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Mario Méndez, foto de Luis J. L. Chigo
Mario Méndez, foto de Luis J. L. Chigo

Por Luis J. L. Chigo (@NoSoyChigo)

*Con la colaboración de Lizeth Tlatelpa De Roman

Puebla, México, a 23 de marzo de 2020 (Neotraba)

El Camino de Santiago usa precisamente el nexo “de” porque el santo se lo ha apropiado. Se trata de uno de los centros de peregrinaje más grandes de Europa, cuyo recorrido inicia en las fronteras de España con Francia y finaliza en el otro extremo de la península Ibérica, en Galicia. Ahí, en la comunidad homónima, se levanta uno de los monumentos gótico-barrocos más representativos de la arquitectura medieval: la Catedral de Santiago de Compostela.

Este camino, al que pocos pueden acceder de principio a fin, posibilitó que el poeta Mario Méndez llevara a cabo Un hombre, un camino, poemario que vería la luz con Tilde Editores.

Fue en la Casa del Libro donde se dieron cita el poeta y Cuitláhuac Quiroga, editor de Tilde Editores. El recinto, de reciente apertura, contó con la presencia de un público basto y participativo.

Muchos de los asistentes reflejaron en sus gestos el agrado que provocaron los versos de Mario Méndez. Era notorio, por el acento, la ascendencia española de muchos de ellos. En un diálogo recíproco, se compartieron los recuerdos al rededor del camino medieval e incluso consejos sobre cómo afrontar el peregrinaje.

La imagen de Santiago Apostol me remite siempre a una imagen violenta; en México, donde lo conocemos como Señor Santiago, monta a caballo mientras empuña una espada listo para el combate. Se le celebra fervorosamente en Izúcar de Matamoros y en el temblor del 19 de septiembre de 2017 la figura monumental de su parroquia se quebrantó ante el movimiento telúrico. Muchos de sus pobladores lo relacionan con una protección fuerte frente al mal intencionado.

La historia en España no tiene mucho de esto. Al contrario, en el centro de este camino por el norte de la península está la imagen del santo después del martirio. Mario Méndez es testigo directo.

Casa del Libro, foto de Luis J. L. Chigo
Casa del Libro, foto de Luis J. L. Chigo

Luis J. L. Chigo. Aunque Mario Méndez se acercó al camino más por una vivencia de lo que había y no por lo que busca un peregrino normal en el camino, ¿qué tanto permea la figura del santo en los poemas de Un hombre, un camino?

Mario Méndez. Sin él no existiría el camino. Los peregrinos de todo el mundo llegan para hacer este camino, que es un itinerario cultural europeo. Se puede hacer por diferentes motivos, motivos religiosos, espiritual, por cultura, por deporte. En nuestro caso hicimos el camino por un motivo espiritual, como un camino de introspección y a ver qué nos encontrábamos. No repetir lo que hicieron los antiguos peregrinos sino ir a buscar lo que se pudiera encontrar allí y así es como surgió la poesía a través de este camino de Santiago.

En épocas medievales, cuando Roma estaba declinando y Jerusalén cayó en manos de los musulmanes, los reyes de Asturias promovieron este camino como un gran centro de peregrinación del mundo católico. Se basaron en la leyenda de que el santo fue degollado en Jerusalén –o Tierra Santa– y sus discípulos lo llevaron hasta Galicia, diciendo que por allí había llegado predicando. Lo entierran en un lugar que se llama el monte Libredón. Al pasar de los años, la gente del lugar vio que era un campo de estrellas, que salía del monte. Eso significa Santiago de Compostela, Santiago por el santo y Compostela por esa lluvia de estrellas que salía del monte.

Los reyes de Asturias promovieron ese lugar hasta convertirse en lo que es hoy, uno de los grandes centros de peregrinación del mundo católico. Llegan de todo el mundo: llegan católicos, no católicos, ateos y todos con conviven. Por eso que esa lucha de civilización es tan trillada. Yo pienso que no existe. Existe un encuentro de civilizaciones, no una lucha, no un conflicto de civilización.

LJLC. Con este poemario, ¿se pretende también que el lector se vuelva viajero de  este camino?

Mario. Pudiera serlo. Uno en el fondo lo que quiere es que, si uno recorrió esas sendas, que otros lo puedan hacer. Si se está también en condiciones físicas y económicas. Y el que no puede por lo menos tenga algo que diga “yo puedo hacer el camino, aunque sea en letras”.

LJLC. Para ser un viajero se necesita de la inocencia pues se necesita siempre estar a la expectativa y dejarse sorprender. Me remito entonces a la idea del niño. ¿El niño podría ser un viajero por naturaleza?

Mario. Sí. En el camino, sobre todo en la parte final, en la parte gallega –que quizá sea un poquito menos demandante–, se ven grupos de niños acompañados por sus maestros. Causa mucha emoción ver que van cantando sus propias canciones. Uno queda atrapado.

LJLC. Daniel Sada decía que el mexicano es como su geografía, totalmente distinta en cualquier latitud. ¿Qué tanto sirvió la geografía de España para que pudieras escribir estos versos?

Mario. Bastante porque uno va recorriendo diferentes tipos de paisajes. Encontramos, en la parte del principio y en la parte final, las partes bellas de la naturaleza por lo que toda esta poesía está muy relacionada con ese medio natural.

Luego, en la parte central, que es la parte de las mesetas, ya sea Castilla, en León,  es más monótono, más de cultivos del hombre, de cereales, vides y lugares que a veces podríamos compararlos con un páramo. Ellos le llaman en esas partes más secas el secarral, no sé si despectivamente o no. Allí encuentra uno grandes pueblos y ciudades que tienen una belleza cultural increíble; monumentos, iglesias y una gastronomía de primera.

Mario Méndez, foto de Luis J. L. Chigo
Mario Méndez, foto de Luis J. L. Chigo

LJLC. Inicias el poemario con versos de Antonio Machado: Caminante, no hay camino, / se hace camino al andar. Aparece también en una canción de Joan Manuel Serrat. El español tiende a romantizar su tierra desde varias perspectivas estéticas, ¿cómo realizas este acto de romantización de la tierra española?

Mario. Yo estoy muy familiarizado con Machado. Me gusta mucho su poesía como me gustan la mayoría de los poetas españoles, entre ellos Miguel Hernández, Rafael Alberti, García Lorca, León Felipe… Al leerlos uno encuentra en su poesía no solo sustancia –porque son muy sustanciosos en cuanto a contenido– sino musicalidad también. Por eso mucha gente los ha cantado, se facilita por la musicalidad que tiene el poema. Uno de ellos fue Serrat.

LJLC. En España confluyeron muchas culturas: árabes, romanos, los nativos. Y en el Camino de Santiago esto es muy notorio, pues el camino es un camino romano.

Mario. España en su origen eran burgos, pequeños pueblos junto a un rio. Fueron formando de burgo en burgo las ciudades. En la parte gallega estaban los celtas. Hasta allí llegaron los romanos; prácticamente estuvieron en toda la península Ibérica, es decir, no sólo en España sino en Portugal también. Puedes encontrar ciudades como Astorga que se llamaban Astorga Augusta, o el caso de Lugo Augusta. En Portugal, Braga Augusta. El conquistador romano le ponía su nombre a la ciudad.

Cuando los romanos empiezan a perder fuerza entraron los suevos y visigodos –a los que llamaban barbaros. Tuvieron que pactar con ellos porque ya no podían luchar y penetrar los suevos hasta esos lugares. Después, cuando van declinando ellos, entran los musulmanes.

Es una constante lucha de pueblos y civilizaciones que van a terminar en la formación de diferentes reinos, justo en la época en que conquistaron América. Quien conquista América fue el reino de Castilla unido al reino Aragón; cuando se juntan pueden hacer la aventura de lanzarse al mar abierto. Le disputan el poderío a los portugueses que ya dominaban la ruta hacia oriente a través de África. Ellos lo buscaron por el lado de América.

LJLC. Leonardo Da Jandra, otro escritor mexicano, mencionaba que los españoles tienen un vínculo muy fuerte con su filosofía y su poesía. Pensé en Séneca pero él fue de Córdoba que es el sur de España. Hay mucha diferencia en estas culturas que son del norte de España y de las que son del sur. El mismo nombre tiene esta vertiente musulmana.

Mario. De hecho el sur es de más tendencias musulmanas y el norte todavía conserva más costumbres de los pueblos primitivos. Los vascos son impenetrables, tienen su propio idioma y el mismo es algo incomprensible, es de los idiomas más antiguos de la humanidad. En Galicia sucede lo mismo con los celtas. En el sur penetró más la cultura musulmana.

Ni mejor ni peor, simplemente diferentes culturas que se fueron amalgamando hasta ser lo que hoy es el país de España; montones de provincias o regiones autónomas divididas en provincias, cada quien con su característica y cada quien defiende lo suyo.

Presentación de Un hombre, un camino, foto de Luis J. L. Chigo
Presentación de Un hombre, un camino, foto de Luis J. L. Chigo

LJLC. Hablabas de un nuevo proyecto que tiene que ver con la gente desaparecida. Me imagino que es una fibra sensible todavía en España. En México estamos en la etapa histórica de los desaparecidos. ¿Cómo vives esta fibra histórica de España?

Mario. En España todos sabemos qué pasó en la guerra civil, donde se impone el franquismo y sus destrozos. Hasta el día de hoy no pueden cerrar las heridas. En el Monumento a los Caídos, en La Pedraja, se calcula que hay diez o más fosas allí y se abrieron sólo dos. ¿Por qué no se abren más?

¿Ha habido justicia? ¿Castigaron a algún culpable? Recientemente quitan a Franco del Monumento a los Caídos en la Guerra, en Madrid. Ese fue un triunfo del movimiento popular de España, no tenía nada que hacer un dictador ahí. No fue un caído de guerra, fue un dictador que desapareció a miles de personas.

Lo que estoy escribiendo ahora se relaciona más con el fenómeno argentino; viví también la dictadura y tuve que venir a México. Tengo todavía muy en lo hondo de mi ser la cuestión de los desaparecidos.

De los desaparecidos en México me conmueven muchas cosas; una de ellas es lo de Ayotzinapa. En cualquier otro lado hubieran puesto en el paredón al presidente y acá no pasó nada. Son heridas abiertas que hay  que investigar, sacar la verdad, recobrar la memoria y hacer justicia de algún modo. Debemos cerrarla para poder avanzar como país civilizado.

LJLC. ¿Qué es el amor?

Mario. ¿A qué vinimos a esta Tierra? Vinimos a pasarla bien y ser solidarios con los demás. Si uno ve lo de uno nada más y no le importa lo que le está pasando al vecino, creo que el camino en la vida no sirve de nada.

Ese amor a los demás es lo más valioso que uno puede tener. En un sentido amplio del amor porque todos tenemos amor: por la pareja, por los hijos, por la familia. Por quien sea.

Amor es tener un presidente que quiera hacer un país para todos y abrazar a los más desposeídos.

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