¿Te gustó? ¡Comparte!

Portada The Suburbs
Portada The Suburbs

 

Por José Luis Dávila

 

The Suburbs, el tercer disco de estudio de Arcade Fire, fue lanzado el 2 de agosto del año pasado. Se pensaba que sería difícil superar la producción anterior (Neon Bible, 2007) pues habían llegado a la cúspide de su creatividad en cuanto a la mezcla de sonidos y la incorporación de instrumentos no muy frecuentes en las bandas de Indie rock, sumado a lo anterior estaban las letras con tintes de crítica social que expresan el desencanto ante la posmodernidad. Sin embargo, la banda —fundada por Win Butler y Régine Chassagne— ha demostrado lo contrario pues formó parte de las listas de los mejores discos de 2010, encabezando varias de ellas y superando a los álbumes de bandas como LCD Soundsystem, Vampire Weekend, Kings Of Leon, The National, Editors, Gorillaz, Ok Go y The Flaming Lips, entre otras.

Pero, ¿qué tiene para ofrecer The Suburbs? En retrospectiva, desde la salida al mercado de Funeral (2004), primer disco de la banda, el éxito fue brutal debido entre otras cosas, a la armonía que lograban en cada pieza así cómo al innovador modo de dar conciertos, en donde los integrantes cambiaban de instrumento entre tema y tema;  incluso poco tiempo después, David Bowie grabó con ellos un EP en vivo. Luego, con el mencionado Neon Bible y el DVD Miror Noir —en el que se muestra el proceso de producción del disco y gran parte de la gira para promocionarlo—  su popularidad aumenta y sus canciones parecen inmejorables. En este punto es donde se comienza a creer que lo que viniese en trabajos futuros no sería comparable a canciones como “Rebellion(Lies)”, “Wake up” o “No cars go”. Y, entonces, viene The suburbs.

En este nuevo disco, integrado por dieciséis temas,  escuchamos un Arcade Fire entre vital y melancólico: nostálgico ante las vista del pasado, receloso del tiempo que se ha ido. Todo bajo el concepto de los suburbios y la vida que se desenvuelve en ellos, los recuerdos de la niñez y de las personas que no se han visto en años.

 

Arcade Fire
Arcade Fire

Desde la primera canción nos vemos transportados a un espacio distinto a través de la música, un espacio en el que el sonido es joven, en el que la simpleza del riff se contrapone a una letra desesperanzadora y a la voz que se agudiza en el coro. Durante una hora con cuatro minutos y seis segundos todo es un subir y bajar de emociones. Más adelante, en “Rococo”, denuncian la pérdida de esa niñez ingenua ante la voracidad de la cultura de masas; “Month of may” nos recuerda al punk de los ochentas y deja ver una faceta más agresiva de la banda; por otro lado, “We used to wait” es un tema de introspección sobre lo que nos hace cambiar y sobre lo que queda intacto en nosotros, puro de entre todo lo que nos contamina. Casi al final llega un poco de luz, en “Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)”, canción en la que nos damos cuenta de que siempre cargamos nuestro barrio, nuestra historia va donde vayamos sea porque el mundo es tan pequeño —ese barrio es todo nuestro mundo—, o porque el mundo es tan grande que sólo alcanzamos a conocer una minima parte de la que nos apropiamos y llamamos nuestra para sentirnos más seguros.

 

Basta prestar un poco de atención para que la sensibilidad despierte y encontrar uno de los discos conceptuales más fascinantes que se hayan producido recientemente.

Por el momento es imposible asegurar que éste vaya a ser su mejor trabajo, pero es indudable que con The suburbs, Arcade Fire ha alcanzado un nuevo grado estético, un estilo que se queda grabado en quien lo escucha y un reconocimiento mundial como una de las grandes bandas de los últimos años.

¿Te gustó? ¡Comparte!