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Palacio de Minería, foto de Luis J. L. Chigo
Palacio de Minería, foto de Luis J. L. Chigo

Por Luis J. L. Chigo

Ciudad de México, México, 25 de febrero de 2020 (Neotraba)

FIL Minería se promociona como la feria del libro más antigua de la Ciudad de México. Abrió sus puertas el jueves 20 de febrero. En opinión de muchos este evento consolida escritores. Son 41 los años que este recinto ha albergado a la lectura, la escritura y su mercado.

El sábado 22 preparé mi libreta, lapicero, celular (corroborando que la batería estuviera al 100%) y una cámara que no fue de mucha ayuda. Elegí el sábado por comodidad; porque viajé desde Puebla y porque estarían escritores conocidos por nuestro medio.

Cuatro eventos eran clave para mí ese día:
1) La crónica como antídoto: las dimensiones del ocio. Con Eunice Hernández, Miguel Santos, Leonardo Rafael Tabares, Leonardo Tarifeño y Xóchitl Rivera Beltrán.
2) 9° Jornada de Cómic, “Autopublicación y fanzines”. A cargo de Flor Guga, Verde Agua y Bernardo Fernández BEF.
3) Ciclo Escritoras Latinoamericanas en Minería. Protagonistas fueron Elma Correa, Lola Ancira y Odette Alonso.
4) Sobre el libro “El Cielo Completo. Mujeres escribiendo, leyendo”. Aquí el repertorio fue amplio: Sara Sefchovich, Beatriz Rivas, Ana García Bergua, Verónica Ortiz, Sandra Frid, Paola Tinoco, Anamari Gomís, Mónica Maristáin, Ethel Krauze, Julia Santibáñez, Rowena Bali, Silvia Molina, Kyra Galván y Eva Cárdenas.

Verde Agua, Guga Comits y Bernardo Fernández BEF, foto de Luis J. L. Chigo
Verde Agua, Guga Comits y Bernardo Fernández BEF, foto de Luis J. L. Chigo

Recorriendo las calles del Centro, tratando de encontrar un lugar donde desayunaba regularmente en la CDMX, fue que perdí el primer evento. Los restantes no se escaparon de mi asistencia y será durante esta semana que compartiremos las entrevistas logradas y algunos apuntes.

Adelantamos. No hay momento en el cual una personalidad del medio no cruce sus pasillos. Mauricio Bares, Lilia Barajas, Laura Baeza. Directores de revista, fotógrafos profesionales, medios de comunicación. Benito Taibo, y muchos de los escritores mencionados arriba. Algunos, los de mayor renombre nacional, parecieran protegerse entre ellos, dando la sensación de ser herméticos. No miran hacia ninguna parte más que al centro de sus conversaciones. No caminan, su fulgor se observa desde todos los ángulos.

Muy agradable encontrarme con Elma Correa en su evento. Que parezca un accidente hace escucharse frente a un auditorio lleno. Lo mismo la voz de Lola Ancira leyendo uno de sus cuentos recientemente publicado en la revista de Tierra Adentro. Antes de iniciar el evento, Elma me reclamó haberle tomado fotos. Al terminar, se apropia de una bodega contigua para hacerla stand de firma de libros. Una larga fila de lectores entran a la bodega a pedir la firma en su ejemplar.

Odette Alonso, Elma Correa y Lola Ancira, foto de Luis J. L. Chigo
Odette Alonso, Elma Correa y Lola Ancira, foto de Luis J. L. Chigo

Elma se transforma cuando lee. El tono de voz es otro, toma una postura elegante. La sonoridad del ambiente se regula, se vuelve clara. Es un poco paradójico, pues su cuento Kamikaze provoca sensaciones encontradas al ritmo de un tono bastante amable. Termina, sonríe y se cubre con el libro.

Fue durante este evento que Mauricio Bares se hizo presente y dadas las prisas de mi día, al final no pude cruzar más palabras de las que me hubiera gustado cruzar con él. Fue también en el final que me encontré con el fotógrafo y periodista Pascual Borzelli Iglesias, quien sería mi guía durante buena parte del día. Notas sobre el periodismo, sobre los acontecimientos recientes a nivel nacional. Me dicta varias primeras reglas de la labor periodística y ninguna sobra. Sigue la inercia, entiendo entonces la dinámica de la pregunta y cómo abordar al entrevistado. No hay descanso, no se puede parpadear. Se debe seguir a todas partes.

Elma Correa y Lola Ancira, foto de Luis J. L. Chigo
Elma Correa y Lola Ancira, foto de Luis J. L. Chigo

Más tarde, un pronunciamiento. Después de dar una vuelta al Barrio Chino y aminorar el estómago vacío, regresamos a la lectura de escritoras consagradas.

Frente a ellas, varios pares de zapatos rojos, evidente protesta por los feminicidios en el país, a punto de alcanzar los 600 en lo que va del año. Detrás de ellas, una pintura de la Virgen de Guadalupe. Sobre todos nosotros la pintura bíblica de Rafael Ximeno y Planes en la Antigua Capilla del Palacio. Este es otro lugar fuera del mundo, no estamos ya en la tierra.

Sandra Frid, Paola Tinoco, Sara Sefchovich, Mónica Maristáin y Ethel Krauze, foto de Luis J. L. Chigo
Sandra Frid, Paola Tinoco, Sara Sefchovich, Mónica Maristáin y Ethel Krauze, foto de Luis J. L. Chigo

Imposible para Sara Sefchovich reparar en los nombres de sus compañeras escritoras. Catorce es un número que resta al número que se agota, el del tiempo. Las prisas implican leer lo más rápido posible, no detenerse en aclaraciones aunque muchas de ellas lo hagan. Sefchovich mira a sus compañeras cuando leen y de vez en vez toma el micrófono para decir algo tímida, algo que no se alcanza a escuchar, provocando la mirada aclaratoria de las escritoras.

Julia Santibáñez protesta. Están rodeadas de estereotipos femeninos en la sala. De madre, de hija, de esposa, de mujer. ¿Cómo romper con ello dentro de la Antigua Capilla? Sus poemas lograron bastante bien este propósito.

Panorámica de escritoras en FIL Minería 2020, foto de Luis J. L. Chigo
Panorámica de escritoras en FIL Minería 2020, foto de Luis J. L. Chigo

En ese sentido, FIL Minería corre desesperadamente. El sentido de expectación se aniquila. Por momentos pareciera que los monitores o becarios de la FIL quieren tronar los dedos a los asistentes y a los presentadores. Ponen espacios para la venta de libros dentro de las lecturas no ocupados jamás, porque tan pronto se termina, aunque falte tiempo, todo acto es coartado. Repito, este es el mercado de los libros, no la difusión de la lectura.

FIL Minería puede traducirse a opulencia. Mauricio Bares no tiene a Nitro/Press aquí. El precio por un stand es muy elevado, opina. No es de extrañarse que los únicos observados sean los de las editoriales comercialmente monstruosas. La oferta puede no ser variada y por todos lados los enormes anuncios cubren la vista, lo mismo que un centro comercial cualquiera.

Interior de la FIL Minería 2020, foto de Luis J. L. Chigo
Interior de la FIL Minería 2020, foto de Luis J. L. Chigo

El Palacio, a un costado de Bellas Artes y del Museo Nacional De Arte, frente a la estatua del “caballito” que representa a Carlos IV montado en la bestia, que a su vez pasa sobre un arma y un escudo mexicas (dato enseñado por Pascual Borzelli Iglesias, a quien agradezco enormemente todo lo enseñado durante mi visita), son parte del escenario imperial exterior de la Feria. El escenario interior no dista de su entorno cultural fuera de sus paredes.

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