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Por Jonathan Pérez Juárez

Tijuana, Baja California, 1 de diciembre de 2022 [16:51 GMT-8] (Neotraba)

“Mi vida se acaba de partir”, pensó José, uno de los chicos que asiste al grupo de apoyo para jóvenes con VIH, al recibir su diagnóstico.

Para Alonso, otro de los miembros del grupo, dar la noticia de que vive como seropositivo es una segunda salida del closet: “Cuando le conté a mi mamá que era gay recuerdo que me dijo ‘cuídate mucho porque las personas como tú sufren mucho’”.

En este Día Mundial de la Lucha contra el Sida exploramos las historias de activistas, drags, vogueras, y hombres gay de Tijuana cuyas experiencias se ven atravesadas por el VIH.

Un refugio en el desierto

En la Zona Centro, cerca del famoso Arco, los bares gay y una sexshop se encuentran las oficinas de Cocut Comunidad Cultural LGBTI A.C. Este centro ofrece grupos de apoyo para aquellos que no pueden hablar sus inquietudes en público. Desde 2019 se planean reuniones cada dos semanas en las que se intercambian sentires y quejas.

Cocut. Fotografía de Lisbeth Chávez
Cocut. Fotografía de Lisbeth Chávez

En este pequeño cuarto con una bandera arcoiris, tienen la oportunidad de compartir lo que muchos no hablan ni en las sombras. Alonso expresa: “Tener estos espacios de encuentro y atención comunitaria, te ayuda a resolver cosas que a lo mejor no puedes resolver con tu familia o con tus amigos porque no estás en el mismo contexto. No están viviendo lo que tú”.

José, Alfredo y Ricardo en Cocut. Foto de Lisbeth Chávez
José, Alfredo y Ricardo en Cocut. Foto de Lisbeth Chávez

“Íbamos por una chela, platicábamos, salíamos por un café. Empezó a ser más amistad”, Alfredo cuenta que llegó de Morelos a Tijuana, y sus compañeros lo fueron guiando para hacer los trámites para conseguir antiretrovirales. “Como el proceso era largo, ellos me dijeron ‘tengo un botecito, si te falta, ten’, comparte el joven.

Aquí, en el círculo formado por las sillas, el buen humor no falta. “En una ocasión me tocó sífilis, y lo bueno fue que como un mes antes de empezar mi tratamiento de VIH”, comenta Alfredo

Cocut. Foto por Lisbeth Chávez
Cocut. Foto por Lisbeth Chávez

“Traes todo el paquete”, suelta Ricardo y le arranca varias risas a los demás

“Esta cosa te seguirá”

“Puedes deshacerte de ello. Duerme con alguien más tan pronto como puedas. Solo pásalo. Si te atrapa, vendrá por mí, ¿lo entiendes?”.

El anterior es un diálogo de la película It Follows (2014). La protagonista Jay tiene sexo ocasional en el auto de un chico. Hasta que su cita la amordaza y ella despierta amarrada a una silla al interior de un edificio abandonado. Una vez ahí el chico de nombre Hugh le revela que le ha pasado un demonio de transmisión sexual, el cual tomará muchas formas y siempre estará caminando hacia ella. Una vez que la alcance será su fin. La única forma de librarse del mal es a través del sexo.

Escrita y dirigida por David Robert Mitchell, It Follows ganó pronto el estatus de cine de culto por deconstruir varios clichés que películas como Halloween (1978) instauraron: el ente que persigue y la pareja asesinada luego de coger. La obra contiene una lectura problemática pues compara a las infecciones de transmisión sexual con un espíritu del inframundo. No se sabe de dónde viene, no hay forma de deshacerse completamente de él, hay que vivir huyendo.

El mundo fuera de la pantalla no erige del todo sus fobias en lo sobrenatural, sino en algo más tangible: el estigma. La primera reacción de la familia de José fue el terror. “Se imaginan inmediatamente a una persona con caquexia, llena de moretones que se va a morir en una cama. Sacarles esa idea es complejo”.

Para otros, la religión les impide reconstruir la imagen que tienen de alguien con VIH/SIDA. “Todavía no le he dicho a mi familia, sobre todo porque son muy católicos. No creo que me dejaran de hablar, pero creo que ellos siguen pensando que era lo de hace treinta años, que voy a acabar en el hospital muriendo y no los voy a sacar de ahí”, señala Ricardo.

Drag consciente

De peluca rosa y atuendo de látex, Alanina ganó la corona de la competencia Drag Wars, organizada por el colectivo Drag Mafia. En el desafío del lado oscuro de tu drag, Alanina plasmó la ira sufrida al recibir su diagnóstico. En su performance realizó la lectura del poema ‘Lucha contra el Sida’, de Arjona Delia, e hizo lipsync de la canción ‘X’ de Poppy que contiene versos como “Get me, get me bloody, please get me bloody”.

Alanina. Fotografía de Lisbeth Chávez
Alanina. Fotografía de Lisbeth Chávez

Previó al show, Alanina procesó esa frustración para ponerle brillo, peluca con lace front, y tacones altos. “Estaba interpretando este enojo que sentía al inicio, pero quería mostrarlo, era algo que tuve muy presente, y todavía recordaba. Ahora siento mucho orgullo y mucha felicidad de vivir con mi diagnóstico públicamente. He conocido nuevas personas, han sido puras cosas buenas.”

Foto de Lisbeth Chávez
Foto de Lisbeth Chávez

En su plataforma comparte información sobre el tema, no solo en sus interpretaciones, también en las redes. “A mí me ha servido mucho que otras personas compartan su diagnóstico, simplemente hablando desde lo que viven. Y digo, ‘si conecto con estas personas, tal vez igual puedo hacer que conecten con ser abiertamente yo’”.

Alanina. Foto de Lisbeth Chávez
Alanina. Foto de Lisbeth Chávez

Al vivirse de forma tan abierta, otros jóvenes que la siguen se alientan para hablar con ella, pedirle consejo. “Muchos amigos se me han acercado, a otros les he orientado sobre dónde hacerte la prueba. Ayer me preguntaron si podían conseguir PrEP en el Seguro, les di la información que yo tengo”.

Un baile de otro mundo

Para Pedro Lemebel, la epidemia del SIDA fue una consecuencia de la dictadura de Augusto Pinochet al imponer el modelo económico neoliberal en Chile. O al menos así se refleja en uno de los textos de Loco Afán. Crónicas del sidario (1997).

“Ella se compró la epidemia en Nueva York, fue la primera que la trajo en exclusiva, la más auténtica, la recién estrenada moda gay para morir. La última moda fúnebre que la adelgazó como ninguna dieta lo había conseguido. La dejó tan flaca y pálida como una modelo del Vogue, tan estirada y chic como un suspiro de orquídea. El SIDA le estrujó el cuerpo y murió tan apretada, tan fruncida, tan estilizada y bella en la economía aristócrata de su mezquina muerte”.

Alien. Fotografía de Lisbeth Chávez
Alien. Fotografía de Lisbeth Chávez

Sin embargo, de esa Gran Manzana surgió el documental Paris is burning (1991). En él, Jennie Livingston retrata los ballrooms, competencias en las que mujeres trans y personas queer, atravesadas por la raza, la clase y el VIH, encuentran un refugio. El filme aborda momentos tan lamentables, como el asesinato de Venus Xtravaganza, hasta el ascenso del bailarín de vogue Willi Ninja. El legado de Dupree, LaBeija y Ninja se mantiene vivo gracias al trabajo de preservación que han hecho sus casas, y a la popularización de RuPaul´s Drag Race. En Tijuana, el crédito se lo llevan artistas como Astrid Búk Kake y Alien.

Al igual que Willi, Alien busca “poner la cuerpa para expresar, para luchar día a día siendo prietos, jotas, maricas, femeninas”. Su maquillaje se asemeja a los de la banda KISS, y su outfit mezcla lo urbano con lo sexy. El hip hop y el waking fueron los estilos que tocó primero en su carrera, hasta encontrar uno que mejor se acomodara a su personalidad. Luego de ver Paris is burning intentó aprender las técnicas viendo videos en YouTube que no sirvieron de mucho.

Alien. Foto de Lisbeth Chávez
Alien. Foto de Lisbeth Chávez

Durante el confinamiento por el Coronavirus, Óscar Mendoza, de la Kiki House of Serenity en CDMX, ofreció clases en línea, por lo que Alien se apuntó. Después se lanzó a la capital “para poder conocer y estar con raza voguera, que viviera el vogue día a día, yendo a ballrooms, asistiendo, participando, caminando en categorías”.

Alien. Foto por Lisbeth Chávez
Alien. Foto por Lisbeth Chávez

Actualmente forma parte de la Kiki House of Karnalas, y su conocimiento lo ha traído hasta la frontera, ofreciendo demostraciones en parque públicos. “Trato de enseñarlo a otras personas que quieren entrarle, simplemente experimentar con la cuerpa y sentirse cómodes”.

Aquí yace mi seronegatividad

Abigael Bohórquez escribe en su poema ‘Duelo’: “Vengo a estarme de luto / por aquellos / que recibieron prematuramente / su funeral de escándalo, / su ración, su camastro, su obituario velado, / pero más por aquellos / que, desde que nacieron, / son confinados, etiquetados, muertos / en sus propios rediles, / (…) paredón de la pública befa, / arrimaditos, amontonaditos / en el muro del asco”.

El “canon” literario en México aún le debe al poeta sonorense. Asomarse a sus versos es plantarle cara al abismo. La pluma transgresora de Bohórquez dejó en su poemario Poesida (1986) un testimonio del lúgubre panorama que vivían lo que el escritor llamaba “artificios de bubble gum, aleteos”. O en palabras actuales: personas LGBT.

En ocasiones, una frase bien intencionada termina socavando el proceso de alguien que se adapta a una nueva forma de aprehender el mundo. Alonso describe que cuando inició su tratamiento, el personal de salud le dedicaba miradas condescendientes, de lástima. Pero lo que más incendiaba la herida eran las palabras de aliento.

“Llegué a odiar la expresión ‘vas a estar bien’. Porque yo en ese momento estaba en medio de un duelo, en el que ‘wey, ahorita nada está bien’. Seguramente después sí, pero de verdad agradezco que no me lo digas. Porque no sé cómo va a evolucionar esto”.

Alanina llegó a pensar que ya no merecía el amor de los demás: “En cuanto tuve mi diagnóstico me sentía sucia, casi casi como si lo hubiera merecido”. Tras pelear con las ideas de su cabeza, logró salir del duelo que tenía su nueva identidad. “He decidido con mi drag, con ser gay, a no sentir vergüenza, y como forma de resistencia, a sentir orgullo. ¿Pues qué quieren que sienta con algo que va a ser parte de toda mi vida?”.

Esfuerzos del pasado

Con el cabello hacia atrás y el bigote poblado, el aspecto de Lorenzo Herrera recuerda a Freddie Mercury. Lorenzo es el presidente del Fondo de Asistencia para el Sida A.C Tijuana Pride, mismo que organiza todos los años desde 2010 la Marcha del Orgullo en Tijuana. Esta asociación civil se fundó en el 2003. Por esas fechas, con tal de que los proyectos tuvieran apoyo del Estado, era necesario “visitar, y sensibilizar a muchos funcionarios, que en ese entonces eran funcionarios panistas”.

Lorenzo Herrera. Foto cortesía de Lorenzo Herrera
Lorenzo Herrera. Foto cortesía de Lorenzo Herrera

Lo mismo aplicaba para las demás asociaciones, había que explicarles que la prevención del SIDA en grupos vulnerables por su orientación sexual era una prioridad.

Si bien, ahora gracias al cambio generacional y a las redes sociales muchos no temen presentarse como seropositivos, antes no era tan fácil. Varios de los compañeros de Lorenzo “eran profesores, licenciados y no podían dar la cara”. Con solo 16 años tomó la iniciativa de volverse activista junto a un grupo de jóvenes en ese entonces. Su grupo discutía con los adultos, pues ellos querían un espacio propio, una organización que se dedicara en apoyar a los jóvenes.

Marcha del Orgullo de Tijuana. Foto cortesía de Lorenzo Herrera
Marcha del Orgullo de Tijuana. Foto cortesía de Lorenzo Herrera

La estrategia para que el gobierno local comenzara a procurar la salud de las personas infectadas fue ampliar las poblaciones que se beneficiarían de los tratamientos, no solo en comunidades específicas. Los grupos de riesgo a los que también iban enfocadas las propuestas del fondo eran amas de casa, trabajadoras sexuales y público en general.

En cuanto a la Marcha, en 1999 Lorenzo viajó hasta Glasgow, Escocia, al primer congreso (por fuera de EEUU) de grupos de orgullo realizado por la organización mundial Interpride. Una vez ahí planteó la plataforma de Tijuana Pride con la iniciativa de replicar las marchas que en otras ciudades de diversas partes del mundo ya se celebraban. No fue hasta años de trabajo después, aunado al involucramiento del gobierno, que la marcha ha llegado a ser lo que es hoy en día, “porque esto genera mucha participación, mucho turismo”.

¿Hasta cuándo?

Por más apoyos que el Estado otorgue a la comunidad, pareciera que esta no existe fuera del mes de junio. El presidente del Tijuana Pride revela que el gobierno estatal, presidido por Marina del Pilar, no les ha entregado “ni un condón, ni una prueba, ni un peso para pagar la luz y el agua”. Antes de Morena sí llegaba financiamiento para las actividades de la asociación. Según Lorenzo, el gobierno municipal y la presidenta Montserrat Caballero sí demostraron su apoyo.

Lorenzo con la presidenta municipal. Foto cortesía de Lorenzo Herrera
Lorenzo con la presidenta municipal. Foto cortesía de Lorenzo Herrera

En cuanto a las fuerzas policíacas, Tijuana también vivió represión similar a la de Stonewall. Lorenzo relata que en los 90s solo había dos bares para la comunidad, El Noa Noa y el Taurino, “en donde la policía hacía redadas y nos llevaba a la delegación por la moral. En ese entonces vestirse de mujer y hacer trabajo sexual era muy difícil por el buen reglamento”.

¿Qué tan lejos está ese escenario de nuestra actualidad? Según Alien, no mucho. La drag voguera manifiesta que, cuando femme queens y butch queens muestran su feminidad frente a las autoridades, “ha llegado hasta el punto de tirarnos a la policía para que nos paren”.

La manera de actuar del sector salud mexicano también denota un trato revictimizante hacia personas de la comunidad, sobre todo en tiempos en los que la viruela del mono aún no cuenta con vacuna que la neutralice.

“Cuando llegué para acá sí fue un golpe”, Julián, quien también participa en el grupo de Cocut, inició su tratamiento del VIH en Estados Unidos. “Pareciera que no importara que todos somos personas, es como ‘si tú correspondes a este grupo, nos vas a generar un problema, cuando traemos el medicamento te estamos haciendo el favor’. Así suena a veces aquí”.

Acorde a la Secretaría de Salud, Baja California se encuentra en la posición número 11 en la lista de los Estados con más contagios. En la entidad hay 26 personas con la viruela del mono. De la semana del 14 al 21 de noviembre, el gobierno contabilizó 3292 casos confirmados en el país, a esta cifra se suman 5 mil 417 casos probables.

Lorenzo Herrera en Rusia
Lorenzo Herrera en Rusia

¿Y la vacuna? “Para el caso de la viruela símica no hay ninguna vacuna específica disponible en México al momento, solo existe la de viruela humana, pero en ningún caso está recomendada para la población en general”, detalla el gobierno federal en un comunicado.

Cuerpos que gozan

Ricardo, en el lapso en que aún no era indetectable, le contó a un amigo su situación. “Me dice: ‘no manches, puedes ser un arma biológica ahorita’”.

El estigma en torno a la infección, y a la orientación sexual de quienes la portan, estableció la idea de que irse a la cama con VIH es meterse en un ataúd. Cosa contraria a las declaraciones obtenidas.

“Yo me liberé sexualmente después de infectarme”, dice José. Antes de llegar a la indetectabilidad, pensaba que con tocar a alguien, la otra persona se iba a morir. Una vez cruzada la línea del ‘I=I’, lo peor para José ya había pasado. “Creo que lo disfrutó más ahora que antes del diagnóstico”.

Caso similar es el de Alanina. “Estoy más liberada ahorita que me conozco más, y me respeto, estoy más segura de lo que quiero, incluso en el sexo”.

Pese a todo ello los estragos que provoca el SIDA aún permanecen, por lo que aquellos que no se atienden, o que ni siquiera saben que lo tienen, puede que no sobrevivan. Ante esta realidad Lorenzo recomienda ejercer una sexualidad responsable.

“La mayoría de las personas piensan que ser homosexual es tener muchas parejas y tener sexo clandestino y anónimo. Tenemos que evitar ser una estadística”.

Alien pasó por una etapa en la que el remordimiento y la tristeza invadieron cada poro de su piel. Fue hasta el fondo de ese duelo en que comenzó una introspección, un proceso tanto mental y físico para hacer las paces con su cuerpa.

“Aprendí que no soy culpable de nada, tengo el derecho de disfrutar de mi vida sexual plenamente, sin prejuicio, sin estigma, sin miedo”.

Y remata: “De alguna u otra forma me ayudó, también lo agradezco”.


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