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Conversar, foto de Óscar Alarcón para Neotraba
Conversar, foto de Óscar Alarcón para Neotraba

 

Por Iván Gómez (@sanchessinz)

 

 

A Frida Tenorio: a manera de abrazo y por sus años venideros,

que espero sean siempre más lúcidos.

 

A través de una conversación se pueden generar ideas que de forma individual difícilmente saldrían. Eso lo tengo claro. Para mí, la creencia de que un verdadero pensamiento reflexivo sólo se puede alcanzar estando solo no es del todo cierta. Yo –y supongo que muchos porque no tengo nada de especial- genero mejores ideas cuando se las expreso a alguien y ese alguien me la refuta, complementa, cuestiona, derrumba, acepta o cualquier otra cosa.

Hoy cumplo un año en Neotraba: mi casa; he escrito sobre varias cosas pero hay temas que siguen flotando en mi cabeza porque siento que los he dejado inconclusos, o que aún tengo cosas que decir al respecto, tal vez porque provienen de mis preocupaciones; uno de ellos lo desarrollé en mi columna “El valor de lo literario sobre lo real” (https://neotraba.com/valor-lo-literario-lo-real/), ahí menciono al periodista Javier Valdéz Cárdenas (el 15 de diciembre se cumplieron 7 meses de su asesinato) para ejemplificarlo como muestra de coraje y pasión por lo que hacía; más adelante desarrollé una interrogante que marcó mi año: ¿cómo no ser indiferente ante lo que vive mi país? Mi respuesta fue haciendo lo que nos corresponde desde el lugar en el que estamos.

 

Aún creo firmemente en ello. Y es muy estimulante conversar con personas de mi edad que comparten ideas similares. Recientemente platiqué con alguien que diría “Podemos ayudar entregándonos”, y me parece una ideología sumamente generosa porque abarca otros puntos que la mía no. O será que se complementan y una va después de la otra. Me explico:

 

Hacer lo que nos corresponde desde el lugar en el que estamos me lleva a preguntarme si con eso basta, creo que no, porque “el lugar en el que estamos” puede delimitarse a algo muy reducido, lo pienso con base en el entorno marginal en el que me desarrollo y mis aspiraciones para el futuro. Y para esto debo desnudarme ante el lector: tengo 17 años, soy un estudiante promedio de preparatoria y mi única aspiración es leer y escribir toda mi vida; ahora, laboralmente me gustaría desenvolverme como docente de literatura, porque creo firmemente que la lectura cambia la esencia del lector sin que éste lo note, creo más que nunca que si el sujeto está condenado a repetir patrones por las condiciones sociales en las que se desarrolla, con la lectura puede modificar su destino radicalmente, entonces, como maestro puedo alterar el curso de algunas personas, sí, pero –y esto fue parte de la plática- para mí el verdadero reto es que quien se desarrolla en un entorno similar al mío salga de ese, es decir: puedo ser parte del cambio de algunos de los chicos de mis clases, pero, ¿qué pasa con los que están fuera de mi entorno, en este caso la escuela? Ahí es donde “el lugar en el que estamos” se puede reducir mucho.

 

 

Por lo anterior es que me pregunto ¿cómo romper barreras y verdaderamente hacer un cambio significativo en más de unos pocos?

 

 

Pongo otro ejemplo para esclarecer más mi idea: una amiga estudiará filosofía porque tiene hambre de conocimiento y siente la necesidad de aproximarse a la realidad; quiere volverse docente como agradecimiento al profesor de filosofía que la ayudó a descubrir su vocación, en otras palabras: desea abrirle los ojos a otros. El problema, le dije sin intenciones de desilusionarla, es que sólo tienes como opción dar clases en preparatoria o universidad, pues en la educación básica no se da filosofía. Y si es en prepa sólo podría ser en primero con lógica o en tercero con epistemología, y en ambas opciones son muy pocas horas (4 a la semana en primero y 2 en tercero), y en tercero sería sólo a los que estén en humanidades, de alguna manera, los alumnos con los que te topes estarán en el camino de abrir los ojos por el curso que su vida está tomando (ir en prepa o en carrera ya indica algo), pero acercarte a la parcela de jóvenes que deja la escuela luego de la secundaria, o los que tienen una mentalidad muy pragmática y están en ingenierías, o los que corren riesgo de dejar la escuela, ellos son el reto verdadero, no los que ya están encaminados, ¿cómo llegar a ellos?

 

 

A esa pregunta quería llegar; por el momento tengo esa respuesta que muy generosamente me compartió mi amiga y que ahora yo pongo en este texto: Podemos ayudar entregándonos. Y siguiendo mi planteamiento, propondría: debemos hacer lo que nos corresponde desde el lugar en el que estamos y ayudar un poco más entregándonos.

 

 

He llegado a la conclusión de que mi generación no va a cambiar al mundo, pero es un error decirlo y mucho mayor pensarlo, porque si creemos que podemos cambiarlo serviremos de puente para que las siguientes generaciones (acaso nuestros hermanos menores) concluyan el cambio, así que en realidad sí podemos hacer un cambio, al menos el comienzo.

¡Felices fiestas!

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Querido posible lector: hoy cumplo un año escribiendo para Neotraba. Me hubiera encantado que fuera interrumpido, desafortunadamente, por la escuela y mi mala organización tuve que dejar mi espacio durante todo noviembre; y a partir del próximo año la periodicidad cambiará a quincenal. Pero estoy sumamente feliz aquí, escribir una columna me ha obligado a esforzarme por pensar un ratito y observar bien mi entrono. Y aunque muchos de los temas sobre los que he escrito no son felices, yo sí lo estoy y también muy agradecido con su director y su compromiso con mis textos.

Por cierto: escribo posible lector porque estoy consciente de que es sólo una posibilidad que alguien me lea. Sea como sea, es para mí un honor enorme saber que hay un posible lector que llega al final de mis textos sin vomitar. Así que un agradecimiento infinito y mejor vaya usted a leer algo más chido.

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