¡Quemen todo!

Una reflexión sobre la buena y la mala literatura: es subversiva y provocativa. La literatura no es buena ni mala.

Holland House Library, destruida en 1940

El telescopio

Juan Jesús Jiménez escribe sobre la Literatura: mirar el mundo para después nombrarlo. La literatura tiene el poder de cambiar el espacio entre los espacios.

Filósofo en Meditación de Rembrandt

Diario de un mata la cachimba

Brandon Vázquez nos pone al tanto de una reflexión sobre la poesía, haciéndonos ver cómo hemos olvidado la parte vital de la misma.

Foto de Alexis Salinas.

Gráfica joven: Tormenta de mayo de Paulina Márquez.

Tormenta de mayo de Paulina Márquez nos muestra la importancia que el cómic y las novelas gráficas tienen en la segunda década del milenio: no son un subgénero, son un terreno fértil en donde las historias portentosas también surgen. La novela gráfica también es un medio para alfabetizar y para generar nuevos lectores.

Tormenta de mayo de Paulina Márquez

La decapitada: un abismo de Gabriela Mársico.

Luis J. L. Chigo escribe una reseña sobre La decapitada de Gabriela Mársico: A este intento milenario por evitar el ensordecedor silencio o el colmo de la soledad, acude Mársico. La historia es sobre Lidia, llegada a Buenos Aires con la promesa de un trabajo de empleada doméstica en la casa de un aparente empresario, Roberto. Con tres principales pertenencias –un ekeko, una peculiar muñeca, un libro sobre la vida de los santos.

La decapitada de Gabriela Mársico

El arte de la espera.

Las Celdas Rosas de Sylvia Arvizu fue ganador del Premio Concurso del Libro Sonorense 2017 en la categoría de crónica. Raúl Picazo escribe una reseña sobre éste.

Portada de Las celdas rosas de Sylvia Arvizu

Una novela explosiva: Dos horas a la deriva.

Iván Gómez escribe sobre la novela Dos horas a la deriva del guatemalteco Guillermo Mambró: Sus libros no han recibido un aparato promotor sólido y ha sido menospreciado por los críticos, esto se debe al sentido del humor que maneja.

Portada de Dos horas a la deriva de Guillermo Mabró

La infancia con tono elegíaco: Nenitas.

Iván Gómez escribe sobre Nenitas, de Sylvia Aguilar Zéleny: se hallan entornos cargados de cotidianidad: niña de padres divorciados, niña que vive violencia intrafamiliar: madre golpeadora o padre agresivo en el trato, abuso infantil… ambientes conocidos y es por eso que se trata de un libro fácilmente identificable.

Portada de Nenitas de Sylvia Aguilar Zéleny