de mamis en whatsapp y abuelitos. A nuestra ineludible tendencia a la obsolescencia, al bostezo de la oxidación acelerada y sobre todo a tantas puñetas seguidas.

ML. ¿Es el exceso lo que cansa en la poesía?

CB. No siempre. Hay poemas excesivos magnos como “Howl” de A. Gingsberg, de los griegos, y muchas maravillas que desconozco; definamos exceso: de adjetivos, paja, lugares comunes, ausencia de huevos al imaginar, eso sí es excesivamente aburrido para mí, en la escritura y en la vida.

ML. ¿Los poetas escriben para los poetas?

CB. Lo ignoro.

ML. ¿En qué estás trabajando ahora?

CB. Trabajo en no morir tan pronto, volver a ser BiCecyps, grabar los poemas con música de @nonself en estudio, hacer videos, musicalizar nuevos poemas, seguir escribiendo, planeando giras para hacer performance. Leer muchas cosas bizarras, succionar inspiración y a mi glande favorito.

Portada de Soy fina pero no se me nota, de Cecilia Barón.
Portada de Soy fina pero no se me nota, de Cecilia Barón.

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