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Thelma Nava foto de Pascual Borzelli Iglesias
Thelma Nava foto de Pascual Borzelli Iglesias

Por Pascual Borzelli Iglesias/Óscar Alarcón (@metaoscar)

Puebla, México, 18 de agosto de 2019 (Neotraba)

La poeta Thelma Nava falleció el 17 de agosto de 2019 en Canadá, donde radicaba desde hace algunos meses y vivía con su hija Adriana Thelma Huerta.

Nació en 1931 en la Ciudad de México. Fue fundadora de las revistas El rehilete y Pájaro Cascabel, la cual se mantuvo activa entre los años 1962 y 1968. También se le reconoce por su fundación y participación en la “Brigada Cultural Roque Dalton”, realizada en apoyo a El Salvador y del Frente Democrático Revolucionario (FDR). El lema de la brigada era “Por un arte libre en una patria libre”.

Thelma Nava en el homenaje organizado por el INBA, foto de Pascual Borzelli Iglesias
Thelma Nava en el homenaje organizado por el INBA, foto de Pascual Borzelli Iglesias

Thelma Nava fue homenajeada en 2018 por el INBA durante el ciclo de Protagonistas de la Literatura Mexicana. En 1962 obtuvo el Premio de Poesía Ramón López Velarde y en 1993 se le otorgó la Presea Rosario Castellanos.

Thelma Nava, foto de Pascual Borzelli Iglesias
Thelma Nava, foto de Pascual Borzelli Iglesias

El poeta Daniel Téllez expresó: “Visité varias veces a Thelma en su departamento de la calle Acapulco, los últimos años. Cuando partió con su hija a Canadá le perdí la pista porque no tengo contacto directo con ella”.

Thelma Nava escribió sobre el movimiento estudiantil de 1968. A continuación reproducimos cuatro de sus poemas titulados Tlatelolco, 68:

.

I

Es preciso decirlo todo,

porque la lluvia pertinaz y el tiempo de los niños

sobre los verdes prados nuevamente

podrían lograr que alguien olvide.

Nosotros no.

Los padres de los otros tampoco y los hijos y

hermanos que puedan contarnos las historias

y reconstruyan los nombres y vidas de sus muertos tampoco.

.

II

Tlatelolco es una pequeña ciudad aterrada

que busca el nombre de sus muertos.

Los sobrevivientes no terminan de iniciar el éxodo.

Pequeña ciudad fantasma, húmeda y triste

a punto de derrumbarse si alguien se atreviera

a tocarla nuevamente.

Nada perdonaremos.

Rechazamos todo intento de justificación.

.

III

Miro pasar las ambulancias silenciosas una tras otra

mientras aquí en el auto

un anciano que sangra y no comprende nada está en mis manos.

.

IV

Ellos ignoran que los muertos crecen,

que han echado raíces sobre la piedra antigua.

Aunque los hayan desaparecido

(para que nadie verifique cifras).

Todo ha sido invadido por la sangre.

Aún vuelan partículas por el aire que recuerda.

Es de esperarse nuevamente su visita.

Los asesinos siempre regresan al lugar del crimen.

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