Cómo Construir Una Maqueta Del Universo
Por Óscar Alarcón.
¿Qué es lo que hace un hombre acariciando a un cachorro a las cuatro de la mañana?
Esa era una pregunta tal vez un poco fuera de lugar para mí. Hasta ayer. Bolo —un pequeño beagle, la raza en la que se inspiró Charles Monroe Schulz para dibujar a Snoopy— llegó a mi casa. Es la primera vez que tengo un perro y creo que no la estamos pasando tan mal. Sólo que algunos sentimientos se me han mezclado: cómo puede ser que un perro sólo sea una máquina de dar amor. Puedes regañarlo, reprenderlo por morder tus zapatos y al instante jugar contigo, sin guardarte rencor. No cabe duda, los perros son animales extraños. Justo en este momento, Bolo, chilla para que le haga caso.
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A Yussel Dardón lo conocí en el colegio de Lingüística y Literatura Hispánica. Junto con otros escritores y poetas formaron la revista El Almuerzo Desnudo, tiempo después ésta desapareció y vio la luz Broca, una revista que seguía la línea de El Almuerzo…, es decir publicando textos de autores marginales, ya sea por su literatura o por su forma de vida. Dardón asistió al taller de cuento de Guillermo Samperio, el cual se impartió gracias a la extinta Secretaria de Cultura de Puebla —además de Samperio, Daniel Sada y José Vicente Anaya también impartieron talleres—.
Y precisamente es la ex Secretaria de Cultura la que le publicó el libro Maquetas del Universo (Some Kind of…), en donde Yussel hace un recuento de su infancia, de manera aparente, pues aparecen personajes como Los Caballeros del Zodiaco, Ninjas que atacan concursos de origami, John Wayne y Cleant Eastwood, y para cerrar el libro con la destrucción del planeta tierra en un último incendio de Babel.
En el prólogo, Guillermo Samperio dice de él que “es y será, sin lugar a duda, la voz narrativa de más significación en Puebla”. Tendremos que estar al pendiente de los siguientes pasos de Yussel. Muestra de ello es su más reciente plaquette: Reporte Barrymore.
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Acabó el Vive Latino y parece ser que todo fue un éxito como siempre. Muchas bandas, muchas cheves rolando de mano en mano y yo en casa sin asistir nuevamente. Nunca he ido a uno, y creo que nunca iré, más por convicción que por falta de recursos. Siempre he sido un poco delicado y en cuanto me tocan me muevo.
Tampoco creo asistir el próximo año. Aunque vuelva a estar Café Tacuba. O la reunión de los Caifanes. Hace unos días, mi amigo Ricardo Cartas dijo que quizá lo que hacía falta era otro tipo de festival, Churroman le dijo que ya estaba el Vive Grupero, a lo que Cartas dijo que tal vez estaría bien armar el Vive Varil.
Quizá.
