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Portada de El sí de las niñas, editorial Porrúa, manipulación digital Eugenio Amezcua para Neotraba
Portada de El sí de las niñas, editorial Porrúa, manipulación digital Eugenio Amezcua para Neotraba

Por Brandon Vázquez

Resulta que un día vas de paseo por la biblioteca de tu escuela, y mientras repasas el montón de títulos que tienes frente a ti salta uno que llama poderosamente tu atención: El sí de las niñas. Por el lomo te das cuenta de que es Porrúa pero aún así sigue convenciéndote, lo sacas del estante y lo hojeas: doble columna. ¡Uy, no, para qué, con lo ciego que estoy!; lees parcialmente la introducción: “…crítica social…” ¡Ja!

El libro que nadie en su sano juicio querría leer. Pero tú no tienes un sano juicio.

 

Buscas una silla y te sientas a leer. Cuando terminas levantas la vista, comienzas a llorar y nunca más vuelves a ser el mismo. Leandro Fernández de Moratín es el culpable de esta breve y placentera cuita.

 

El sí de las niñas es una comedia que cuenta la historia de un sesentón, llamado don Diego: rico, bondadoso y comprensivo, quién está a punto de casarse con doña Francisca, niña de apenas diecisiete años, —claramente es un matrimonio arreglado—. La madre de Paquita, doña Irene, fue quien acordó el vínculo de su hija con don Diego.

 

Aquí empieza lo bueno. Resulta que este señor Diego tiene un sobrino muy querido: respetado militar, apuesto, humilde… perfecto pues. Su nombre es don Carlos, y en un viaje conoce a Paquita y se derrumba de amor por ella. Y con un poco de obstinación, ella de él.

 

Este nuevo chico se entera de que su amada está por desposarse con un magnate y decide ir a buscarla para impedirlo. No sabe lo que le espera cuando llegue a su destino. La comedia está buenísima. Sobre todo porque si alguna vez te quedas sin frases para el ligue, El sí de las niñas es un banco inmenso que te convertirá en el perfecto amante. ¡Todo un don Carlos! (y es que él y Francisco son re lindos).

 

Crítica social (que sigue vigente a pesar del tiempo que ha pasado desde su aparición) humor, pasión y un final que te dejará un dulcísimo sabor de boca, es lo que encontrarás en El sí de las niñas de Leandro Fernández de Moratín.

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