¿Te gustó? ¡Comparte!

Por Camila R. H.

Puebla, México, 14 de diciembre de 2020 [00:02 GMT-5] (Neotraba)

Esperaba jugar Los Sims e ignorar el asqueroso mundo real toda la tarde, pero una idea se incrusta en mi cabeza. Cuando eso pasa nada puedo hacer, intento abstenerme de hacerle caso al incesante balbuceo de mi mente.

La caja de cereal perdió peso progresivamente. Consecuencia de mis impulsos, decisiones apresuradas y un burdo intento de dejar atrás. Como sea, su ligereza no le quita lo intimidante, por algo me tiemblan las manos y me late el corazón.

Cuando vuelvo a esos recuerdos, en cada ocasión la historia empieza así: me acerco al escritorio, dejo caer la caja —sonido sordo—y suspiro. Extiendo la mano para sujetar, con más cuidado del necesario, un papel del montón. Se siente como si quemara. El primero es una tontería, pero me hace reír, qué fácil era segundo de secundaria. En ese entonces mi futuro no pendía de un hilo.

No resisto mucho más, tres papeles después, desisto. Tal vez no es tan difícil como hace un año, tampoco lo hago tan a menudo, pero se volvió aburrido. Después de todo conozco el contenido de cada papel, cuándo lo leí por primera vez, la circunstancia. No necesito revivir cada palabra, acabo diciéndome. Busco, de alguna forma, consuelo para mi mente.

Y tan pronto como ve la luz, la caja de cereal vuelve al fondo del armario.

Es cada vez más sencillo ignorar lo tangible del pasado, pero la parte que no puedo tocar de él sigue igual de presente. Como huellas en mi memoria, siempre dejan rastro. Una asquerosidad, podría decirse, pero —me convenzo de ello— seguramente sólo sea diciembre haciendo de las suyas.

¿No les pasa eso a todos? Ponerse nostálgicos porque inevitablemente el tiempo corre, sobre todo cuando no lo vemos. Cada día, al mirar el calendario, caigo en cuenta: estoy más cerca del 31 de diciembre.

Mi nostalgia tiene justificación. Me permito creer, porque voy a cumplir diecisiete. Déjenme tener algo de paz, sólo puedo lidiar con una cosa a la vez.

Quizá un día la caja de cereal se vacíe del todo, ojalá mi mente también lo haga. Para de esa forma dejar de echarle la culpa a la época del año y afrontar mis problemas. De cualquier manera, hoy no es ese día. Además, la tarde aún no se termina.

Sí, escaparé del mundo mientras juego Los Sims. Y no, no admito reclamos.


¿Te gustó? ¡Comparte!